Testigos privilegiados durante años de la esforzada carrera deportiva
del flamante campeón de TC850 entrerriano, tuvimos el honor de
ser invitados a compartir los festejos de toda la familia Sendros (no
solamente el equipo) aquel extraño domingo cuando en Concepción
se desataran un chaparrón tras otro y en Concordia no había caído
ni una gota, aunque el cielo amenazante y los relámpagos le dieron
un marco de película a la bienvenida de la ciudad a su flamante
monarca del deporte amateur.
Detrás de la autobomba de Bomberos Voluntarios que recibió al
piloto concordiense, más incómodo que nunca al "saltar" de su siem-
pre bajo perfil a un "estrellato por un día", empezamos a recopilar
los datos para ir respondiendo a la pregunta de siempre: ¿Qué hay
detrás de un logro de esta naturaleza? ¿Suerte? ¿Alineación de los
planetas? ¿Destino, descubierto en la palma de la mano por un
quiromántico? Nada de eso.
Puede que a algunos les suene a relato esta nota. Catorce años (*) en
pista tras un objetivo pueden ser muchos. Algunos lo logran en menos
años, es cierto. pero otro se retiran sin haber sido campeón jamás.
Y estos últimos son mayoría. Es más, muchos se retiran si haber
podido ganar ni una sola carrera.
Sin tiempo disponible para hacer un análisis más completo, en esta nota
vamos a repasar la campaña de Luciano desde lo que denominamos
(para las estadísticas) "era Rumbo al Podio" es decir desde el campeona-
to 2004, cuando Luciano ya era animador de la categoría. Hoy tiene más
de 110 carreras encima. A pesar de su juventud, es un veterano.
Creciendo a golpe y porrazo
El primer golpe duro para Sendros fue el fallecimiento de su tío Carlos,
que era el motorista en colaboración con Marcelino, el padre de Luciano,
que desde entonces tomó la posta. La dupla venía trabajando en motores
de TC850 desde la época de Luis Letroye (padre).
TC 850 pasaba días de esplendor en el 2003. En el año que hacemos
referencia (2004) comenzó su línea descendente en cuanto a parque. Eran
tiempos de más de 35- 40 autos por fecha, de los cuales 8 o 9 pertenecían a
la desaparecida "clase B" que se creó para supuestamente abaratar costos
de preparación y mantenimiento del motor. En cuanto se comprobó que
la finalidad de la misma no tenía más sentido, se reunificó la categoría
dejando a criterio de cada motorista si optaba por la preparación "A" o
la "B". Por supuesto que prevaleció la "A", la más picantona.
Luciano en el 2004 llevó el número 12, el Fiat 600 era una combinación
de colores azul, rojo y algunas tiras de blanco, con guardabarros traseros
en plateado. Fue noveno en el campeonato con 41 puntos. El campeón
de ese año fue Luis Alcides Rolón con 209 puntos producto de seis
victorias sobre diez carreras.
Año dominado por Luis Rolón y el Gordini blanco que preparaban en el ta-
ller de calle Buenos Aires Luis y Diego, junto con el recordado Alcides
Rolón, su padre. Seis triunfos en diez carreras, voces airadas en boxes
para pedir que se le ponga una brida al motor Gordini 1050. La categoría
respondió achicando la del motor Gordini 1050.
El 2005 arrancó con una sonrisa para Luciano. El ansiado triunfo ante su
gente, en Concordia, el 20 de marzo. Repitió el podio en la siguiente
corrida en "su" autódromo, escolta el 22 de mayo. Pero no volvió a
subir. Se hizo llegador, para terminar quinto en el torneo con 53 puntos, a
solo 18 del cuarto (Roque Núñez).
El campeón fue Daniel José Salvetti (212) uno de los que más se quejaba del
"robo" de Rolón. El paranaense ganó siete de diez carreras, seis de ellas
consecutivas...Sin comentarios.
Cambió de colores para el 2006 con una hermosa librea donde predominaba
el rojo sobre el azul y el blanco. El número 5 aparecía grandote, como la
esperanza de andar mejor. Pero fue un año frustrante. Un sexto puesto y un
cuarto, recién para el Coronación, fueron los únicos resultados rescatables.
Teóricamente le hubiese tocado el número 14 (así terminó en el torneo)
pero ese año se reunificaron, por lo que de la mezcolanza de pilotos de la
"A" con la "B" le tocó el 22...
