No fue más que un par de pasos atrás para tomar impulso y volver con más
fuerza que nunca. a pesar de las incongruencias del gobierno provincial, más
atado que nunca a las decisiones sanitarias que se toman en Buenos Aires. El
entusiasmo de ese pequeño universo que componen los constructores, preparado-
res, chapistas, pintores, proveedores de repuestos, pilotos y patrocinantes, etc. no
se detuvo durante la pandemia. Ese ímpetu que le pusieron a su labor nos
motiva, nos genera respeto y admiración y nos impulsa de algún modo a
continuar.
También la labor de los Auto clubes, que aprovecharon este receso para llevar a
cabo obras o al menos proyectarlas, sin preguntarse si es el momento más
indicado en lo que respecta a la financiación de las mismas.
Volvimos con la cabeza llena de propuestas, con la promesa de apoyo incondicio-
nal a todas las peñas, pilotos, auto clubes o propietarios de predios en los que se
desarrolla actividad del deporte motor. Es decir, lo que hicimos siempre.
Volvimos porque nadie ha ocupado - ni van a lograr ocupar, según los lectores que
nos escriben- el lugar del periodismo neutro e insobornable que ocupamos desde
el 24 de marzo de 2005 cuando empezamos esta hermosa aventura. La llama de
la pasión no se ha extinguido,
Volvimos porque no puede ser que en la provincia de Misiones, a pesar del alza
en los contagios de la franja etaria que corresponde a la juventud, a pesar de tener
dos ciudades en Fase 2 (Montecarlo y Posadas) se está corriendo con normalidad,
con todas las precauciones del caso y sin achacar al gobierno nacional de ninguna
restricción ¿Que el DNU rige de una manera para algunas provincias y para otras
no? Cierto, pero parece ser que en las competencias de categorías nacionales no
hay peligro de contagio, o bien los predios donde se aloja la supuesta "burbuja"
no forma parte de la República Argentina. Y solo escuchamos una voz crítica en
todos estos meses, la de la revista "Acelerando". Muchos colegas guardan un
silencio cómplice que llama poderosamente la atención.
Volvimos por el cariño de los lectores, que nos expresaron la necesidad de poder
leer un pregón de diferente sonido, o con un tambor no más grande (no se trata
de competir) sino apenas más ruidoso. Porque si arriamos la bandera en este
momento podríamos pasar al bando de los mojigatos, los pusilánimes y los
traidores a la "Causa" del automovilismo zonal y de esa ignominia, probablemente
nunca se regrese.
Estamos de vuelta, empezamos en pocas horas. Los que se rinden no tienen
premio.
El editor
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