El pasado fin de semana se disputó la doble jornada del Turismo Pista
1400 cuyas dos finales tuvieron el mismo ganador, José Orellana. Al
entrar en el segundo lugar el sábado, Gastón Dubois se aseguró la coro-
na 2018 de la categoría. Fueron dos 1-2 consecutivos para el Pierini
Competición, que por tercera temporada consecutiva es el equipo del
campeón, con la particularidad de que fueron tres pilotos diferentes.
Dubois largando la final del domingo. Como podemos apreciar, su equipo ya le había puesto el "1" al Celta.
En efecto, recordemos que en el 2016 fue monarca el propio Orellana, el año
pasado Walter Giovenale y este año el ex campeón de karting oriundo de un
pequeño pueblo del departamento Colón, Colonia Mabragaña. Un título gana-
do en pista con una solidez mecánica y conductiva tal que todo el resto de
los integrantes de la categoría felicitaron efusivamente al piloto que venía del
TPE 1600 llegando al zonal para quedarse.
Despidiéndose del número "2" el piloto del barrio La Terminal hizo tabla rasa
llevándose las dos clasificaciones, la primera serie dominical y sendas finales.
Lo siguiente es la crónica de la jornada del domingo, que tuvo un amanecer muy
fresco para esta época del año, subiendo la temperatura hasta ponerse agrada-
ble al mediodía.
Como era previsible a esta fecha faltó Francisco Scervino tras la rotura del
motor en la octava fecha. Mucho menos predecible era la ausencia de Javier
Huerta, siendo como era uno de los tres aspirantes (matemáticos) al cetro.
Las reapariciones de Agustín Roncaglione y Marcos Ruhl fue lo más destacado
en cuanto al parque, que además sufrió la ausencia de Alejandro Cáceres. Es
decir, el 1400 tuvo como para reunir 16 máquinas, pero nunca logró reunirlas
en un evento.
José Orellana que había hecho 1' 28" 813 para la pole del sábado, repitió el
domingo antes del mediodía, con un registro de 1' 28" 431. Gastón Dubois
quedó a 405 y Gustavo Francois a 737. DAcosta y Garnier entraron en el
segundo de diferencia, a 8 y 9 décimas respectivamente.
Se volvieron a disputar dos series, la primera de las cuales apenas tuvo cinco
autos en pista. Es decir, cada piloto tenía asegurado al menos un punto al
largar, un despropósito. Fundamentalmente por la imagen paupérrima que
dan ante el público, que si bien no pagó una entrada, oficia de vocero por
el ancestral "boca a boca"... este es un tema que la categoría tendrá que
charlar en el receso. El domingo no hubo todavía mucha gente detrás del
alambrado. Sin embargo, lentamente el público está regresando al TP 1400,
será mejor para todos que se lo respete.
José Orellana se exigió por un par de vueltas hasta que adopto un ritmo
ideal, vista la enorme distancia que le sacó al escolta.
Al principio nos entretuvo el pícaro "Calo" Garnier que pasó segundo,
cuando el que había largado en el cajón 2 había sido Francois. Pero duró
poco porque ne la vuelta 2 Gustavo recuperó el puesto. Ricky Brugada, que
había pasado detrás de Daniel Peliquero, pudo con el Duna amarillo también
en el segundo giro.
De ahí en más, el Fiat Uno ahora azul de Brugada intentó acercarse al tándem
Francois- Garnier pero todos los intentos fracasaron. Terminó ganando José
por casi una recta opuesta entera de ventaja. Demasiado.
La verdad es que desde el 2003 cuando la Fórmula Entrerriana hacía series,
que no nos aburríamos tanto detrás del paredón de boxes.
No fue mejor la segunda serie, a pesar de contar con un auto más (seis). En
esta el gran dominador fue Gastón Dubois y el Celta apodado "El Biguá" por
el Pierini Competición.
De izquierda a derecha. Prelat, Roncaglione, Dubois, Orellana en lo más alto, Garnier y Francois.
El campeón se le fue sin remedio al sanducero Renzo D'Acosta, que tenía a
Fernando Roude y Alejandro Pellegrini detrás, en la primera pasada por la
línea de control. Más atrás Roncaglione y Prelat iniciaron la que fuera la
gran pulseada aparte de la jornada.