La última jornada del año había quedado atrás y la llovizna no pudo detener los festejos. Costó convencerlo
a Luciano como siempre, hasta que no pudo resistir más el "Dale campeón" y se sumó.
Volvió a arrancar lindo el año, con un auto lindo y un número "de lotería"
(los dos patitos) en aquel 2007 en el que también recolectaría dos podios
más (un segundo y un tercer puesto) y un total de 82 puntos que lo situa-
ron quinto en el campeonato. El recordado Jorge Caire fue ese año el
campeón, con apenas 146 puntos. Luciano una vez más no pudo entrar al
"club de los cien puntos" que tuvo a Oscar Coffy, Martín Aldás y Eduardo
Landi delante de él.
Borrón y cuenta nueva para el 2008 en el que volvió a ganar una, además de
una serie, en el Coronación de Paraná. Fue la segunda y última visita al po-
dio del año, ya había sido tercero en Concordia el 4 de mayo. Sexto en el tor-
neo con 59 puntos.
Repitió ese año la corona Jorge Caire con 161 puntos. Solamente su amigo y
motorista Coffy le pudo discutir algo, segundo con 124. El tercero Aldás
ya no: 90 puntos lejos. El de La Clarita ya estaba metiendo mano en los
motores. Iba liderando el torneo del año siguiente cuando encontró la muer-
te en la corta recta que lleva a los puentes sobre el ríos Gualeguay, en Paso
de la Laguna. Había vacunos sobre la cinta asfáltica...
Si no se puede mejorar por lo menos hay que mantenerse, y eso en TC 850
es dificilísimo. Esto ocurrió -muy a su pesar- en el 2009 con Luciano, que
retuvo el número 6 cosechando buena cantidad de puntos (94) con tres
podios (una victoria y dos veces segundo) además de un cuarto puesto. En
total, Luciano puntuó en seis de las nueve fechas, un buen promedio. Ese
año TC 850 contó con 45 pilotos "rankeados".
Ya está. Mario Aramburo entrevista a Luciano, que entró segundo de Albisu en la serie y se coronó antes de
que se largue a llover. Ni así se le puede sacar una sonrisa... él sabía que faltaba la técnica.
Paradójicamente, el campeón fue Oscar Coffy con 180 puntos, bien lejos
de Alejandro Cisneros (120) Facundo Tamay (115) y Marcos Markel (114).
Al infortunado Caire, pese a no correr la cuatro últimas, le alcanzaron los
99 puntos que había cosechado para ser quinto, número que jamás luciría.
El "rosario" de problemas regresó en el 2010, cuando apenas pudo lograr
un podio (en Concordia 22 /8) escoltando al que resultaría bicampeón,
Oscar Coffy. Había arrancado prometedor, con dos series ganadas en las
dos primeras fechas, desdibujándose hacia el final. Terminó octavo con
68 puntos, la misma cantidad que Jorge Lambert, que se quedó con el
número 7 por haber ganado una final. Coffy sumó 176, con cinco victorias.
No fue un gran año el 2011 aunque le alcanzaron los 48 puntos para ser
undécimo en el campeonato. Luciano no visitó el podio ese año. Un cuarto
lugar, un sexto y una pole en Paraná fueron los magros resultados. El
campeón fue Markel, con 148 puntos. A partir de esta temporada, si bien
la categoría siguió siendo la que brindara los mejores espectáculos, la
curva descendente del número de inscriptos se iría acentuando.
El 2014 fue el año en el que se empezó a sacar a flote toda la organización
del equipo, como si al fin se hubiese encontrado (victoria en Concepción
del Uruguay en el circuito nuevo) la luz en el fondo del túnel.
Un pole position, dos series ganadas y una gran cosecha de puntos
le permitieron a Luciano arribar tercero en el campeonato, con 124 puntos.
Del número 9 se iba a pasar al 3, amén de haber estado entre los candida-
tos a la corona por primera vez, dos fechas antes del Coronación. Luego
Alejandro Cisneros aplicó toda su "ingeniería" al volante y se llevó el
torneo con 179 puntos. Como podermos apreciar, Luciano ingresó en el
"club de los cien puntos" por lo tanto fue un buen año.
Primera vuelta del Coronación, con Albisu al frente y Sendros segundo. Foto de Hugo Barrionuevo.
Ya estaba tomada la decisión de construir un chasis nuevo, de a poco. La
jaula se hizo en Paraná porque está comprobado que la hacen con una
solidez impresionante. Mientras tanto, el viejo Fiat 600 siguió prestando
servicios, aunque para el auto negro, con guardabarros blancos, no fue lo
que se dice una despedida feliz.
