Cualquiera sean las condiciones de vida, la posición social, la edad o el
estado de su salud, a los argentinos esta pandemia nos marcará a fuego.
Porque se dio en un contexto poco favorable, encontrando a un Poder
Ejecutivo bisoño, irresoluto o en la peor de las suposiciones, condiciona-
do por su postura ideológica. Ya no es un tema que toda una generación
de afligidos padres podamos reparar. Hay que reconocerlo, algo nos salió
muy mal. Se rompió ese hilo invisible que le daba una geografía nacional
a nuestros sueños y los proyectaba en nuestros hijos.
Una imagen que no veremos más. Rodrigo se lleva sus sueños a Valencia, España. El casco
estará colgado a la espera de una nueva oportunidad. ¿Y quién te dice? En una de ésas...
Así, prácticamente todos los días veíamos en las redes mensajes de despedidas.
Jóvenes que se van a probar suerte en el exterior, felices, contentos con su
pasaporte, que despertaban sana envidia en los de su edad y aflicción en
los padres que tenemos hijos adolescentes y debemos "dar la cara" por este
ruinoso presente, por este desastre anunciado. Pero como no eran caras conocidas
no nos afectaba más allá del suspiro y el "¡Quién pudiera!" porque claro, a noso-
tros ya se nos pasó el cuarto de hora para emigrar.
Ahora bien, cuando el mensaje llega de manera directa por Whatsapp desde
un ser querido, por la partida de un chico que conocemos de años, desde sus
inicios deportivos, la cosa cambia. Sacude, conmueve hasta las entrañas. Rebe-
la... un poco tarde para la rebeldía ¿no? Al principio, sorprende. Minutos más
tarde, probablemente nos irrite. Y finalmente, enjuagada la última furtiva lágri-
ma que se nos "piantó", de pura bronca nomás, lo aceptamos. Lo reconocemos,
los felicitamos y con esa vergüenza propia del que reconoce que está en
falta, terminamos de procesar la información y los alentamos por su innegable
coraje. Esto fue lo que nos ocurrió cuando Rubén, ese amigo de las estudiantinas
de la secundaria, devenido en concurrente y "factótum" de la campaña deportiva
de Rodrigo Avit nos avisó que este domingo le hacen una despedida en el
autódromo.
¿Cómo, Rodrigo? "No -negamos al principio, como pegándonos la cabeza con-
tra la pared- Rodri no se puede ir... Es joven y tiene todo el futuro por delant..."
Y allí es cuando el trago de saliva amarga nos deposita de golpe y porrazo en
la cruel realidad. No, no hay futuro a la vista. No podemos seguir haciendo
cómplices de nuestros delirios de grandeza a la juventud. No podemos seguir
haciendo de gurúes, de promeseros de "Argentina Potencia" (como alguna
presidenta décadas atrás) y menos que menos de "cortadores de alas"...
Hecho el sanador "mea culpa" no quedó otra que buscar en la agenda el
número del Whatsapp de Rodrigo y pedirle que nos cuente algo de su
ambicioso proyecto, cuando está a pocas horas de subirse al avión rumbo a la
"Madre Patria". A partir del siguiente párrafo, la transcripción de la misma.
CUANDO LA LÍNEA DE LARGADA SE TRASLADA A EZEIZA
- Hola Rodri. Te llamo porque quisiera que nos cuentes cómo empezó a
bullir en tu cabeza la idea de emigrar, sabemos que ya te han entregado
el pasaporte en Rosario y solo te queda hacer las valijas y esperar la
fecha de partida.
- Hola Ale. La idea de irnos a España surgió a mediados de febrero.
Duele mucho saber que en este país no hay oportunidades, más que
nada para nosotros los jóvenes. No alcanza, ni laburando horas
extra alcanza ya. Tengo la enorme fortuna de tener la ciudadanía
europea, por ende solamente tenía que tramitar mi pasaporte
europeo...
- Un trámite engorroso...
- Así es. Me llevó varios meses el trámite. en tiempos de pandemia
todos los trámites son "on-line" y entre tantas idas y vueltas, el
papeleo a presentar, todo eso ¿viste? Bueno, nos llevó casi cuatro
meses pero ya está, lo logramos.
