Sabemos que hay muchos entusiastas de las categorías de turismo en
Entre Ríos y no queremos que se sientan mal al leer estas líneas. Pero
la gran gloria del automovilismo entrerriano, el automovilismo deportivo
por antonomasia siempre ha sido el "auto especial" (el preparado) como
se le decía a los coches de Fórmula en el pasado.
Más precisamente, la Fórmula 5 llevó a todos los confines del país la
leyenda de la categoría popular y accesible. Furor de verdaderas multitu-
des, que solían correr en un principio en escenarios naturales y luego en
pista de tierra compactada diseñadas a tales efecto, porque el "retorno"
en materia financiera estaba asegurado.
Con los avatares de los diferentes cambios de rumbo de sucesivos gobier-
nos nacionales, la otrora poderosa "Fórmula 5" de los entrerrianos fue
mutando, dividiéndose y también sufriendo un fallida expansión unicista
llamada "Fórmula Entrecor" con al idea de agrupar a las limitadas de Santa
Fe y Córdoba. Posteriormente, en 1990 se logró unificar las dos grandes
vertientes de la provincia y darle forma a la actual Fórmula Entrerriana.
Ahora bien. F.E, la categoría de fórmula más avanzada del país hasta que
se puso en marcha el proyecto de la FIA F4 Sudamericana, comenzó una
vertiginosa caída que derivó en un gran interrogante para este año.
Fue la única categoría que no presentó un calendario de todas las afiliadas
a la Federación Automovilística Entrerriana. Futuro incierto, más todavía
tras la renuncia del piloto (se retiró) que llevaba la pesada mochila de presi-
dir la Asociación de Pilotos y Propietarios que con tanto esfuerzo lograra
terminar - a duras penas - el torneo 2019.
Dentro de este escenario, con el agravante de la incertidumbre que genera la
pandemia por todos conocida, un grupo de entusiastas concepcioneros
se estuvo moviendo mucho y bien hasta que llegó a anunciar un zonal de
Fórmula Entrerriana "B" (o bis) que obviamente tendrá como zona núcleo
al autódromo de Concepción del Uruguay.
La idea no es nueva pues hace más de una década que se intentó revivir a la
F.E. con un reglamento alternativo ("B") que tenía previsto la competencia
entre chasis que ya habían pasado al desuso, como Berta, Crespi y las imitacio-
nes que se hicieron de los mismos. No tuvo eco.
Para colmo de males, se gastó muchísimo capital en el desarrollo de un motor
alternativo, contratando a un conocido preparador (Marcelo Sagardia) que nunca
le encontró la vuelta al motor Renault a inyección ajustándose al reglamento
aprobado. Eso sí, mediante el alquiler del chasis a Fernando Miceo se logró
promocionar a pilotos como José María Daglio o Sofía Percara, en el llamado
"auto laboratorio" que es la función más rescatable del problemático motor.
Los detalles de dichas efímeras trayectorias fueron narradas y documentadas
en su momento en este sitio, por lo que no abundaremos en detalles.
Tiene este nuevo proyecto muchos puntos que animan a pensar que esta vez,
la tercera, podría ser la vencida, Vamos a estar pendiente de las noticias y le
daremos toda la difusión que semejante idea se merece.
No obstante, en este artículo vamos a sopesar en una imaginaria balanza todos
los detalles de la nueva categoría, aún con el riesgo de cometer deslices - fiel
a nuestro estilo - porque no contamos con el reglamento entero todavía como
para hacer evaluaciones más profundas.
El primer punto en el que ponemos la lupa es la idea de que "esta fórmula sea
un paso intermedio entre el karting y la Fórmula Entrerriana" puesto que
entendemos que esa categoría ya existe y se llama Fórmula Renault Entrerriana.
La fórmula es un remanente de aquel glorioso SP 1000 Diamantino, que mediante
una tapa muy bien diseñada elevaba la cilindrada de los Fiat 600 a un litro, La
FRE nació para ser la "telonera" de la misma y con el tiempo fue la única
sobreviviente.
La FRE reeditó aquella conjunción inmejorable que era el chasis artesanal "made
in casa" o mejor dicho la imitación de chasis ya exitosos, hechos y desarrollados
por manos entrerrianas. Ya hemos subido muchas fotos de la misma, en especial en
cada viaje que hacíamos a Paraná y se presentaba la FRE acompañando a las
provinciales. Las ilustraciones sin epígrafe de esta nota son todas fotos de
archivo de dichas competencias.
La objeción más importante que le hacíamos a esta fórmula estaba relacionada
nada más ni nada menos que con el tema seguridad. Estamos en el 2020, los
autos de fórmula tienen halo a partir de la FIA F4 con los chasis Mygale. Los
Dallara de la Indycar estrenaron el parabrisas diseñado por Red Bull Racing,
denominado "aeroscreen".
