lunes, 6 de noviembre de 2017

TCL: Demoledor Farabello y doble alegría de Serra.

El pasado domingo fuimos a espiar bien de cerca a la categoría zonal más
veterana de toda la costa del río Uruguay, el TC del Litoral. Retornar al
autódromo de Gualeguaychú es casi sumergirse en un túnel del tiempo, se
podría decir sin tenor al equívoco que los mejores años del predio ya han
pasado. Del espectáculo en sí, queda un montón de anécdotas propias de
una tarde de automovilismo deportivo en estado puro.


Cordial, entrañable como siempre, la "familia" de la categoría puso todo de
sí para presentar un parque más o menos aceptable. Lo logró a medias, por
el mal endémico que tienen estos motores de seis cilindros¨las constantes
roturas.

Este año reformaron el reglamento en pequeños detalles, que ha sido muy
significativos, como adoptar el carburador de doble boca (muy común en
otras categorías del país, pero con practicantes bisoños en esta provincia) y
el limitador electrónico de RPM, a la manera de su "hermana mayor" el TC
Pista Entrerriano -que no ha logrado sobrepasar la docena de autos en todo
el año- nacida precisamente de una escisión o fusión de máquinas a cuesta
de aquella exitosa clase "B" que el año pasado resucitara cual Ave Fénix.

Otro detalle para destacar es el formato que eligieron para hacerle frente al
mal momento económico de la provincia (y del país). Cinco dobles finales.
No decimos "doble jornadas" porque se entiende que éstas abarcan dos
días de competencia, una final por día. Ellos hacen todo en una misma
reunión. Sin series, pasan de Clasificación a primera final. Y la segunda la
largan según el orden de arribo de la primera. Claro como el agua, sencillo y
efectivo.

Disculpe el lector de esta introducción, que creemos indispensable para
entender este auspicioso presente del TCL, que reunió 19 máquinas el pasa-
do domingo en Gualeguaychú. Sí, leyó bien. 19 caros, pesados y anticuados
motores de seis cilindros, alimentados por carburador y con gestión de encen-
dido mecánica, a distribuidor... que ninguna otra categoría de la provincia
logra reunir en una sola fecha.


CLASE "A": UN POCO DE FARABELLO, ALCANZÓ y SOBRÓ.

Sería tentador poner "Farabello y los otros" faltándole el respeto a los rivales
de Juan Manuel, que el pasado fin de semana lo vieron de atrás, como en otras
seis ocasiones. Solamente Jorge Viera en la cuarta fecha le pudo arrebatar un
triunfo. Este año volvió a contar con esa pequeña pero significativa ayuda de
los hermanos Lucci de Carmen de Areco ("tipos sencillos y laburadores" según
le contaba a los colegas Ricardo Moreno y Miguel Rodríguez en una anterior
ocasión) que como decíamos más arriba, en materia de poner a punto el motor
inclinaron la balanza a favor del flamante cinco veces campeón.

No vamos a descubrir ahora las condiciones de Juan Manuel. Sus títulos hablan
por sí mismos. Además, hay una innegable fidelidad a la categoría, como se
podría decir de Luis "Licho" Romero.

Arrancó con la pole, que transformaría en cómodo triunfo en la primera final.
Farabello picó bien en las dos finales. En la primera, trató de seguirles el tren
Nico Albornoz en los primeros metros. No hubo incidentes en el primer paso por
la curva 2, el mayor atractivo de Gualeguaychú, un pico de aguja parecido al
de Magny Cours, pero girando en sentido contrario.

El debutante Matías Buschiazzo, con la máquina que condujera hasta las primeras
fechas Joaquín Veronesi, resisitía a Aníbal Lado, que apenas cumplido el primer
giro lo superó en la curva 1 sin contemplaciones.

El detalle que anotamos fue la intensidad de viento (Norte) que no es extraño a
esta ciudad, pero sí el cuadrante en que soplaba, pues habitualmente lo hace en
dirección SE-NE. Para ser más gráfico, "les pegaba" de costado en la recta princi-
pal.