Terminó duodécimo en el torneo 2015 con 55 puntos. El único resultado
más o menos rescatable fue el tercer puesto en el Pre Coronación de Paraná.
Fue esa recordada temporada en la que se definió el título en la técnica, en
Concepción. Eliseo Contardi se había retirado del circuito, ya había
festejado el equipo de Ramiro Silva el "sensacional" campeonato de Ayrton
Londero... que no fue...la exclusión de Humberto Odiard en la técnica hizo
ascender en el clasificador al vialense, que de esta manera se lo llevó por
dos puntos. Contardi 162, Londero 160, Santiago Colomá tercero con 149.
Con el número 12, en la doble jornada de Concepción del Uruguay se "tiró
a la pista" (sic de Kevin Sendros) el chasis nuevo. Tres poles consecutivas
en Paraná y la doble jornada de Concordia fueron lo mejor de la cosecha.
Persistía el problema de la caída de rendimiento del motor, una "karma"
que arrastraba desde una década Luciano. A tal punto que un cuarto puesto
en Paraná, y una serie ganada en Concordia el 12 de junio, cuando al fin
todo había sonado bien, fueron los únicos resultados para destacar.
Noveno en el torneo 2016 con 63 puntos, la mayoría de ellos arribando en
el "top ten" pero sin formar parte del lote de punta, como se pretendía. El
salto de calidad tardaría en aparecer..
También en Concepción se definió ese torneo, que muchos recuerdan porque
Iván Srebernich preguntó si era una broma cuando se bajó del Fiat 600 y
todos lo felicitaban por el campeonato logrado, por tan solo un punto
sobre Ramiro Albisu, que era el gran candidato. Se definió en la última
curva, como en el año anterior.
Otro año de prueba y error fue el 2017 cuando el orden y el trabajo empeza-
ron a dar sus frutos. Don Marcelino ya contaba con la ayuda de Kevin el
el armado del motor. Luciano y su primo se encargaban de banquearlo y
en el equipo había un orden cada vez más estricto.
Los días de prueba, por ejemplo, Tato que se dedica habitualmente a la
recolección de datos ("Hace lo mismo que vos" nos dice Sendros) pasa a
una tarea mucho más logística. Se encarga de organizar el almuerzo.Ya se
hizo habitual la presencia de Aldo, el cuñado de Luciano, en cada carrera.
Su función suele ser que a nadie le falte una sonrisa, aún en las malas, que
no fueron pocas.
Iván Nutz siguió siendo el chasista y encargado principal del auto de
competición, que entre carrera y carrera está en su taller de Villa Adela.
A pocos centímetros, bajo una lona, "yace" el chasis viejo con algunos
trofeos sobre el techo. Hay otros sobre una estantería. Se nota que a
Luciano no le gusta acumular trofeos en su living.
Emi Sendros se encarga de las cámaras "on-board" y el resto de los
muchachos está listo para dar una mano si -por ejemplo- hay que cambiar
la caja de velocidades a contrarreloj. Chicho, Julio, Gustavo, Darío. El
tío Gustavo Sendros es infaltable y de cierta forma coordina para que la
mesa, que tradicionalmente se pone una vez terminada la actividad, esté
muy bien servida (damos fe).
Gustavo suele hacer de asador, tarea en la que colabora o mejor dicho
intercambian roles, con Popy, el suegro de Luciano y con Mario. Cuando no
hay parrilla, Aldo y Pola se encargan de cocinar. No lo hacen nada mal, por
cierto. De la "selección musical" se suele encargar el más chico e inquieto
del equipo, que es Kevin.
¿Y Luciano? "Luciano desde el año pasado (por el 2017) es piloto y nada
más" nos dice Kevin. Tuvo que "atarse las manos" para no meterlas más
que en el "último toque" al distribuidor, como tanto le gustaba. Para todo
lo demás están Marcelino y el propio Kevin. Además, nos cuenta que recibie-
ron asesoramiento de Javier Morier en el chasis. De a poco la idea iba
tomando forma.
"El motor siempre estuvo. Le faltaba al chasis y ahí se notó la mano grande
que nos dio Javier" - hace referencia al ex mecánico de la GP2 Series que
para ellos tuvo una enorme participación en la concreción de los logros
que se empezaron a ver a fines del año pasado.