- Ahora seguro escuchás a los que te alientan para que "empieces de cero"
en Valencia, la ciudad elegida.
- Son muchos lo que dicen que vas a "arrancar de cero" en el exterior,
déjame contarte que no es así. Uno "arranca" desde que surge la idea
de partir, desde el aguante por la demora de los trámites para partir.
Algo ya arrancó dentro de uno cuando se empezó a aprontar todo
para la partida, desde que uno toma la decisión de partir, desde ese
momento "arranca" la nueva vida, o como quieran llamarlo.
- Uno los imagina desde acá detrás de la pantalla, muy ansiosos, muy felices.
Pero ¿Cómo estás, como están con tu compañera de vida con la que vas a
encarar este desafío? ¿Cuál es el estado de ánimo? En definitiva, como dicen
las abuelas ¿Con qué sensaciones se van?
- Nos vamos muy seguros (de nuestra decisión), muy felices y muy
positivos. Si uno se lo propone, lo logra. Por eso hay que soñar, y
mucho...
- Perdón por la irreverencia. ¿Habrá que despedirse de Rodrigo Avit, el
talentoso piloto de karting?
- Y... no. No descarto la posibilidad de que allá me surja alguna propues-
ta para seguir ligado al karting, de alguna manera. Sería lo ideal, es
lo que más me gusta de la vida. No descarto ninguna posibilidad.
- Entiendo. Hay que estar abierto a toda posibilidad de trabajo porque acá no hay.
- Hay muchas más posibilidades allá. Pero no nos vamos solamente por
la falta de trabajo, sino por un conjunto de cosas. Trabajo, seguridad,
oportunidades para crecer, para conocer, para volver a sonreír...
- A costa de extrañar a la familia...
- Obvio que sí, la familia es lo primero y seguro que se los va a extrañar,
ya sabemos que los vamos a extrañar. Pero nos vamos en busca de una
vida mejor. Mis viejos a eso lo tienen muy claro y nos apoyan.
Cuando Rodrigo dice "mis viejos" incluye también a los padres de su novia, por
supuesto. No solamente a Rubén y Gabi, que nos consta en estos últimos días
han estado muy activos tratando de recaudar fondos para costear los pasajes,
los primeros días de gastos, apelando a toda clase de recursos, vendiendo
incluso todo lo que sentían que ya no tenía sentido seguir atesorando porque
hay "un nuevo sueño" en marcha y ellos tenían la obligación de alinearse
detrás de él, por más que el corazón se les parta en pedazos.
- Rodri ¿Costó mucho convencer a tus suegros? ¿O ellos lo apoyaron desde
un principio?
- ¡No fue muy difícil! (se ríe) ellos estaban de acuerdo desde un principio,
como decís. Mis viejos también, los vamos a extrañar un montón, pero
es un cambio para mejor. La idea es acomodarnos lo antes posible
para poder venir a visitarlos en el futuro, o bien esperarlos cuando ellos
puedan viajar.
(Nos estábamos poniendo muy nostálgicos) Ahora si me lo permitís, vamos a
hablar un poco de tus inicios, aquellos tiempos del debut, cuando no sabías si
ibas a servir para esto o no (parafraseamos al gran Vicente Linares) los nervios,
todo eso... ¿Cómo empezó tu campaña deportiva?
- Todo empezó en el 2012 cuando arrancamos en el zonal de Victoria.
Corrimos por primera vez en un circuito de tierra, sin tener ninguna
experiencia. Con muchas ansias de girar, de poder girar sin estorbar,
de no provocar ningún accidente con una maniobra. Terminar era
la única expectativa. Al año siguiente (2013) conocimos a la familia
Rondan que nos dio una mano enorme en este deporte. Ahí fue cuan-
do nos decidimos a debutar en el asfalto, en el Nocturno del A.M.C.C.
donde me conociste. Un poco más experimentado ya, con muchas ganas
de girar, de poder entreverarme con los demás pilotos que ya andaban
en el ruido.
Siempre con mucho susto de parte de mi vieja (N. de R. Gabriela Russo)
pero por suerte nos fue bien y siempre súper contento con los resultados
obtenidos durante ese torneo.
- De ahí a saltar al Entrerriano, un solo paso...