Había quedado quinto en la hilera, detrás de Farabello, Romero, Albonoz y a la
cola de Lado, un piloto que iba por su séptima carrera, y se notaba mucho. Mucho
más atrás, Jorge Viera y Gastón Rebora cerraban el lote. Gastón había largado des-
de boxes. Como eslabón entre el tándem Lado- Buschiazzo, antes de Viera, giraban
Daniel Bella y el juvenil Maxi Landaburo (cuya máquina es la que perteneciera a
Fabián Fuentes) que en esta segunda ronda invertían las posiciones. Como decía
un conductor de TV ¡se han (habían) formado las parejas!

 Grilla de la primera final de la clase "B" con Alejandro Serra en el primer cajón y Nahuel Icardo en el segundo.




El ataque de Albonoz a Licho Romero quedó en eso. El veteranísimo lo controlaba
bien en la tercera, en tanto unos metros más atrás Lado se le escapaba a Buschiazzo.

Los golpes de escena vinieron a partir de la cuarta vuelta cumplida. Albonoz ya no
perseguía más a Romero. Y tras hacer la curva 2, de la zona de los pianos tardó
una enternidad en salir. Se tiró al pasto, tras una lenta marcha mientras lo iban superan-
do todos los rivales. Se le había cortado el último de los balancines, contando desde
el cilindro del frente.

Quedó tercero Lado, cuarto Buschiazzo y quinto Landaburo. Bastante lejos Viera, y
Rebora en pobre tren de marcha, buscando cumplir el mínimo de vueltas para sumar.
Así y todo le alcanzaba para estar delante de Bella, complicado con el rendimiento
de su planta motriz.

Apenas se corría la vista, aparecía nuevamente el líder Farabello para cumplir la
quinta vuelta, sin exigir demasiado la máquina porque no era necesario. A pesar de
ir perdiendo terreno respecto a Lado, a Buschiazzo nos e le acercaba Landaburo.

En el sexto circuito no hubo otra novedad que el acercamiento de Farabello a
Rebora, para sacarle un giro. Esto sucedería en el séptimo giro, en el que también
perdió un giro Bella, banderas azules mediante.

No terminábamos de alabar el impresionante andar de Farabello, cuando en el
mismo sitio que Albornoz, fallaba el motor de Romero y se detenía de inmediato.
Otro balancín partido, en este caso el primero de todos (ver foto) aunque a esto
recién lo sabríamos varios minutos después del final de la competencia, como el
lector se imaginará.

Así, con ocho giros cumplidos, a dos del final, tras el líder Farabello, quedaban:
Aníbal Lado, Matías Buschiazzo, Maxi Landaburo, Daniel Bella y Gastón Rebora.
Lamentablemente, apenas duró cuatro vueltas el andar de "Bolsillo" Viera.

En los dos últimos giros, Buschiazzo se animó a ir por Lado, descontándole unas
décimas, pero de todos modos sin lograr llegarle a "Manito", que de esta manera
subió al segundo escalón del podio. Para Buschiazzo, el tercer lugar en su debut
no estuvo nada mal.

La otra nota para destacar (aparte del aplastante triunfo de Farabello) fue que
Landaburo llegó con lo justo. El diferencial le empezó a hacer un ruido raro, por
lo que se detuvo apenas recibió la bandera a cuadros, en la recta principal. El
cuarto puesto fue todo lo que pudo lograr, ya que quedó al margen de la segunda
final por este insalvable inconveniente (ver collage).

Detrás del líder, con un giro menos, arribaron quinto Rebora y sexto Bella.

De la segunda final, rescatamos más lo que sucedió entre una y otra instancia, con
el trabajo de los equipos. El GB ayudando a reparar a Nicolás, Licho Romero que
se fue a buscar el soporte del elemento dañando, que había quedado torcido. Entró
con lo justo, cuando la "B" estaba a punto de hacer la vuelta previa, con la grilla
formada, y en el interín de esa final reparó y salió con lo justo a la pista. El motor
haría un "concierto" de detonaciones cuando desaceleraba luego de la curva 1,
era previsible. Pero nada amilanó al ahora "segundo más veterano" de  la
categoría, según dice Jorge Viera (un año mayor).