Nadie se ha olvidado de la campaña 2017 de Luciano Sendros, en la que
se alternaron buenas y malas, Décimo en el torneo, porque entre el promiso-
rio arranque serie ganada en Concordia 21/5) y el final favorable hubo un
período de "sequía" tocando "fondo" en la doble jornada también en "su"
circuito, los días 7 y 8 de octubre. A partir de allí, se escaló hasta la cima
a pasos agigantados.
Del número "10" al "1"
Y al fin llegó el año deseado, el de la efectividad. Arrancó con un gustito
amargo en Paraná donde dejó toda la sensación de estar para más, lo que
mos animó a escribir que "estaba de vuelta. El auto competitivo, no Lucia-
no, porque Luciano siempre estuvo".
Siete poles, dos series, cuatro finales y cinco podios podios nada más ni na-
da menos, fue la cosecha del año. Anduvo bien en los tres circuitos en que
corre el TC 850. En las nueve fechas.
Apenas dos abandonos al final de la temporada, que contó con nueve fechas.
Eliseo Contardi lo tocó de atrás el sábado en la fecha 7 de la doble jornada
en Concordia, cuando tenía pole y todas las posibilidades de coronarse al
día siguiente. El otro abandono fue en el Coronación, por una leve falla de
la bomba de nafta (primer desperfecto serio del año) pero también porque
Luciano sabía que faltaba la técnica y no quería castigar más a los fierros
bajo aquella persistente llovizna.
Luego sí, sonó el triángulo y a comer. Se terminaron de asar las chuletitas de
cerdo, en la que los "asadores" contaron con ayuda extra para que las gotas
de lluvia no apaguen el fuego y en el momento menos pensado se desató el
festejo, como puede verse en la foto de más arriba.
El motorhome paró en Villa Adela pero para dejar la cobertura del trailer,
esta vez no entró al taller de Iván Nutz como es habitual. Siguió por el
puente Alvear porque en Isthilart y Güemes lo estaban esperando como se
aprecia en el collage de portada.
En la zona del barrio del Puerto hubo grupos de chicos que fueron los más
fervorosos en saludar al campeón. La caravana se detuvo en la Costanera y
Chacabuco, en donde siguieron festejando por otra media hora. Mucha gente
del deporte motor se acercó a saludar a Luciano, entre otros estuvo Leandro
González.
Los relámpagos y el viento fresco que anunciaban la lluvia que finalmente
empezaría a caer a la madrugada, le dieron un marco surrealista sl merecido
festejo de una peña y de un piloto que nunca bajaron los brazos.
Más números
Luciano con sus cuatro victorias este año (tres de ellas consecutivas) se
transformó en el octavo concordiense campeón del TC 850. Luis Letroye
en 1988 fue el primero, al año siguiente Leonardo Osengar. En 1991 el
título regresa a Concordia con la conducción del siempre bien perfumado
Roberto Castelli.
Marcelo "Tortuga" Agosti se lo llevó en 1992 y Gabriel Scordia lo hizo en
dos años copnsecutivos; 1993- 1994.. Luego vino un lapso de predominio
de los piulotos de Paraná, solo interrumpido por el cetro del colonense
Jorge Ravassi (hijo) en 1999.
Louis Armstrong, un poroto. Concierto en el motorhome, sin gorra en el piso. Nos slavamos.
Recién en 2004 pudo anotarse nuevamente un concordiense, con el cetro
del perseverante Luis Rolon. La tenacidad de Luciano y su equipo lo lleva-
ron a "reconquistar" la arisca corona a 17 años de su primera carrera.
Hasta aquí entonces una breve reseña de la campaña deportiva de Luciano
Jorge Sendros. Cuando la caravana lo recibió en avenida Isthilart ese
domingo al anochecer, empezamos a pergeñar esta nota, que luego de leer
un comentario desubicado en Face creímos un deber editarla.
Ahora falta que los miembros del jurado de los "San Antonio de Padua"
se pongan de acuerdo este fin de año para darle a Luciano el premio que
se merece largamente, por ser el mejor piloto de autos de turismo de la
ciudad. No desde que se coronó campeón, desde hace una década esta-
mos repitiendo que es una injusticia que lo dejen de lado.
Debe ser -perdón por ser reiterativo- el bajo perfil de Luciano, que le juega
en contra. No está en programas amarillos de la TV, no visita las radios a
cada rato.."no vende".
Tal vez en estos últimos días su teléfono esté sonando más de lo
habitual.
