Cada tanto resulta útil volver a las fuentes, para refrescar la
memoria de más de un lector. Este humilde medio es la continuación
gráfica de un programa radial que se iniciara el 24 de marzo de 2005.
Veinte años recorriendo la vasta geografía de Entre Ríos para llegar
a Concordia, sentarse en el escritorio y narrar con honestidad y total
objetividad lo que vimos, firmando con nombre y apellido. Y no
escondido en las redes sociales, como algunos.
Cuando decimos "estuvimos" es porque compartimos el barro, el
frío, la lluvia o el calor con los grandes protagonistas de este
deporte amateur, los pilotos. Entonces, esta humilde Hoja fue
creada pensando primero en el espectador. Segundo, en el piloto y
el grupo de apoyo que lo rodea (concurrente o/y familia) y por
último recién a la tercera pata de cada evento, que son los dirigentes.
De los tres elementos, que en este último citado incorporamos a
banderilleros, personal de seguridad, cantineros, personal de
limpieza sanitaria, bomberos y profesionales de la salud, sin
dudas que el más volátil es el dirigente, porque se supone que es
un ave de paso que estará en el cargo por un péríodo o dos y le
cederá la posta a otro, con otras ideas pero siguiendo una misma
línea digamos. Sin embargo, los hombres de prensa que peinamos
canas estamos ya acostumbrados a lidiar entre los intereses de
los concurrentes y los dirigentes.
Se hizo una costumbre, poco sana por supuesto, tener que ocultar
ciertos díalogos, como éste que ocurriera hace poco:
- Ojalá que a nadie le pase nada. Porque eso es una morguera
no una ambulancia.
- Disculpe ¿Nos conocemos? (El cronista no lograba reconocer
a la persona que le estaba hablando)
-- Yo siempre lo leo, usted escribe cosas que no se pueden leer en
ningún otro lado.
Y muchos diálogos por el estilo, cuando somos al igual que ellos,
espectadores de una anomalía corregible, como por ejemplo el
despiste del piloto Beltrame en Villaguay cuando se estrelló
contra una ambulancia mal estacionada, error que le costara muy
caro a la dirigencia tras perder un juicio. El kart pasó descontrolado
a 120 centímetros de quien esto escribe.
Nunca está de más recordar que este blog no se hizo para adular a
ningún piloto o dirigente en particular. Tampoco para adular o
defenestrar a ninguna entidad. Tuvimos que soportar que un
dirigente nos tildara (sin nombrarnos) de "operadores del Auto
Club Concordia" cuando ellos mismos, los dirigentes del Auto
Moto Club de la "Capital del Citrus" saben de lo implacable de
nuestras críticas cuando creemos que las cosas se pueden o se
deben hacer mejor.
Que los dirigentes sean quisquillosos o su ego les haga cometer
errores, o que entren en flagrantes contradicciones no es nada
nuevo. Lo que ha aparecido en los últimos tiempos es algo peor,
el piloto frustrado que opera desde el anonimato o el exdirigente
que quiere dictar clases de ética sin contar con buena memoria
para repasar hechos similares en los que él mismo hizo todo lo
contrario de lo que predica.
El reclamo de un equipo de rescate idóneo y de al
menos una ambulancia de alta complejidad.
Este tema es más añejo que los vinos, lamentablemente. No es
nuevo, no lo traemos a colación cada tanto para perjudicar a
ninguna Comisión Autódromo ni dirigente en particular. No
surgió tampoco de la febril imaginación de un escritor (como
muchos quieren creer) si no de la aguda observación de un
colega que además de ser un excelente periodista es rescatista
profesional, palabra autorizada en consecuencia para hablar del
tema.
Marcelo Echayre en una de sus acostumbradas inscursiones al
automovilismo entrerriano presenció el principio de incendio
en el monoplaza de Agustín Ferreyra y quedó espantado por
el alto nivel de improvisación del rescate.
Llegado a Santa Fe, escribió un recordado editorial que no es
éste que reproducimos (en este vuelve al tema) que fue para
nosotros una obligación a adherir una por una sus palabras y
desde entonces, insistir para que en cada circuito esté presente
desde el primer minuto al menos una ambulancia de alta
complejidad.
Más de una vez le comentamos a un piloto que se arrancaron
las pruebas libres sin la presencia de una ambulancia. La
respuesta:
- ¿Eh? Ah, gracias. No me había dado cuenta.
Hubo otros peores, que jamás publicamos porque creiamos que
los dirigentes tomaban nota de nuestros comentarios (personales)
actuando en consecuencia, como muchas veces hemos podido
comprobar, incluso usando parte de los croquis que en esta
humilde hoja publicáramos, oportunamente, colaboración del
hijo de este editor.
Cuando hicimos un reclamo puntual, como en la fecha del AKAC
el año pasado o recientemente los sucesos que narramos del
kartódromo "Jorge Frare" de Gualeguay es porque creemos que
se ha llegado a una situación límite, que requiere mentes ágiles y
abiertas, amén de humildad para reconocer que las cosas se
pudieron haber hecho mejor.
El lector (o lectora) se preguntará ¿Y porqué tanto énfasis en el
karting? La respuesta es muy sencilla: 1- Porque a pesar de la
relativa baja velocidad, en el karting la carrocería es el piloto,
literalmente. 2- Porque en algunos eventos están corriendo
pilotos que orillan los 60 años de edad, ningunos pibes. Y toda
alteración a su "status" de buena salud tiene implicancias
mucho mayores que en un joven de las categorías menores.