Nico Albornoz tirado bajo la máquina de Landaburo. El diferencial largaba aceite
"a rolete" quedndo el joven piloto de espectador porque el tiempo ya no alcanzaba
para intentar algo. En fin, esos pequeños detalles de hermandad, de comunidad o
de compañerismo -como dicen ellos- que permitieron que siete se presenten en la
grilla, para que la final pudiera otorgar puntaje. Aunque en este caso fueron ocho,
aunque sea por unos metros.

No varió la tendencia en la final que cerró la jornada del 29 de octubre. Farabello
con toda la tranquilidad, sabiendo que solo debía llegar para coronarse, mantuvo
la calma -algo que no es tan sencillo como parece- picando bien al momento de
la orden de partida.

Lado y Buschiazzo a continuación, aunque este último trató infructuosamente de
contener a un Romero "desencadenado" que no esperó más que dos curvas para
sobrepasarlo sin piedad. Su objetivo era Farabello.

Lamentablemente, en la misma largada, Rebora tuvo que desertar, quedando a
un costado de la recta principal. En la primera pasada, Nico Albornoz seguía los
pasos de Romero, con mayor ímpetu tal vez, porque no conforme con el cuarto
lugar logrado en su escalada, intentó atacar a Aníbal Lado también. De las dos
finales, este fue el mejor momento, porque los dos "desafortunados" habían deja-
do quinto a Buschiazzo.

La hilera seguía con Viera y Bella, que había salido de boxes, pues los trabajos
en carburación y encendido les habían ocupado mucho más tiempo de lo
previsto.

Muy pronto era la segunda vuelta cuando Romero tuvo que resignarse, dejando
que Farabello se escape. No sonaba nada bien por momentos el motor, así que
mantener el ritmo y llegar fue toda su aspiración. Contra lo que esperábamos,
Albonoz no le descontaba. Cuarto se mantenía Lado y quinto Buschiazzo. No
era exactamente un trencito sino una hilera con pequeña distancia entre sí. Lo
único para observar con atención de esta final.

Acostó distancias el debutante y hasta ensayó una frenada bloqueando en la 2,
sin ganarle la cuerda a Lado, que hizo la trayectoria normal. Era demasiado
pedirle al piloto de Citroen, adaptándose a la potencia de un seis cinlindros
todavía. Esto ocurrió en la tercera vuelta.

Farabello seguía alejándose, a pesar de haber regulado el andar. El Chevrolet
de Licho Romero sonaba más a una olla con pororó que a trombón, y escuchan-
do ese indescifrable sonido estábamos en la cuarta, cuando por la recta principal
la "espera" a Nico Albornoz se hizo larga. Tercero Lado, cuarto Buschiazzo ¿ Y
Nico? Allá atrás venía, a marcha reducida, tratando de que Jorge Viera no lo
alcance.

Todo estaba definido en la séptima. Farabello tranquilo, paladeando su quinta
corona, segunda consecutiva. Romero sin miedo a torcer una válvula o algo
peor. Solamente quien arma su motor puede correr así, sin saber si el mismo va
a aguantar o volar por los aires. Más todavía, porque Juan Manuel cuidó tanto
en los últimos giros, que Licho se le fue acercando.

Aníbal Lado -ya hizo méritos para ser la revelación del año- rumbo a su sexto
podio consecutivo. Cuarto apareció Viera. Buschiazzo había quedado detenido
en el pasto, y fallaron sus intentos de volver a arrancar. Cosas de novato.

El quinto era Bella, que tenía detrás a Farabello listo para sacarle la vuelta. Nico
Albornoz ya la había perdido. Su propósito era simplemente llegar.

Las piezas a la espera del repuesto, que Romero consiguió hacer llegar con lo justo. Al lado (arriba) Mariano Peretti, el más
firme candidato a la corona. El podio (abajo) con Peretti, Icardo, el ganador Serra, Carreras, Gauna y Carmody. Abajo derecha:
probablemente el Chevrolet mejor presentado de la provincia, el de Martín López.



Al cumplir la octava, Farabello en efecto, dejó atrás al de Lucas González, que de
todos modos tenía margen sobre el malherido Albornoz.