@AleSpizzirri (texto, fotos y estadísticas)
Nota: 14 años de la "era Rumbo al Podio" quiere decir. Luciano ya estaba
en la categoría desde tres años antes.
del flamante campeón de TC850 entrerriano, tuvimos el honor de
ser invitados a compartir los festejos de toda la familia Sendros (no
solamente el equipo) aquel extraño domingo cuando en Concepción
se desataran un chaparrón tras otro y en Concordia no había caído
ni una gota, aunque el cielo amenazante y los relámpagos le dieron
un marco de película a la bienvenida de la ciudad a su flamante
monarca del deporte amateur.
Detrás de la autobomba de Bomberos Voluntarios que recibió al
piloto concordiense, más incómodo que nunca al "saltar" de su siem-
pre bajo perfil a un "estrellato por un día", empezamos a recopilar
los datos para ir respondiendo a la pregunta de siempre: ¿Qué hay
detrás de un logro de esta naturaleza? ¿Suerte? ¿Alineación de los
planetas? ¿Destino, descubierto en la palma de la mano por un
quiromántico? Nada de eso.
Puede que a algunos les suene a relato esta nota. Catorce años (*) en
pista tras un objetivo pueden ser muchos. Algunos lo logran en menos
años, es cierto. pero otro se retiran sin haber sido campeón jamás.
Y estos últimos son mayoría. Es más, muchos se retiran si haber
podido ganar ni una sola carrera.
Sin tiempo disponible para hacer un análisis más completo, en esta nota
vamos a repasar la campaña de Luciano desde lo que denominamos
(para las estadísticas) "era Rumbo al Podio" es decir desde el campeona-
to 2004, cuando Luciano ya era animador de la categoría. Hoy tiene más
de 110 carreras encima. A pesar de su juventud, es un veterano.
Creciendo a golpe y porrazo
El primer golpe duro para Sendros fue el fallecimiento de su tío Carlos,
que era el motorista en colaboración con Marcelino, el padre de Luciano,
que desde entonces tomó la posta. La dupla venía trabajando en motores
de TC850 desde la época de Luis Letroye (padre).
TC 850 pasaba días de esplendor en el 2003. En el año que hacemos
referencia (2004) comenzó su línea descendente en cuanto a parque. Eran
tiempos de más de 35- 40 autos por fecha, de los cuales 8 o 9 pertenecían a
la desaparecida "clase B" que se creó para supuestamente abaratar costos
de preparación y mantenimiento del motor. En cuanto se comprobó que
la finalidad de la misma no tenía más sentido, se reunificó la categoría
dejando a criterio de cada motorista si optaba por la preparación "A" o
la "B". Por supuesto que prevaleció la "A", la más picantona.
Luciano en el 2004 llevó el número 12, el Fiat 600 era una combinación
de colores azul, rojo y algunas tiras de blanco, con guardabarros traseros
en plateado. Fue noveno en el campeonato con 41 puntos. El campeón
de ese año fue Luis Alcides Rolón con 209 puntos producto de seis
victorias sobre diez carreras.
Año dominado por Luis Rolón y el Gordini blanco que preparaban en el ta-
ller de calle Buenos Aires Luis y Diego, junto con el recordado Alcides
Rolón, su padre. Seis triunfos en diez carreras, voces airadas en boxes
para pedir que se le ponga una brida al motor Gordini 1050. La categoría
respondió achicando la del motor Gordini 1050.
El 2005 arrancó con una sonrisa para Luciano. El ansiado triunfo ante su
gente, en Concordia, el 20 de marzo. Repitió el podio en la siguiente
corrida en "su" autódromo, escolta el 22 de mayo. Pero no volvió a
subir. Se hizo llegador, para terminar quinto en el torneo con 53 puntos, a
solo 18 del cuarto (Roque Núñez).
El campeón fue Daniel José Salvetti (212) uno de los que más se quejaba del
"robo" de Rolón. El paranaense ganó siete de diez carreras, seis de ellas
consecutivas...Sin comentarios.
Cambió de colores para el 2006 con una hermosa librea donde predominaba
el rojo sobre el azul y el blanco. El número 5 aparecía grandote, como la
esperanza de andar mejor. Pero fue un año frustrante. Un sexto puesto y un
cuarto, recién para el Coronación, fueron los únicos resultados rescatables.
Teóricamente le hubiese tocado el número 14 (así terminó en el torneo)
pero ese año se reunificaron, por lo que de la mezcolanza de pilotos de la
"A" con la "B" le tocó el 22...
a Luciano como siempre, hasta que no pudo resistir más el "Dale campeón" y se sumó.