Estamos viviendo tiempos de "recortes" y lo que queremos
expresar en definitiva es que se puede recortar en muchas cosas,
pero en materia de sanidad, de prevención y de asistencia
médica no se debe cometer el error de recortar gastos (*). Es
contraproducente.
(*) La seguridad no es un gasto, es una inversión y más abajo lo explicamos.
Haciendo una analogía, un paracaidista no sale sin que su
equipo le haya revisado minuciosamente el paracaidas antes
de subir al avión y saltar. ¿Porqué hay pilotos y concurrentes
que se permiten salir o dejar salir a pista a su piloto sin
contar con una ambulancia de alta complejidad en el
escenario?
Insistiremos -hasta hartar al lector- que una "Unidad de
Traslado" no es una ambulancia, por más que habilidosos
enfermeros tengan los mágicos poderes de hacer torniquetes y
otros malabares con vendas, pervinox y analgésicos, lo único
que tienen a mano.
Muchas veces -según podemos leer en las redes sociales
en estos últimos días- el piloto elige una categoría donde
gastar lo menos posible, sin tener en cuenta que la misma
no tiene las coberturas disponibles bajo el "manto protector"
de la entidad matriz, que en Entre Ríos se llama FAE y en
Misiones (solo por dar un ejemplo) se llama FeMAD.
Indiferente al tema, solamente lo tiene en cuenta cuando les
toca muy de cerca, pues no es lo mismo asistir a un "colega"
que tuvo la desgracia de accidentarse, que haber sido
protagonista de un accidente con consecuencias, como
tácitamente nos reconociera un veterano piloto que tras su lesión
en un brazo no volvio a competir, aunque sí es concurrente.
Nunca vamos a olvidar sus palabras:
- Gracias por preocuparte por mi estado, Alito. Fuiste el
único periodista que me llamó hasta ahora.
Lo mismo ocurrió años antes cuando visitamos en una clínica de
Concordia a un piloto chajariense accidentado en Federal, con
compromiso en sus costillas y el temor, luego aplacado por una
temporadita de corsé, de tener alguna vértebra afectada. Este
piloto tampoco volvió a la pista, obviamente.
Las demoras en los cronogramas se pueden evitar cuando hay una
"ambulancia suplente" disponible y la autoridad médica decida en
cuestión de minutos, si es necesario trasladar a un nosocomio a la
víctima. ¿Se debe retirar del escenario? Perfecto, esperamos
todos.
Lo inaceptable es que como el médico generalista -nadie pide un
traumatólogo- no está presente (porque no está contemplado en
los contratos) se producen increíbles discusiones babélicas entre
los paramédicos por diferencias de criterio, cuando no una pírrica
pulseada sobre quien lleva "la voz cantante" que en muchos casos
deriva a que la "ultima palabra" la tenga el Comisario Deportivo,
lo que reglamentariamente es correcto en el deporte pero en la
medicina no.
Esto es exactamente lo que quisimos decir en nuestros editoriales y
no lo que se interpretó erróneamente, como un ataque personal a
un dirigente o institución.
Lo podemos ver desde un tercer ángulo, el financiero, si todavía
con todo lo dicho quedan dudas. No contratamos ambulancias
complejas y ahorramos. Nos va bien en 9 carreras y los números
van redondos. Llega la décima y un accidente "pavo" deriva en
un juicio (el señor Beltrame sabe algo de esto) que se pierde y
todo lo "ahorrado" (y mucho más) se pierde como por arte de
magia en un único y trágico momento. ¿El dirigente estará
dispuesto a responder con su patrimonio personal?
Sin un fondo especial fiduciario o alguna otra figura jurídica
que se pueda hacer y que hoy en día solo la Federación está
en condiciones de brindar a cada categoría, el riesgo de una
catástrofe financiera similar a aquella que les produjera una
repentina alergia a más de un dirigente, con muchas ganas de
ir a tratarse lo más lejos posible (léase renuncia masiva) es
mucho mayor, amén de la responsabilidad civil que se
asume en lo que respecta al cuidado integral del estado físico
de los protagonistas, que para eso abonan un importe aparte.
Por último, la Licencia Médica tiene una importancia mayor
de la que se estima. Unos meses atrás, en ese chequeo de rutina
le descubrieon una anomalía muy grave a un querido piloto,
con más de 20 años de trayectoria, que muy a su pesar debió
dejar de competir.
Una pregunta nada más, les dejo a los promotores o dirigentes
que no exigen ninguna revisión médica para permitir que salga
a pista un sujeto jurídico (o persona, dado el caso es lo mismo)
¿Saben a ciencia cierta que alguno de ellos puede tener riesgo
de muerte súbita o complicaciones renales, por ejemplo?
¿O simplemete se confoman con lavarse las manos, como una
entidad que le hace firmar a cada piloto que ingresa al predio
un vergonzoso "deslinde de responsabilidades"?
Esperamos entonces haber aclarado lo suficiente que en esta
Hoja no se "bate el parche" a favor de ninguna entidad en
particular, menos aún a una marca o piloto. Lo que hacemos
es defender la legalidad, pues si los estatutos se aprobaron y los
acuerdos se firmaron, a las reglas hay que cumplirlas.
A los que nos escriben o llaman pidiendo defenestrar a tal
entidad o a tal dirigente, tenemos que reiterarles que este no
es el sitio. Número equivocado.
Alejandro Daniel Spizzirri Sosa
Visite nuestra página de Facebook: Daniel Alejandro Spizirri Sosa
No hay comentarios:
Publicar un comentario