En la novena, el margen entre el puntero y el "tosedor" Romero se volvió a ampliar.
Alguien le avisó, sin dudas. Pero no hubo para más. Bien se podría decir que la últi-
ma vuelta sobró. Final, bandera a cuadros, séptima victoria de Farabello y corona
2017 a falta de dos competencias, que tendrán puntaje y medio. Ni así podrían
alcanzarlo, tal como se vio en pista.

Un logro compartido con su equipo, que además de los hermanos Lucci en el
motor contaron con el invalorable trabajo del larroquense Agustín De Zan en las
mejoras en el chasis, en especial durante el receso. Quinta corona del hijo de
Juan "Toni" Farabello, la primera lograda en un año impar.


CLASE "B": EL SOÑADO DOBLETE DE ALEJANDRO SERRA


El interesante parque de la clase "B" ofreció un espectáculo apenas un escalón más
arriba que los de la "A" (comparten con el TC Pista Entrerriano el comisariato
técnico) en parte porque el dominio de Alejandro Serra, con la Chevy del GB
Competición. Recordemos que en las fechas iniciales, Serra corrió la Chevy de
los hermanos López de Concepción del Uruguay (aquel piloto que intentó varias
veces correr con un Chevrolet 400 amarillo en el TC PistaE.) que en esta ocasión
pasó a manos de Martín "Guacho" López, el joven que había debutado en el TCPE
en una de Concepción, cuando el circuito era de tierra compactada.

La bellísima 26 (ver collage) tuvo problemas de encendido durante toda la maña-
na, hasta la tanda de clasificación. Luego de desarmar dos veces el distribuidor,
el "Negro" López -padre del piloto- logró hacer que suene decentemente.

En la clasífica, como en las dos anteriores tandas de prueba, no hubo rival para
Serra, que al fin había dado con un buen conjunto. Era "el" candidato, máxime
teniendo en cuenta el pálido arranque de Nazareno Carreras, muy abajo en las
planillas hasta entonces.

Cabe destacar que no tomó parte de la prueba Hernán Ferrari, que muy pronto
debió cargar en el trailer el Ford, una vez más traicionado por los fierros.

Nahuel Icardo ponía segundo en los registros al mejor Ford, por lo que iría a
largar unos metros detrás del bonaerense radicado en Concepción del Uruguay.
La diferencia de 697 a Icardo y 1" 8 a Nazareno como decíamos unas líneas más
arriba, le pusieron el rótulo a Serra. Era su día.


A diferencia de la clase "A", la "B" realiza vuelta previa. Los neumáticos largan
con un poco más de temperatura...y la adrenalina de los pilotos sube también.

Largada la primera final. Serra llegó adelante a la curva 2 sin problemas. Con eso
se aseguró tres cuartas partes de la victoria. Icardo y otros tres entraron también
con relativa comodidad. Recién el quinto puesto quedó para dirimir, en apretado
pelotón. La nota amarga de la largada, fue el abandono de Alan Watters, por un
desperfecto en la transmisión.

Cuando pasaron por la recta principal cumpliendo un giro, anotamos: tercero
Carreras, cuarto Peretti, quinto Martín López, sexto Dubs. A Cristian Reverdito lo
atacaban dos para robarle el séptimo lugar.

Se distanciaron Serra e Icardo (separados entre sí) de Carreras- Peretti (ídem) en
la segunda vuelta, cuando M. López comenzó a perder terreno. Reverdito mantenía
el séptimo lugar, luego Alejo Gauna, Martín Carmody y Patricio López.

No hubo tercera vuelta completada para Yamil Dubs, que se detuvo. Lo sacaron
con rapidez los rescatistas de la todoterreno plateada, sin detener con bandera
roja la final. Bien, muy bien. En este tercer giro Serra comenzó a regular la distan-
cia. No tenía sentido seguir exigiendo los fierros.

No sabemos si Alejandro levantó a ver las banderas amarillas (por la acción que
ya comentamos) lo cierto es que Icardo se le acercó bastante. Más atrás seguía la
disputa Reverdito versus Martín López, que venía en caída libre.

Al revés de lo que ocurría entre los dos de adelante, Peretti se retrasaba respecto de
Nazareno en la quinta vuelta. Aunque no tan lento como el otro López, Patricio, al
que de seguir así el puntero lo iba a alcanzar en pocos minutos más. Serra demostró
con creces en esta sexta vuelta que tenía el control sobre Icardo. No le descontó
más.