Volvió a arrancar lindo el año, con un auto lindo y un número "de lotería"
(los dos patitos) en aquel 2007 en el que también recolectaría dos podios
más (un segundo y un tercer puesto) y un total de 82 puntos que lo situa-
ron quinto en el campeonato. El recordado Jorge Caire fue ese año el
campeón, con apenas 146 puntos. Luciano una vez más no pudo entrar al
"club de los cien puntos" que tuvo a Oscar Coffy, Martín Aldás y Eduardo
Landi delante de él.
Borrón y cuenta nueva para el 2008 en el que volvió a ganar una, además de
una serie, en el Coronación de Paraná. Fue la segunda y última visita al po-
dio del año, ya había sido tercero en Concordia el 4 de mayo. Sexto en el tor-
neo con 59 puntos.
Repitió ese año la corona Jorge Caire con 161 puntos. Solamente su amigo y
motorista Coffy le pudo discutir algo, segundo con 124. El tercero Aldás
ya no: 90 puntos lejos. El de La Clarita ya estaba metiendo mano en los
motores. Iba liderando el torneo del año siguiente cuando encontró la muer-
te en la corta recta que lleva a los puentes sobre el ríos Gualeguay, en Paso
de la Laguna. Había vacunos sobre la cinta asfáltica...
Si no se puede mejorar por lo menos hay que mantenerse, y eso en TC 850
es dificilísimo. Esto ocurrió -muy a su pesar- en el 2009 con Luciano, que
retuvo el número 6 cosechando buena cantidad de puntos (94) con tres
podios (una victoria y dos veces segundo) además de un cuarto puesto. En
total, Luciano puntuó en seis de las nueve fechas, un buen promedio. Ese
año TC 850 contó con 45 pilotos "rankeados".
Ya está. Mario Aramburo entrevista a Luciano, que entró segundo de Albisu en la serie y se coronó antes de
que se largue a llover. Ni así se le puede sacar una sonrisa... él sabía que faltaba la técnica.
Paradójicamente, el campeón fue Oscar Coffy con 180 puntos, bien lejos
de Alejandro Cisneros (120) Facundo Tamay (115) y Marcos Markel (114).
Al infortunado Caire, pese a no correr la cuatro últimas, le alcanzaron los
99 puntos que había cosechado para ser quinto, número que jamás luciría.
El "rosario" de problemas regresó en el 2010, cuando apenas pudo lograr
un podio (en Concordia 22 /8) escoltando al que resultaría bicampeón,
Oscar Coffy. Había arrancado prometedor, con dos series ganadas en las
dos primeras fechas, desdibujándose hacia el final. Terminó octavo con
68 puntos, la misma cantidad que Jorge Lambert, que se quedó con el
número 7 por haber ganado una final. Coffy sumó 176, con cinco victorias.
No fue un gran año el 2011 aunque le alcanzaron los 48 puntos para ser
undécimo en el campeonato. Luciano no visitó el podio ese año. Un cuarto
lugar, un sexto y una pole en Paraná fueron los magros resultados. El
campeón fue Markel, con 148 puntos. A partir de esta temporada, si bien
la categoría siguió siendo la que brindara los mejores espectáculos, la
curva descendente del número de inscriptos se iría acentuando.
El 2014 fue el año en el que se empezó a sacar a flote toda la organización
del equipo, como si al fin se hubiese encontrado (victoria en Concepción
del Uruguay en el circuito nuevo) la luz en el fondo del túnel.
Un pole position, dos series ganadas y una gran cosecha de puntos
le permitieron a Luciano arribar tercero en el campeonato, con 124 puntos.
Del número 9 se iba a pasar al 3, amén de haber estado entre los candida-
tos a la corona por primera vez, dos fechas antes del Coronación. Luego
Alejandro Cisneros aplicó toda su "ingeniería" al volante y se llevó el
torneo con 179 puntos. Como podermos apreciar, Luciano ingresó en el
"club de los cien puntos" por lo tanto fue un buen año.
Primera vuelta del Coronación, con Albisu al frente y Sendros segundo. Foto de Hugo Barrionuevo.
Ya estaba tomada la decisión de construir un chasis nuevo, de a poco. La
jaula se hizo en Paraná porque está comprobado que la hacen con una
solidez impresionante. Mientras tanto, el viejo Fiat 600 siguió prestando
servicios, aunque para el auto negro, con guardabarros blancos, no fue lo
que se dice una despedida feliz.