El trencito era esperado con ansias cada minuto y medio, siempre con
Dubois adelante, y Pellegrini (bloqueando) intentando no perderles pisada
con un Fiat Uno que no se pareció al de jornadas anteriores, a tal punto
que en la clasificación el piloto encaró hacia boxes antes de que termine el
tiempo para clasificar -sin entrar a parque cerrado- lo que le valiera el
retiro del registro y tener que largar últimno la batería.
No pudo, por supuesto, contentándose con mirarlos cada vez más lejos, muy
a su pesar. Roude tampoco pudo seguirle el paso al uruguayo . Ganó Dubois
pero no tan cómodo como Orellana en la primera. Lo justo y necesario nomás,
fiel a su estilo.
D'Acosta, Roude, Pellegrini, Roncaglione (a once segundos) y el retrasado
Prelat completaron los seis giros pactados. Esto es lo más positivo que
podemos rescatar, haciendo un esfuerzo. Algunois dichosos podían contro-
lar el fuego del asado entre paso y paso de la mini-caravana. No era nuestro
caso. Inclusive vimos a dos sujetos jugando a las naipes. Créase o no, como
decía Ripley.
La final tenía que tener un "plus", algo motivador, algo que "patee el tablero"
como se dice coloquialmente, Lejanos en el tiempo quedaron esos días en
que el público - no todos, digamos una porción de paladar negro- iba a las
carreras del 1400 "porque se tocan de lo lindo y se arma tole-tole en parque
cerrado"...
No son tiempos para andar arriesgando de más, aunque roces nunca faltan.
Que lo diga Brugada, si no. Ni una final pudo tener los laterales recién
pintados y limpios, que lo "decoró" de negro un neumático "apoyado" o
como dicen los pilotos, "una trompa puesta".
Con Orellana- Dubois en la primera fila la vuelta previa se puso en marcha a
las 15:20. Francois - D'Acosta en la segunda, mirándose de reojo como
buenos compañeros de equipo que tenían el número "2" como objetivo.
Largaron y...¡Zas! los viejos fantasmas de las carambolas se colaron sin
aviso entre los pinos de la curva 2, la recta sur y la zona de "la bota"... no
se entendió bien lo ocurrido ni quién la empezó porque ya sabemos que
los pilotos se acusan entre ellos y nadie quiere admitir que se equivocó.
Lo cierto es que los estaba esperando el show de las banderas amarilla agita-
das (¿el cartel de AS en pista? Bien, gracias) en una especie de remedo del
"Virtual Safety Car" de la F1, donde todos levantan, las banderas flamean
pero el pace car no aparece por ningún lado.
La "carrera de verdad" empezó a las 15: 27 cuando el AS se retiró de pis-
ta, cuando Danie Peliquero no había podido darle alcance a la hilera ¡Hey,
espérenme!
El campeón Dubois, de derecho y de revés. La rasuradora del Pierini Competición siempre está lista en los
Coronación. Debajo, nuevo color en el Fiat Uno de Ricky Brugada.
No hubo caso. Esa segunda pasada sería la última que diera el bueno de
Daniel, que tuvo un retorno para el olvido. Una reflexión: Cuando Daniel
corría con equipo propio, con su hijo al frente del trío de mecánicos, llegó
a ser subcampeón. A partir de entonces entró en una espiral descendente
que pareciera no tener fondo.
Dubois no se resignó al papel de "actor de reparto" en esta final, atacó des-
de el inicio, obligando a Orellana a manejar muy "finito" cuidando la cuer-
da y estirando algunos frenajes como para mantenerlo a raya. "Ir clasifican-
do" como les gusta decir a los pilotos.
Ale Pellegrini parea ser una "Momia" es bastante despierto, se colocó quin-
to detrás de Brugada, que quería copiarle el ritmo al Celta de Gustavo
Francois. Detrás de Pellegrini se ubicaban en la hilera, Roude, Garnier,
D'Acosta, Roncaglione y Prelat.
Así siguieron hasta la cuarta pasada, eln la que era evidente que Pellegrini
no podía sostener el ritmo de Brugada. Además, Garnier se acercaba al
Fiat Uno azul número 17 iniciando lo que sería un inesperado ascenso al
podio, cuando su nuevo Fiat Uno apenas si tiene cuatro finales corridas.