Para la séptima, Serra se encontraba a pocos metros de la cola de la Chevy blanca de
P. López, listo para sacarle el giro. Peretti (4º) seguía perdiendo terreno, si bien
Reverdito estaba lejos todavía. Lamentablemente, Martín López quedó fuera de
carrera y no logró marcar el séptimo paso.

La octava vuelta fue la que "pateó el tablero" por última vez. Mientras Nazareno
se acercaba al Pato López para también sacarle un giro (Icardo ya lo había hecho)
Reverdito no pasó quinto, posición que capturó Martín Carmody al dejar atrás al
villaguayense Gauna. Recién entonces pasó el Falcon azul de Reverdito, el último
en el mismo giro del puntero.

En los dos últimos giros no hubo variantes. Quedó la ilusión óptica de cierto
acercamiento de Nahuel Icardo al cómodo líder, pero como carecíamos de
cronómetro quedó en eso, ilusión óptica.

El tiempo de Serra fue de 13 minutos, un segundo con 420 milésimas para las
diez vueltas (22, 070 kmts) a un promedio de 101, 680 Km/h (casi una vuelta
con bandera amarilla) Icardo llegó a 1"197 y Carreras (Chevrolet 400) a 13" 010.
cuarto otro 400, el de Mariano Peretti a más de medio minuto. Quinto Julián
Carmody (Chevrolet 400) sexto Alejo Gauna (Ford) y séptimo muy cerca de
este, Cristian Reverdito compañero de equipo de Nazareno. Patricio López
obtuvo un esforzado octavo lugar, con un giro menos.

Abandonaron Martín López y Yamil Dubs. No largaron Ariel Watters y Hernán
Ferrari.





En lo que vendría a ser el torpedo del chasis, en línea hacia abajo de las letras "P" y "e" de la publicidad observamos el limitador de
revoluciones o "cajita negra". La caja plástica que los mecánicos de Juan Manuel pusieron (a la izquierda) es el cargador de la batería.
Arriba derecha: MNo se lo ve, pero Nico Albornoz está tirado mirando la transmisión de la máquina de Landaburo. No se pudo
rescatar nada del puré de engranajes.Abajo, izquierda: el debutante Matías Buschiazzo en el pesaje. Y el podio de la primera de
las dos finales, que se hizo al atardecer, todos juntos. De izq. a derecha: Rebora, Lado, Farabello, Buschiazzo y Bella.



El trámite de la final 2 fue muy parecido. La diferencia fue el clima, ya que se
había nublado por completo, y el viento en consecuencia hizo que esté fresco y
agradable (para los espectadores). Se hizo esperar, pero llegó la máxima emoción
de la jornada. No llegó a mayores el desparramo, pero al menos sacudió la modo-
rra de muchos.

Al darse la orden de partida, Serra movió bien, pero Icardo tuvo un "delay" que
hizo que los inmediatamente atrás intentaran superarlo. A su vez los que vienen
con más envión desde la parte del medio y atrás de la corta grilla, se juntaron
como es habitual, formando una masa compacta que dobló a duras penas  junta
en la curva 1, llegando tres a la par en la curva 2. Carmody y Dubs tuvieron un
"aplausito" -no llegó a ser toque porque no lo embistió, según un testigo presen-
cial que además es fotógrafo oficial de la categoría- lo cierto es que el Chevrolet
400 blanco pisó la tierra exterior al seguir de largo, y Dubs hizo de manera muy
cautelosa el primer paso, como si estuviese esperándolo a su rival en la maniobra.

El tercero en discordia aprovechó el hueco servido por la cuerda y pasó sin pedir
permiso. Esto es lo que pudimos observar desde el extremo oeste de la calle de
boxes, con el humo azul de un bloqueo empeorando la visibilidad del incidente.

Sin embargo, el segundo lugar a Nazareno le duró lo que un lirio, porque Icardo y
Peretti tenían otro ritmo. El Ford recuperó el segundo lugar (lejos de Serra por
cierto) y Peretti sin problemas se puso tercero. Más todavía, el Chevrolet 400
negro de Carreras pasó acosado por la recta principal, en la que no registramos
el paso de Watters en la primera vuelta, lamentablemente. Habían trabajado duro
sus mecánicos en toda la transmisión, pero al parecer no dieron en la tecla.