Terminó duodécimo en el torneo 2015 con 55 puntos. El único resultado
más o menos rescatable fue el tercer puesto en el Pre Coronación de Paraná.
Fue esa recordada temporada en la que se definió el título en la técnica, en
Concepción. Eliseo Contardi se había retirado del circuito, ya había
festejado el equipo de Ramiro Silva el "sensacional" campeonato de Ayrton
Londero... que no fue...la exclusión de Humberto Odiard en la técnica hizo
ascender en el clasificador al vialense, que de esta manera se lo llevó por
dos puntos. Contardi 162, Londero 160, Santiago Colomá tercero con 149.
Con el número 12, en la doble jornada de Concepción del Uruguay se "tiró
a la pista" (sic de Kevin Sendros) el chasis nuevo. Tres poles consecutivas
en Paraná y la doble jornada de Concordia fueron lo mejor de la cosecha.
Persistía el problema de la caída de rendimiento del motor, una "karma"
que arrastraba desde una década Luciano. A tal punto que un cuarto puesto
en Paraná, y una serie ganada en Concordia el 12 de junio, cuando al fin
Noveno en el torneo 2016 con 63 puntos, la mayoría de ellos arribando en
el "top ten" pero sin formar parte del lote de punta, como se pretendía. El
salto de calidad tardaría en aparecer..
También en Concepción se definió ese torneo, que muchos recuerdan porque
Iván Srebernich preguntó si era una broma cuando se bajó del Fiat 600 y
todos lo felicitaban por el campeonato logrado, por tan solo un punto
sobre Ramiro Albisu, que era el gran candidato. Se definió en la última
curva, como en el año anterior.
Otro año de prueba y error fue el 2017 cuando el orden y el trabajo empeza-
ron a dar sus frutos. Don Marcelino ya contaba con la ayuda de Kevin el
el armado del motor. Luciano y su primo se encargaban de banquearlo y
en el equipo había un orden cada vez más estricto.
Los días de prueba, por ejemplo, Tato que se dedica habitualmente a la
recolección de datos ("Hace lo mismo que vos" nos dice Sendros) pasa a
una tarea mucho más logística. Se encarga de organizar el almuerzo.Ya se
hizo habitual la presencia de Aldo, el cuñado de Luciano, en cada carrera.
Su función suele ser que a nadie le falte una sonrisa, aún en las malas, que
no fueron pocas.
Iván Nutz siguió siendo el chasista y encargado principal del auto de
competición, que entre carrera y carrera está en su taller de Villa Adela.
A pocos centímetros, bajo una lona, "yace" el chasis viejo con algunos
trofeos sobre el techo. Hay otros sobre una estantería. Se nota que a
Luciano no le gusta acumular trofeos en su living.
Emi Sendros se encarga de las cámaras "on-board" y el resto de los
muchachos está listo para dar una mano si -por ejemplo- hay que cambiar
la caja de velocidades a contrarreloj. Chicho, Julio, Gustavo, Darío. El
tío Gustavo Sendros es infaltable y de cierta forma coordina para que la
mesa, que tradicionalmente se pone una vez terminada la actividad, esté
muy bien servida (damos fe).
Gustavo suele hacer de asador, tarea en la que colabora o mejor dicho
intercambian roles, con Popy, el suegro de Luciano y con Mario. Cuando no
hay parrilla, Aldo y Pola se encargan de cocinar. No lo hacen nada mal, por
cierto. De la "selección musical" se suele encargar el más chico e inquieto
del equipo, que es Kevin.
¿Y Luciano? "Luciano desde el año pasado (por el 2017) es piloto y nada
más" nos dice Kevin. Tuvo que "atarse las manos" para no meterlas más
que en el "último toque" al distribuidor, como tanto le gustaba. Para todo
lo demás están Marcelino y el propio Kevin. Además, nos cuenta que recibie-
ron asesoramiento de Javier Morier en el chasis. De a poco la idea iba
tomando forma.
"El motor siempre estuvo. Le faltaba al chasis y ahí se notó la mano grande
que nos dio Javier" - hace referencia al ex mecánico de la GP2 Series que
para ellos tuvo una enorme participación en la concreción de los logros
que se empezaron a ver a fines del año pasado.
Nadie se ha olvidado de la campaña 2017 de Luciano Sendros, en la que
se alternaron buenas y malas, Décimo en el torneo, porque entre el promiso-
rio arranque serie ganada en Concordia 21/5) y el final favorable hubo un
período de "sequía" tocando "fondo" en la doble jornada también en "su"
circuito, los días 7 y 8 de octubre. A partir de allí, se escaló hasta la cima
a pasos agigantados.