En la quinta vuelta por primera vez Orellana le sacó una leve ventaja a
Dubois. En las restantes vueltas el flmante campeón había compensado lo
que perdía en el rectilíneo frenando exigido en la última curva. Esta vez no
fue así. Brugada y Pellegrini no se acercaban a Francois, la diferencia con
respecto a Garnier pareció estabilizarse.
Para colmo de males, tampoco en el resto de los participantes había algo
parecido a un trencito, Roude tenía un ritmo superior al de Roncaglione, y
este a su vez, era mejor que el andar de Prelat. Quedaba entonces para ver
solamente la persecución de Dubois al puntero Orellana.
En la sexta vuelta, se pudo apreciar que Dubois se propuso hacer una vuelta
muy prolija. Así, quedó otra vez a un par de metros de Orellana. La paridad
de esas dos máquinas fue enorme. Ricky Brugada probó acercarse a Francois
aunque muy pronto desistiría, ya que el sólido ritmo del Celta que prepara
Walter Barbieri es por ahora lo más rescatable del auto estrenado este´año,
uno de los dos nuevos (el restante es el Fiat Uno de Garnier).
El de Villa Elisa parece que se descuidó, y Fernando Roude ni lerdo ni perezo-
so le sacó el sexto lugar, tomando la espada del puño para ir por el mal heri-
do Pellegrini -es un decir, el motor sonaba bien- a sabienda de que para eso
debía tapar bien la cuerda al Fiat Uno "amarillo huevo cocido" y blanco. A
la recta principal la hicieron apareados en la séptima vuelta.
No vimos quine ganó la pulseada en la "curva de los tontos" pero al aparecer
en el curvón nuevamente, Garnier era quinto, Roude sexto. Pellegrini había
perdido tres puestos, pasando octavo en la "hilera discontinuada".
En la novena nuevamente Dubois probó acortar distancias en el frenaje de la
última curva. Roncaglione y Prelat seguía siendo los colistas, ante la ausencia
de Peliquero como ya habíamos comentado.
Entrando en los últimos seis giros, Renzo D'Acosta se cansó de ver de atrás a
su compañero de equipo Fernando Roude, atacándolo por diestra y siniestra.
Al uruguayo no lo conformaba el séptimo lugar.
Pareció que no iba a ocurrir otro sobrepaso, pero siempre hay sorpresas. El
Celta de Francois, fue alcanzado por Brugada, en tanto Roude se seguía
defendiendo de D'Acosta.
Tanto va el cántaro a la fuente que... el refrán cobró vigencia en la entrada a
la duodécima vuelta. Dubois probó por afuera, en maniobra muy audaz. Tanto
Orellana como él demoraron el inicio del frenado, en la típida puja de "quien
afloja primero" y fue Dubois por afuera el que se puso en punta por un breve
lapso. Ni siquiera completó una vuelta como líder porque de inmediato José
recuperó "lo suyo".
Facundo Pierini en la grilla chequeando el Fiat 147 del ganador antes de largar la final. Don Rubén hace otro tanto
con el Celta de Dubois.
Así, en la decimotercera vuelta, se aprecieraon dos significativas novedades. A
la punta regresó Orellana y en el tercer lugar pasó "Calo" Garnier. para alegría
del grupo que lo acompaña. Francois había perdido terreno, situándose a mitad
de distancia entre el tándem Roude- D'Acosta -que seguían en plena batalla
por el quinto lugar- y Alejandro Pellegrini, que giraba solamente con la intención
de cumplir con la totalidad de vueltas.
Entrando en el último giro, D'Acosta que había podido con Roude, fue por Bruga-
da, sin embargo la tarea quedó incolclusa porque ninguno de los dos logró arribar
a la meta. El sanducero nos dijo que fue un problema mecánico. Pellegrini no
logró cumplir la vuelta 15, ingresó a boxes para abandonar.
En el último intento de Dubois antes de la bandera a cuadros estuvieron los dos
autos a punto de tocarse. El campeón exhibió una garra que suele esconder en
otras oportunidades. Aquí no tenía nada que perder, se la jugó y perdió porque
Orellana estaba decidido a no regalar nada.
Heredó Agustín Roncaglione el quinto lugar y Héctor Prelat el sexto, logrando
arribar Fernando Roude en la séptima colocación.
Por tercera vez en el año se le escapó el podio a Roude, dadas las circunstancias
de la carrera, bien que pudo haber arribado ahí... el metódico Garnier se llevó
un podio a Villa Elisa, para cerrar el año con muchas esperanzas de poner más
adelante el Fiat Uno.