Como el lector podrá apreciar, todo era igual a la primera final en la segunda vuel-
ta. Serra cortado, Icardo y Peretti cada cual en su ritmo. Solo que el líder del
torneo no se había separado demasiado del resto todavía. No alteró Mariano su
plan, a sabiendas que sumando en todas estaría a un paso de la consagración. Solo
porque las dos finales restantes tendrán puntaje y medio no se pudo calzar la
corona todavía.

Carreras, con su máquina mal herida, decidió seguir en pista para sumar. Al
contrario de lo que se podría imaginar, no todos los superaron ¡hubo quienes se
vieron obligados a circular en un tren aún más lento!

Las diferencias eran casi grotescas. Más de un cuarto de giro de Serra a Icardo
en la tercera vuelta, y de Nahuel a Peretti, una recta principal de ventaja. El po-
dio "ya estaba cocinado" como dirían los gauchitos detrás del (desértico) talud.

El acoso de Alejo Gauna sobre Peretti quedó para las anécdotas del villaguayen-
se, pues el Chevrolet 400 "powered by Kus" dominó la situación y a partir de
esta vuelta se le escaparía. Detrás de ellos, Yamil Dubs hacía lo propio con
Julián Carmody, el gran duelo de esta final, que tuvo un "ganador" inesperado.

Más todavía, porque a Nahuel Icardo se le agradó muy rápido por los espejos
la figura del Ch. de Peretti, que pasó al Ford en la curva 1 en la vuelta 4. Ni
siquiera esperó el frenaje de la 2. No quedó dudas, Icardo tuvo algún problema
porque perdió demasiado en un solo giro.

El ya no tan colista Reverdito pisó la parte de tierra más allá del piano a la
salida de la curva 2, el lugar del cual "no salió nunca" Carmody ¿otra baja?
Para compensarla, al mismo instante salía de boxes Watters, aunque solamente
daría un giro más para abandonar definitivamente, con el motor "ronco".

En la quinta vuelta se observó algo parecido a un trencito, con Icardo- Peretti y
Gauna, aunque algo separados entre sí. Fue la misteriosa vuelta donde todo
volvió a andar bien para dos, Icardo y Carreras.

Se explica así: Para la sexta era inminente el sobrepaso a Nazareno por parte del
líder. Sin embargo esto no sucedió en el momento esperado, porque el motor del
Chevrolet 400 negro parece que se acomodó solo, y de repente circuló en el
mismo ritmo del puntero ¿acicateado por el orgullo?

Icardo se había separado de Peretti, que a su vez no le dio chances a Gauna. El
siguiente era Yamil Dubs, que si bien no estaba tan cerca, quiso recortar algo en
la curva 2, y apenas si pudo dominar la Chevy que apuntó para afuera.

Quedaban siete máquinas en pista en la vuelta 7. Confirmado el abandono de
Carmody, tras el quinto Dubs era sexto Reverdito, y séptimo Carreras, en un
ágil ritmo, tal que el líder Alejandro Serra no lo podía alcanzar (?).

En parte, la explicación estaría en que Serra reguló su andar. Icardo le desconta-
ba, pero muy poco. En este giro Alejo Gauna desistió de seguir a Peretti. Y del
noveno solo quedó por anotar la desaparición de Yamil Dubs, que hizo méritos
de sobra para quedarse con el quinto puesto.

Este fue a parar a manos de Reverdito, entrando sexto Carreras a un minuto
29 segundos del ganador. Alejandro Serra empleó casi diez segundos más en
completar las diez vueltas (13' 11" 592) pero aún así pasó la línea de meta 10
segundos 239 antes que Icardo.

A Dubs le alcanzaron los 8 giros completados para ser séptimo. Julián Carmody
apenas dio 4 giros, Ariel Watter uno y no registró paso Martín López. No largaron
Patricio López y Hernán Ferrari.

Para el 26 de noviembre está prevista la definición entre los tres pilotos de
Chevrolet, en jornada doble y con 50 % más de puntos.

@AleSpizzirri (texto y fotos)






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