Del número "10" al "1"
Y al fin llegó el año deseado, el de la efectividad. Arrancó con un gustito
amargo en Paraná donde dejó toda la sensación de estar para más, lo que
mos animó a escribir que "estaba de vuelta. El auto competitivo, no Lucia-
no, porque Luciano siempre estuvo".
Siete poles, dos series, cuatro finales y cinco podios podios nada más ni na-
da menos, fue la cosecha del año. Anduvo bien en los tres circuitos en que
corre el TC 850. En las nueve fechas.
Apenas dos abandonos al final de la temporada, que contó con nueve fechas.
Eliseo Contardi lo tocó de atrás el sábado en la fecha 7 de la doble jornada
en Concordia, cuando tenía pole y todas las posibilidades de coronarse al
día siguiente. El otro abandono fue en el Coronación, por una leve falla de
la bomba de nafta (primer desperfecto serio del año) pero también porque
Luciano sabía que faltaba la técnica y no quería castigar más a los fierros
bajo aquella persistente llovizna.
Luego sí, sonó el triángulo y a comer. Se terminaron de asar las chuletitas de
cerdo, en la que los "asadores" contaron con ayuda extra para que las gotas
de lluvia no apaguen el fuego y en el momento menos pensado se desató el
festejo, como puede verse en la foto de más arriba.
El motorhome paró en Villa Adela pero para dejar la cobertura del trailer,
esta vez no entró al taller de Iván Nutz como es habitual. Siguió por el
puente Alvear porque en Isthilart y Güemes lo estaban esperando como se
aprecia en el collage de portada.
En la zona del barrio del Puerto hubo grupos de chicos que fueron los más
fervorosos en saludar al campeón. La caravana se detuvo en la Costanera y
Chacabuco, en donde siguieron festejando por otra media hora. Mucha gente
del deporte motor se acercó a saludar a Luciano, entre otros estuvo Leandro
González.
Los relámpagos y el viento fresco que anunciaban la lluvia que finalmente
empezaría a caer a la madrugada, le dieron un marco surrealista sl merecido
festejo de una peña y de un piloto que nunca bajaron los brazos.
Más números
Luciano con sus cuatro victorias este año (tres de ellas consecutivas) se
transformó en el octavo concordiense campeón del TC 850. Luis Letroye
en 1988 fue el primero, al año siguiente Leonardo Osengar. En 1991 el
título regresa a Concordia con la conducción del siempre bien perfumado
Roberto Castelli.
Marcelo "Tortuga" Agosti se lo llevó en 1992 y Gabriel Scordia lo hizo en
dos años copnsecutivos; 1993- 1994.. Luego vino un lapso de predominio
de los piulotos de Paraná, solo interrumpido por el cetro del colonense
Jorge Ravassi (hijo) en 1999.
Louis Armstrong, un poroto. Concierto en el motorhome, sin gorra en el piso. Nos slavamos.
Recién en 2004 pudo anotarse nuevamente un concordiense, con el cetro
del perseverante Luis Rolon. La tenacidad de Luciano y su equipo lo lleva-
ron a "reconquistar" la arisca corona a 17 años de su primera carrera.
Hasta aquí entonces una breve reseña de la campaña deportiva de Luciano
Jorge Sendros. Cuando la caravana lo recibió en avenida Isthilart ese
domingo al anochecer, empezamos a pergeñar esta nota, que luego de leer
un comentario desubicado en Face creímos un deber editarla.
Ahora falta que los miembros del jurado de los "San Antonio de Padua"
se pongan de acuerdo este fin de año para darle a Luciano el premio que
se merece largamente, por ser el mejor piloto de autos de turismo de la
ciudad. No desde que se coronó campeón, desde hace una década esta-
mos repitiendo que es una injusticia que lo dejen de lado.
Debe ser -perdón por ser reiterativo- el bajo perfil de Luciano, que le juega
en contra. No está en programas amarillos de la TV, no visita las radios a
cada rato.."no vende".
Tal vez en estos últimos días su teléfono esté sonando más de lo
habitual.
@AleSpizzirri (texto, fotos y estadísticas)
Nota: 14 años de la "era Rumbo al Podio" quiere decir. Luciano ya estaba
en la categoría desde tres años antes.
linda nota ale como siempre presente con los pilotos locales en las buenas y malas!!!
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