- Claro, ahí arrancamos en el Campeonato Entrerriano, el más exigente
de la provincia. Ya enfocados en ir mezclándonos con los de adelante,
entonces desde el 2016 y luego 2018, 2019 ya peleando por el
campeonato.
Cuando un piloto quema etapas rápidamente quiere decir que ahí hay talento.
Y cuando su nombre empieza a brillar y tapa el de su maestro y creador, no
hace falta decirlo, es porque sus condiciones trascendieron. Porque el alumno
superó al maestro, como debe ser. La cita, por lo tanto, era inevitable.
- Rodri ahora te voy a decir unas palabras que tal vez ya las escuchaste, pero
vale la pena volver a hacerlo. Hubo un traspaso, una conversión. Cuando
empezaste a correr, eras Rodrigo el "hijo de" Rubén, el querido "Gordito
Avit" el cantor, el folklorista. En muy pocos años, fue Rubén el que pasó a
ser "el papá de Rodrigo Avit, el que corre en karting" (y gana). Tenés que
estar orgulloso de tener un viejo tan bancador ¿no?
- Ya me lo han dicho. La verdad que sí, súper orgulloso. Más no puedo
pedir del viejo que me tocó. A veces suele ponerse un poco pesado,
pero sanamente digo, porque así hemos logrado muchas cosas jun-
tos y eso es algo que me pone muy contento, es algo que voy a
extrañar mucho. Pasar esos fines de semana en un autódromo
haciendo lo que nos gusta muchísimo a los dos no tiene comparación.
La foto más actual que tenemos de Rodri. Recibiendo su pasaporte en Rosario. El primer
paso ya está dado.
- Bueno Rodri, vamos a la última pregunta para no ser yo el pesado de turno.
¿Qué mensaje le darías a los jóvenes - me consta que son muchos- que
también tienen in mente emigrar pero no se animan a dar el primer paso,
no se deciden o tienen miedo que "afuera" les vaya mal... que no juntaron
todavía fuerzas para jugársela?
- Más allá de si sienten miedo o algo por el estilo, es cuestión de uno
mismo, de tener voluntad, de proponérselo y tomar la decisión. De
ser sinceros con uno mismo, de preguntarse ¿Quiero esto para mi
vida? ¿Quiero vivir así? ¿Soy feliz así?
Es... ¿cómo decirte? Una conjunción de cosas, un tsumani de emociones.
Hay una frase que me representa: "El que no arriesga no gana" y
justamente se trata de eso. Aprovecho que soy joven y no tengo hijos,
por eso tomamos esta decisión con mi novia y lo vamos a intentar. No
perdemos nada.
- Muy bien Rodri. Trataré de darme una vuelta por el Autódromo este domingo
para darte un gran abrazo (mascarilla por medio) y desearte personalmente
toda la suerte del mundo, porque te la mereces. Se la merecen, los dos.
- Muchas gracias, Ale. Gracias por todo y nos vemos, si Dios quiere.
Y cerramos la charla, todavía incrédulos. Hubiésemos querido subir mil y un
datos de la campaña deportiva de Rodrigo. Fotos de los dos felices, regresando
de un triunfo con este reportero "colado" al carro triunfal en el asiento trasero,
foto que también debe estar en algún lugar del archivo. Alguna que otra foto
de sus podios, en especial cuando estuvo en el escalón más alto. O aquella
secuencia de Gualeguay cuando el kart se plantó cuando estaba buscando la
punta y Rubén corrió desesperado, lo empujó por varios metros pero por esa
misteriosa rebeldía que tienen los fierros no lo logró y volvieron a pie los
dos, abrazados, indiferentes al bullicio de los demás 26 competidores que
seguían en la suya. Festejaban juntos en las buenas y hasta parecía que
lloraban juntos en las malas. No hace mucho tiempo atrás.
¿Para qué seguir revolviendo la herida? Vamos a tomar aire, vamos a inflar
el pecho y desearles a estos dos chicos ¡ÉXITOS! en su intento, que es lo
que corresponde. Que Dios los bendiga y los acompañe, porque juventud y
audacia les sobra.
Agradecemos a la familia Avit por las fotos que ilustran esta nota.
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