No es el momento del análisis, que haremos más adelante. Es la hora de los
festejos ¡Salud, campeón! Primer campeonato para Dubois y para Colonia
Mabragaña. Primero para el chasis Chevrolet Celta y sexto para los motores
de Facundo Pierini.
@AleSpizzirri
CLASIFICADOR FINAL - NOVENA FECHA- SÁBADO 1º DICIEMBRE 2018
Circuito de 3.080 metros- 12 vueltas - Distancia: 36,96 km
1º José Orellana Concordia 19' 19" 961
2º Gastón Dubois Col. Mabragaña a 1" 246
3º Renzo DAcosta Paysandú a 2" 412
4º Fernando Roude Concordia a 2" 979
5º Alejandro Pellegrini Concordia a 3" 688
6º Gustavo Francois Concordia a 4" 318
7º Ricardo Garnier Villa Elisa a 12" 593
8º Héctor Prelat Concordia a 12" 713
9º Marcos Ruhl Paraná a una vuelta
Abandonaron: Agustín Roncaglione - Concordia 7 vueltas
Ricardo Brugada - Concordia 6 vueltas
Daniel Peliquero - Estación Yuquerí 2 vueltas
CLASIFICADOR FINAL- CORONACIÓN TP 1400 - CONCORDIA - 2 DIC 2018
Circuito de 3.080 metros - 16 vueltas - Distancia: 49,28 km
1º José Orellana Fiat 147 25' 05" 361
2º Gastón Dubois Chevrolet Celta a 573
3º Ricardo Garnier Fiat Uno a 20" 778
4º Gustavo Francois Chevrolet Celta a 33" 737
5º Agustín Roncaglione Fiat Uno a 37" 057
6º Héctor Prelat Fiat Uno a 54" 398
7º Fernando Roude Fiat Uno a 54" 806
8º Renzo DAcosta Fiat Uno a una vuelta
9º Ricardo Brugada Fiat Uno a una vuelta
10º Alejandro Pellegrini Fiat Uno a dos vueltas
Abandonó: Daniel Peliquero - Fiat Duna- 2 vueltas
No largó: Marcos Ruhl- Fiat Duna
1400 cuyas dos finales tuvieron el mismo ganador, José Orellana. Al
entrar en el segundo lugar el sábado, Gastón Dubois se aseguró la coro-
na 2018 de la categoría. Fueron dos 1-2 consecutivos para el Pierini
Competición, que por tercera temporada consecutiva es el equipo del
campeón, con la particularidad de que fueron tres pilotos diferentes.
Dubois largando la final del domingo. Como podemos apreciar, su equipo ya le había puesto el "1" al Celta.
En efecto, recordemos que en el 2016 fue monarca el propio Orellana, el año
pasado Walter Giovenale y este año el ex campeón de karting oriundo de un
pequeño pueblo del departamento Colón, Colonia Mabragaña. Un título gana-
do en pista con una solidez mecánica y conductiva tal que todo el resto de
los integrantes de la categoría felicitaron efusivamente al piloto que venía del
TPE 1600 llegando al zonal para quedarse.
Despidiéndose del número "2" el piloto del barrio La Terminal hizo tabla rasa
llevándose las dos clasificaciones, la primera serie dominical y sendas finales.
Lo siguiente es la crónica de la jornada del domingo, que tuvo un amanecer muy
fresco para esta época del año, subiendo la temperatura hasta ponerse agrada-
ble al mediodía.
Como era previsible a esta fecha faltó Francisco Scervino tras la rotura del
motor en la octava fecha. Mucho menos predecible era la ausencia de Javier
Huerta, siendo como era uno de los tres aspirantes (matemáticos) al cetro.
Las reapariciones de Agustín Roncaglione y Marcos Ruhl fue lo más destacado
en cuanto al parque, que además sufrió la ausencia de Alejandro Cáceres. Es
decir, el 1400 tuvo como para reunir 16 máquinas, pero nunca logró reunirlas
en un evento.
José Orellana que había hecho 1' 28" 813 para la pole del sábado, repitió el
domingo antes del mediodía, con un registro de 1' 28" 431. Gastón Dubois
quedó a 405 y Gustavo Francois a 737. DAcosta y Garnier entraron en el
segundo de diferencia, a 8 y 9 décimas respectivamente.