Subirse a un chasis tubular, cuya única medida de seguridad son los dos arcos
antivuelco (uno a espaldas del piloto y el otro a la altura de las piernas) con
apenas una carrocería de fibra de vidrio común (nada de kevlar ni de chapa de
aluminio aunque hay alguna excepción) es absolutamente anacrónico.
La idea de empezar con chasis Crespi similares a los de la Fórmula 4 Nueva
Generación o a la Fórmula Plus de los cordobeses, aumenta un poco el tema
de la seguridad del piloto, aunque tenemos una idea a largo plazo mucho
mejor para proponer.
No se entiende porqué, teniendo gente con probada capacidad para trabajar
el aluminio y dos claros polos metalúrgicos como Concepción del Uruguay y
el departamento Paraná (en especial, María Grande donde supieron hacer ¡hasta
un barco!) se recurre a vetustos chasis de la década del '80 cuyas suspensiones
"sesentosas" están muy lejos de las que usan en Brasil o en Europa.
El Dallara que imitó (y modificó) Fernando Miceo es un ejemplo, pero tenemos
muchos apellidos gloriosos en la carpeta de los recuerdos y muchos, demasiados
jóvenes con toda la audacia propia de su edad y los conocimientos técnicos
medianamente asimilados como para poner manos a la obra.
Y lo más importante, de no tener todos los conocimientos y herramientas, tienen
suficiente humildad como para capacitarse, comprometerse con una categoría y
llevar a buen fin un emprendimiento de esta naturaleza. Léase, producir chasis en
serie como alguna vez se hiciera una copia fiel del Ralt del chileno Eliseo Salazar
para Alberto Carmelo Scarazzini, o un "macheteado" del Brabham BT 36 de Carlos
Reutemann para que se luzca en las pista el recordado Fernando Mariano.
El segundo punto es menos polémico pero nuevamente nos permitimos hacer una
comparación con la ya consolidada FRE. Es el motor elegido.
Mientras en la FRE se emplea el archiconocido y fiel motor del R12 aspirado,
con detalles de preparación que lo hacen muy rendidor, la nueva fórmula que
va a estar fiscalizada oficialmente por FAE y organizada en la órbita de la
Comisión Autódromo Concepción del Uruguay, se ha elegido al Renault
K4M de 1.600 centímetros cúbicos y 16 válvulas.
Este motor montado sobre los Clio, Laguna o Mégane llega a otorgar 110 CV
es decir teóricamente sería menos potente que el de un F.E. con la ventaja de
poder estandarizar la "centralita" electrónica (se supone provista por la
categoría y precintada) para garantizar un desempeño parejo, seguro y estable.
La idea es buena y no es otra cosa que una copia mejorada de lo que ya está
probado por las categorías ya nombradas.
Este motor que lleva cuatro bobinas de encendido (una por cada cilindro) tiene
además otra desventaja, propia de los motores de la línea "K" de Renault que
es la imposibilidad de encamisar los cilindros, Como sabemos, cualquier
inconveniente con el block derivará indefectiblemente en su reemplazo. Esto
ya se experimentó en la F.E. con el K7M y no debería extrañar a nadie.
Se dice que es más elástico, producto de la posibilidad de ser programado
el encendido. Y que sumándole la menor potencia a esta característica se
podría lograr un motor de aceleración menos nerviosa, lo que derivaría en
una notable mejora en la vida útil de las cajas de cambios.
La chispa se demuestra andando, esto es solamente el resumen de las
diferentes opiniones que fuimos recolectando de taller en taller, consultados
que fueron quienes son referentes en la reparación de los mismos en esta
ciudad.
El parte oficial de Prensa Autódromo de Concepción del Uruguay daba
cuenta del interés en sumarse a la novel categoría de al menos cuatro
jóvenes pilotos, todos provenientes del karting.
Vamos a seguir atentos a la evolución de los acontecimientos, porque esta
vez la iniciativa está a cargo de gente que proviene de la ciudad con más
impulso fierrero de la provincia. Es más, si se unen, los de Concepción del
Uruguay siempre logran lo que se proponen.
(Imagen de la cuenta del piloto, subida por Prensa de dicha categoría)
Por ahora habrá que seguir la evolución de esta emergencia sanitaria que ya
se ha cobrado la vida de medio centenar de entrerrianos y miles de argentinos.
Ojalá que algún día entren a pista al menos cinco monopostos y podamos al
fin tener una esperanza de categoría de Fórmula en la costa del río Uruguay.
En nuestros sueños, pilotos de la costa del Paraná con estos chasis de FRE que
mostramos se podrían unir a la misma, como ya lo hicieran en sentido inverso
pilotos de Colón y de Concepción en su momento.
Soñar no cuesta nada y por el momento es todo lo que algunos pueden hacer.
@AleSpizzirri
(texto y fotos)
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