lunes, 20 de mayo de 2013

T.C.L. Muy a veces, las carreras se parecen a las fábulas

"De vez en cuando la vida nos da un beso en la boca..." decía Serrat. Si
fuese cierto, ayer a Luis María Romero le dió más de uno, y lo transfor-
mó en el héroe de una linda fábula para contarle a los nietos.

Otra explicación no hay al fantástico triunfo del veterano piloto, que
también compite en TC pista. Un encontronazo en las prácticas le dañó
el articulado frontal que soporta el radiador y la trompa. La misma que-
dó bastante estropeada, pero acto seguido tomó la tijera de cortar hojala-
ta; la remachadora y se la puso a reparar. Sus colaboradores golpetea-
ban mientras tanto a los caños doblados.

El escenario no era el bosque encantado de los hermanos Grimm, pre-
cisamente. Gualeguaychú, con su particular piso, nos recibió a puro
barro y charcos que no drenaban en el playón de boxes.

No lloviznó, es más, por momentos hubo resolana. Permaneció nubla-
do gran parte de la jornada, con una brisa fría promediando la tarde.

El TC del Litoral, que venía de un parate, reunió un parque decoroso,
siendo por fin fiel a su rol de "plato fuerte"  de la jornada.

Hacia el mediodía, se cumplieron las pruebas de clasificación (PC) en
las cuales Martín Fiorotto comenzó a mostrar la hilacha.

Una vez que se retiró el A.S. de pista (largaron en movimiento y en fila
las cuatro categorías) Fiorotto hizo valer su posición de privilegio, encabe-
zando las acciones, seguido de Farabello, Delgado y Romero.

Juan Manuel decide en la vuelta siguiente probar si puede robarle la
vanguardia a Fiorotto. Bloquea, se mete por adentro, pero recibe en toque
involuntario de Martín. Corolario: despiste y retraso de los dos.

Romero heredó la punta, tras haber escalado hasta la tercera ubicación
en sólo dos giros. Lo seguían Valentín Fuentes, Ariel Delgado y Lucho
Martinelli. Fiorotto venía recuperando, Peretti y Faiad no eran obstácu-
lo, y menos Nico Albornoz, que había salido de boxes, con falla en el
motor.

Valentín intentaba acercarse a Romero, en la cuarta vuelta, mientras Fio-
rotto ya estaba 3º. Farabello también se venía, acosando a Delgado (4º)

Martinelli se excede y entra en trompo. Delgado quedó 5º. Finalmente,
no prosperó el intento de Valentín, que empezó a mirar por los espejos
a Fiorotto, que tampoco pudo alcanzar a la negra nro. 3 (foto 2, en un
pasaje de la final).

Para la final, el espectáculo que cerró a las 16 y 45 el evento, no había
otro candidato que Martín Fiorotto. La gran remontada de la serie evi-
denciaba un medio superior al resto.

Juan Farabello y Luis Romero, un escalón debajo: Pero sorpresas te da
la vida, y entre ellas, vimos una gran carrera de Ariel Delgado, que supo
estar de escolta, pero sucumbió finalmente con los dos nombrados.

Una vuelta y media de A.S.  todos los pilotos respetaron su ubicación en
la fila, y se largó. Romero en punta, a salvo del pelotón que intentaba
desplazar a Fuentes. Éste resistía los  embates de Fiorotto y Farabello.

Otra vez la vuelta 2 ¿ la favorita de los audaces? trajo desparramo, pues
Fiorotto entra en trompo al salir de la curva 1 (foto 3) los demás frenan
y esquivan como pueden.

Primero de cola, luego de frente, la "2" resbala por las "dunitas" de barro,
hasta quedar encajado en la cama, casi en la curva 2.

La carrera no se detuvo. Puntero Romero, segundo Fuentes, y a conti-
nuación, Dekgado, Farabello, Martinelli, Peretti, Faiad y Albornoz, otra
vez con problemas.

En esa tercera vuelta, Fuentes se mandó por adentro en una tan bella co-
mo estéril maniobra, capturando la punta. Regía la bandera amarilla agita-
da.

En esta 3era.  pasada, con la 4 x 4 negra de rescate tratando de sacar a
Fiorotto de ese lugar, Farabello se pasa levemente, por lo que Martinelli
 debió haber estado momentáneamente cuarto. Le duró muy poco.

Por ese entonces, se tuvo que dar orden de ingreso al A.S. pues el resca-
te también había quedado encajado en el barro. Ahora iba por los dos
una pick -up blanca. Un "gag" bastante conocido (en los "pantanos" del
Rally Entrerriano, recuérdese Urdinarrain 2012 y el chacarero salvador,
porque el "rescatador" pisó donde no debía) que tuvo otros detalles que
no vale la pena contar.

Fueron dos vueltas insoportables para los ansiosos, porque se sabía, el
final estaría abierto sin el "cuco" Fiorotto en pista. Fuentes había "devuelto"
la punta correctamente mientras guiaba la hilera el A.S.

Cuando al fin se retira el A.S. Romero tenía que defender la punta. Pero
frenó de más al llegar a la curva 2, trompo, paisaje y punta para Valentín.

Lástima que por esa vuelta (la séptima) la carrera ya había perdido a Luis
Martinelli. El desbarajuste lo dejó bien atrás a Romero, a cinco vueltas del
final,. Teóricamente, la punta había quedado muy lejos.

Pero a partir de allí comenzaron las penurias de Ariel Delgado, que hasta
ese momento había tenido un tren de marcha interesante, espectador de
lujo de las maniobras de los punteros. No pudo sostener el ritmo, por lo
que Romero, que ya estaba cuarto, no tardó en dejarlo atrás.

Fuentes parecía cómodo, escapado. Muy de lejos Farabello, en tren de
descontar. Y Licho Romero, batiendo el récord de vuelta en cada pasada,
se acercaba peligrosamente, como en esas películas de suspenso con
final imprevisto.

Pasó a Farabello con autoridad, y en los dos últimos giros se exigió, en
un nivel impensado. Claro que en su ayuda vino la diosa Fortuna, con
la forma de una merma en el rendimiento de Fuentes, que le hizo per-
der mucho terreno en los dos ultimos giros.

Romero le dió alcance al fin en el curvón del hangar. Quedaba solo una
vuelta para la hazaña, y el sobrepaso fue en la aceleración, cuando el
juvenil quedó a la merced del motor y la transmisión.

Todo tiene su fin. Cayó la bandera, festejaron Romero, Gastón, el
"renguito" Ramírez y los familiares del multi- campeón, que fingió
un calambre mas tarde, al subir al podio.

Si lo narrábamos con menos detalle, podría aparecer como increíble, co-
mo las fábulas para contarles a los gurises al pie de la cama, o esas pelí-
culas rosa norteamericanas donde todo el merengue se acomoda al final
para que termine con el clásico "happy-end" ¿verdad?

Fue así, y los escasos espectadores sintieron ayer que no habían pagado
en vano la entrada. 2º Fuentes, 3º Farabello, 4º Delgado 5º Faiad 6º Peretti.
Abandonaron Albornoz, Martinelli y Fiorotto.

No fue un gran número, tampoco un carrerón. Dadas las circunstancias,
esto es, banquinas que no perdonarían el más mínimo error, la final tuvo
todos los condimientos, y un ganador como para soñar abrir el libro de
las grandes hazañas del TC del Litoral y comenzar a narrar : "Había una
vez un Licho..."








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