Se volvieron a disputar dos series, la primera de las cuales apenas tuvo cinco
autos en pista. Es decir, cada piloto tenía asegurado al menos un punto al
largar, un despropósito. Fundamentalmente por la imagen paupérrima que
dan ante el público, que si bien no pagó una entrada, oficia de vocero por
el ancestral "boca a boca"... este es un tema que la categoría tendrá que
charlar en el receso. El domingo no hubo todavía mucha gente detrás del
alambrado. Sin embargo, lentamente el público está regresando al TP 1400,
será mejor para todos que se lo respete.
José Orellana se exigió por un par de vueltas hasta que adopto un ritmo
ideal, vista la enorme distancia que le sacó al escolta.
Al principio nos entretuvo el pícaro "Calo" Garnier que pasó segundo,
cuando el que había largado en el cajón 2 había sido Francois. Pero duró
poco porque ne la vuelta 2 Gustavo recuperó el puesto. Ricky Brugada, que
había pasado detrás de Daniel Peliquero, pudo con el Duna amarillo también
en el segundo giro.
De ahí en más, el Fiat Uno ahora azul de Brugada intentó acercarse al tándem
Francois- Garnier pero todos los intentos fracasaron. Terminó ganando José
por casi una recta opuesta entera de ventaja. Demasiado.
La verdad es que desde el 2003 cuando la Fórmula Entrerriana hacía series,
que no nos aburríamos tanto detrás del paredón de boxes.
No fue mejor la segunda serie, a pesar de contar con un auto más (seis). En
esta el gran dominador fue Gastón Dubois y el Celta apodado "El Biguá" por
el Pierini Competición.
De izquierda a derecha. Prelat, Roncaglione, Dubois, Orellana en lo más alto, Garnier y Francois.
El campeón se le fue sin remedio al sanducero Renzo D'Acosta, que tenía a
Fernando Roude y Alejandro Pellegrini detrás, en la primera pasada por la
línea de control. Más atrás Roncaglione y Prelat iniciaron la que fuera la
gran pulseada aparte de la jornada.
El trencito era esperado con ansias cada minuto y medio, siempre con
Dubois adelante, y Pellegrini (bloqueando) intentando no perderles pisada
con un Fiat Uno que no se pareció al de jornadas anteriores, a tal punto
que en la clasificación el piloto encaró hacia boxes antes de que termine el
tiempo para clasificar -sin entrar a parque cerrado- lo que le valiera el
retiro del registro y tener que largar últimno la batería.
No pudo, por supuesto, contentándose con mirarlos cada vez más lejos, muy
a su pesar. Roude tampoco pudo seguirle el paso al uruguayo . Ganó Dubois
pero no tan cómodo como Orellana en la primera. Lo justo y necesario nomás,
fiel a su estilo.
D'Acosta, Roude, Pellegrini, Roncaglione (a once segundos) y el retrasado
Prelat completaron los seis giros pactados. Esto es lo más positivo que
podemos rescatar, haciendo un esfuerzo. Algunois dichosos podían contro-
lar el fuego del asado entre paso y paso de la mini-caravana. No era nuestro
caso. Inclusive vimos a dos sujetos jugando a las naipes. Créase o no, como
decía Ripley.
La final tenía que tener un "plus", algo motivador, algo que "patee el tablero"
como se dice coloquialmente, Lejanos en el tiempo quedaron esos días en
que el público - no todos, digamos una porción de paladar negro- iba a las
carreras del 1400 "porque se tocan de lo lindo y se arma tole-tole en parque
cerrado"...
No son tiempos para andar arriesgando de más, aunque roces nunca faltan.
Que lo diga Brugada, si no. Ni una final pudo tener los laterales recién
pintados y limpios, que lo "decoró" de negro un neumático "apoyado" o
como dicen los pilotos, "una trompa puesta".
Con Orellana- Dubois en la primera fila la vuelta previa se puso en marcha a
las 15:20. Francois - D'Acosta en la segunda, mirándose de reojo como
buenos compañeros de equipo que tenían el número "2" como objetivo.
Largaron y...¡Zas! los viejos fantasmas de las carambolas se colaron sin
aviso entre los pinos de la curva 2, la recta sur y la zona de "la bota"... no
se entendió bien lo ocurrido ni quién la empezó porque ya sabemos que
los pilotos se acusan entre ellos y nadie quiere admitir que se equivocó.
Lo cierto es que los estaba esperando el show de las banderas amarilla agita-
das (¿el cartel de AS en pista? Bien, gracias) en una especie de remedo del
"Virtual Safety Car" de la F1, donde todos levantan, las banderas flamean
pero el pace car no aparece por ningún lado.
La "carrera de verdad" empezó a las 15: 27 cuando el AS se retiró de pis-
ta, cuando Danie Peliquero no había podido darle alcance a la hilera ¡Hey,
espérenme!
El campeón Dubois, de derecho y de revés. La rasuradora del Pierini Competición siempre está lista en los
Coronación. Debajo, nuevo color en el Fiat Uno de Ricky Brugada.
No hubo caso. Esa segunda pasada sería la última que diera el bueno de
Daniel, que tuvo un retorno para el olvido. Una reflexión: Cuando Daniel
corría con equipo propio, con su hijo al frente del trío de mecánicos, llegó
a ser subcampeón. A partir de entonces entró en una espiral descendente
que pareciera no tener fondo.
Dubois no se resignó al papel de "actor de reparto" en esta final, atacó des-
de el inicio, obligando a Orellana a manejar muy "finito" cuidando la cuer-
da y estirando algunos frenajes como para mantenerlo a raya. "Ir clasifican-
do" como les gusta decir a los pilotos.
Ale Pellegrini parea ser una "Momia" es bastante despierto, se colocó quin-
to detrás de Brugada, que quería copiarle el ritmo al Celta de Gustavo
Francois. Detrás de Pellegrini se ubicaban en la hilera, Roude, Garnier,
D'Acosta, Roncaglione y Prelat.
Así siguieron hasta la cuarta pasada, eln la que era evidente que Pellegrini
no podía sostener el ritmo de Brugada. Además, Garnier se acercaba al
Fiat Uno azul número 17 iniciando lo que sería un inesperado ascenso al
podio, cuando su nuevo Fiat Uno apenas si tiene cuatro finales corridas.
En la quinta vuelta por primera vez Orellana le sacó una leve ventaja a
Dubois. En las restantes vueltas el flmante campeón había compensado lo
que perdía en el rectilíneo frenando exigido en la última curva. Esta vez no
fue así. Brugada y Pellegrini no se acercaban a Francois, la diferencia con
respecto a Garnier pareció estabilizarse.
Para colmo de males, tampoco en el resto de los participantes había algo
parecido a un trencito, Roude tenía un ritmo superior al de Roncaglione, y
este a su vez, era mejor que el andar de Prelat. Quedaba entonces para ver
solamente la persecución de Dubois al puntero Orellana.
En la sexta vuelta, se pudo apreciar que Dubois se propuso hacer una vuelta
muy prolija. Así, quedó otra vez a un par de metros de Orellana. La paridad
de esas dos máquinas fue enorme. Ricky Brugada probó acercarse a Francois
aunque muy pronto desistiría, ya que el sólido ritmo del Celta que prepara
Walter Barbieri es por ahora lo más rescatable del auto estrenado este´año,
uno de los dos nuevos (el restante es el Fiat Uno de Garnier).
El de Villa Elisa parece que se descuidó, y Fernando Roude ni lerdo ni perezo-
so le sacó el sexto lugar, tomando la espada del puño para ir por el mal heri-
do Pellegrini -es un decir, el motor sonaba bien- a sabienda de que para eso
debía tapar bien la cuerda al Fiat Uno "amarillo huevo cocido" y blanco. A
la recta principal la hicieron apareados en la séptima vuelta.
No vimos quine ganó la pulseada en la "curva de los tontos" pero al aparecer
en el curvón nuevamente, Garnier era quinto, Roude sexto. Pellegrini había
perdido tres puestos, pasando octavo en la "hilera discontinuada".
En la novena nuevamente Dubois probó acortar distancias en el frenaje de la
última curva. Roncaglione y Prelat seguía siendo los colistas, ante la ausencia
de Peliquero como ya habíamos comentado.
Entrando en los últimos seis giros, Renzo D'Acosta se cansó de ver de atrás a
su compañero de equipo Fernando Roude, atacándolo por diestra y siniestra.
Al uruguayo no lo conformaba el séptimo lugar.
Pareció que no iba a ocurrir otro sobrepaso, pero siempre hay sorpresas. El
Celta de Francois, fue alcanzado por Brugada, en tanto Roude se seguía
defendiendo de D'Acosta.
Tanto va el cántaro a la fuente que... el refrán cobró vigencia en la entrada a
la duodécima vuelta. Dubois probó por afuera, en maniobra muy audaz. Tanto
Orellana como él demoraron el inicio del frenado, en la típida puja de "quien
afloja primero" y fue Dubois por afuera el que se puso en punta por un breve
lapso. Ni siquiera completó una vuelta como líder porque de inmediato José
recuperó "lo suyo".
Facundo Pierini en la grilla chequeando el Fiat 147 del ganador antes de largar la final. Don Rubén hace otro tanto
con el Celta de Dubois.
Así, en la decimotercera vuelta, se aprecieraon dos significativas novedades. A
la punta regresó Orellana y en el tercer lugar pasó "Calo" Garnier. para alegría
del grupo que lo acompaña. Francois había perdido terreno, situándose a mitad
de distancia entre el tándem Roude- D'Acosta -que seguían en plena batalla
por el quinto lugar- y Alejandro Pellegrini, que giraba solamente con la intención
de cumplir con la totalidad de vueltas.
Entrando en el último giro, D'Acosta que había podido con Roude, fue por Bruga-
da, sin embargo la tarea quedó incolclusa porque ninguno de los dos logró arribar
a la meta. El sanducero nos dijo que fue un problema mecánico. Pellegrini no
logró cumplir la vuelta 15, ingresó a boxes para abandonar.
En el último intento de Dubois antes de la bandera a cuadros estuvieron los dos
autos a punto de tocarse. El campeón exhibió una garra que suele esconder en
otras oportunidades. Aquí no tenía nada que perder, se la jugó y perdió porque
Orellana estaba decidido a no regalar nada.
Heredó Agustín Roncaglione el quinto lugar y Héctor Prelat el sexto, logrando
arribar Fernando Roude en la séptima colocación.
Por tercera vez en el año se le escapó el podio a Roude, dadas las circunstancias
de la carrera, bien que pudo haber arribado ahí... el metódico Garnier se llevó
un podio a Villa Elisa, para cerrar el año con muchas esperanzas de poner más
adelante el Fiat Uno.
No es el momento del análisis, que haremos más adelante. Es la hora de los
festejos ¡Salud, campeón! Primer campeonato para Dubois y para Colonia
Mabragaña. Primero para el chasis Chevrolet Celta y sexto para los motores
de Facundo Pierini.
@AleSpizzirri
CLASIFICADOR FINAL - NOVENA FECHA- SÁBADO 1º DICIEMBRE 2018
Circuito de 3.080 metros- 12 vueltas - Distancia: 36,96 km
1º José Orellana Concordia 19' 19" 961
2º Gastón Dubois Col. Mabragaña a 1" 246
3º Renzo DAcosta Paysandú a 2" 412
4º Fernando Roude Concordia a 2" 979
5º Alejandro Pellegrini Concordia a 3" 688
6º Gustavo Francois Concordia a 4" 318
7º Ricardo Garnier Villa Elisa a 12" 593
8º Héctor Prelat Concordia a 12" 713
9º Marcos Ruhl Paraná a una vuelta
Abandonaron: Agustín Roncaglione - Concordia 7 vueltas
Ricardo Brugada - Concordia 6 vueltas
Daniel Peliquero - Estación Yuquerí 2 vueltas
CLASIFICADOR FINAL- CORONACIÓN TP 1400 - CONCORDIA - 2 DIC 2018
Circuito de 3.080 metros - 16 vueltas - Distancia: 49,28 km
1º José Orellana Fiat 147 25' 05" 361
2º Gastón Dubois Chevrolet Celta a 573
3º Ricardo Garnier Fiat Uno a 20" 778
4º Gustavo Francois Chevrolet Celta a 33" 737
5º Agustín Roncaglione Fiat Uno a 37" 057
6º Héctor Prelat Fiat Uno a 54" 398
7º Fernando Roude Fiat Uno a 54" 806
8º Renzo DAcosta Fiat Uno a una vuelta
9º Ricardo Brugada Fiat Uno a una vuelta
10º Alejandro Pellegrini Fiat Uno a dos vueltas
Abandonó: Daniel Peliquero - Fiat Duna- 2 vueltas
No largó: Marcos Ruhl- Fiat Duna
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