El fin de semana soñado fue para Luciano Sendros y su equipo. En la
fecha "nornal" del domingo- esto es, con series- se llevó todos los pun-
tos en disputa, y con menor dificultad que en la final del sábado. Es
más, nadie pudo seguir el tren del Fiat 600 que se prepara en el barrio
de Villa Adela, más precisamente en el taller de Iván Nutz, el otro
vértice en el que se apoyó esta aplastante superioridad, en una catego-
ría harto competitiva como es el TC 850.
Merecido premio a un equipo que nunca bajó los brazos, ni aún cuando
estaban a un segundo de los mejores (lo que en TC850 se traduce como
catastrófico) este doblete le vino en el momento justo a Luciano y su
equipo, para ponerlo en busca de horizontes más ambiciosos. Ya tiene
la victoria, ahora hay que apuntar al siempre arisco campeonato.
En la final, Santiago Colomá intentó seguirle el tren. Incluso se le tiró
un par de veces en las primeras vueltas. Después evaluó que el segundo
lugar era muy buen negocio y lo persiguió tanto como pudo. En Fiat ne-
gro del concordiense se le fue alejando cada vez más.
La batalla fue entonces por el tercer lugar, al principio con seis aspiran-
tes. Mariano Mendiburo debió desistir (a propósito, más aguerrido que
nunca se lo vio al paranaense en la serie, discutiendo con el finalmente
ganador Colomá) batalla que terminó siendo favorable a Ramiro Albisu, con
total justicia porque también insinuó tener un poco más que sus contrincan-
tes aunque en este caso tardó un poquito más en sobresalir.
No se la hicieron fácil Eliseo Contardi, Rodrigo Miraglio, Pablo Morales,
Román Fontana y Rubén Degeneve. Por una u otra razón se fueron retrasando
hasta quedar solo un trío.
Contardi llegó a liderar en los primeros metros, pero Sendros no permitió que
su ilusión durase ni una vuelta. Posteriormente entró a boxes en el segundo gi-
ro, envuelto en humo blanco. Al detenerse el Fiat negro se produjo un princi-
pio de incendio que fue prontamente sofocado. Demasiado pronto se codeó
con los punteros el auto nuevo (bueno de nacimiento) y siempre queda algún
detalle. De todos modos en un auto ganador a corto plazo.
Pablo Morales se fue retrasando, produciéndose una fractura en el "trencito"
que determinó que sean dos tríos, detrás de los cortadísimos Sendros- Colomá.
A principio pareció que el paranaense podría contener a Degeneve. Mariano,
como se dijo, hacía lo imposible por copiarles el ritmo. Mucho más atrás, la
tercera atracción de la final fue el trío Gottig- Fusaro- Martín Miraglio, los
que serían protagonistas de uno de los duelos más atractivos de la doble jorna-
da, tal vez el de mayor cantidad de sobrepasos de la temporada. Fue algo
infernal, un "pasame que te paso" interminable.
Todas las batallas tienen ganadores y perdedores. En esta ocasión, le tocó per-
der a Rodrigo Miraglio, cuando tenía casi abrochado el tercer puesto. Terminó
quinto, detrás de Fontana. Y en el trío de los "nuevos" protagonistas el que rió
último fue...¡Degeneve! que dejó séptimo a Morales y octavo a Mendiburo.
El talense Jorge Humoffe (dercha) observa el estado del Chevrolet 400 de Ale Blanc, tras el despiste en la
"Final clasificatoria" del mediodía, que le impidió largar la final.
Martín Miraglio, de sobresaliente labor, liquidó el pleito con Julián Gottig y
se le alejó unos metros. Si tenemos en cuenta que era el último en la hilera en
la segunda vuelta, cuando ingresó el A.S. por un incidente en el que amagó ir
contra el paredón de boxes pero terminó enderezando la marcha con lo justo,
para retomar carrera con un importante retraso, concluimos que el rendimiento
de los dos Fiat blancos es muy bueno. La diferencia está, naturalmente, en el
manejo. Martín está aprendiendo a pasos agigantados.
En el otro margen, en el de los lamentos, el abandono de Fernando Fusaro fue
el más sentido, que se sumó a la lista que encabezó Alejandro Cisneros, el ya
citado Contardi, y los que no pudieron largar por roturas: Julio Pereyra, Pichu
Weeser y Esteban Benítez, que volvió a romper en la serie.
En síntesis, doblete de Sendros, que pasó al frente del campeonato pero como
siempre, pide mesura porque el campeonato recién empieza. Un logro mereci-
do por todo el equipo que comandan Marcelino y Kevin Sendros, por todo lo
que lo buscaron sin bajar los brazos. Lo podemos decir porque estuvimos con
Luciano y su gente en las malas, no solamente en las buenas.
En la Fórmula Entrerriana Juan Manuel Percara dio un gran golpe de efecto, al
imponerse con la contundencia que lo caracteriza, cuando había otros candida-
tos como Máximo Pérez y Stefano Veronesi con las mismas posibilidades. Un
poco disminuido en su potencial Iván Percara, largó en el cajón 4 pese a ha-
ber sido el más veloz el sábado (por la penalización que prevé el reglamento)
con el Dallara - Mégane "hecho a nuevo" tras el golpe del día anterior en la
"Final de sábado" tarea que llevó a cabo su padre y principal mentor de su
campaña, con la colaboración de Jorge Typek como es habitual. Sí, porque
más allá de ser el proveedor de fierros, Jorge está presente en todas las
ocasiones que algún equipo necesita una pieza o un repuesto. Es (aunque lo
niegue) uno de los "imprescindibles" de la categoría.
A la Fórmula la vamos a comentar en nota aparte. TC Pista Entrerriano tuvo un
dominador durante todo el fin de semana, que fue Sebastián Reynoso. Esa peque-
ña luz que el Ford de los hermanos Bonnin tuvo sobre la Chevy de Valentín
Fuentes, se tradujo en pista con una ventaja, que si bien no fue amplia (tampoco
lo ayudó mucho el A.S.) fue suficiente como para que su coterráneo desistiera
de perseguirlo, tras varios intentos de recortar la distancia apelando hasta al
bloqueo en la última curva. Ni así.
En desventaja mecánica desde que fundiera el motor titular en las prácticas saba-
tinas, Juan Augusto Ronconi se limitó a girar detrás de los dos citados. Sumó
gordo otro podio que le sirve en su ambición de ser campeón, esta temporada
con el Ford ex Urcola, que no es otro que el que hicieran los hermanos Morier
para que Gabriel Scordia lo llevara dos veces a la cima, antes de retirarse del
TC Pista E. para intentar en el TN.
Nobleza obliga, tenemos que decir que la de Concordia fue la mejor de las cua-
tro finales que lleva este año la categoría. El regreso de Sebastián Almada, de
Ariel Delgado, el accidente de Jorge Humoffe (ver foto) y el salto de calidad de
la Chevy de Diego Ponte, a la que bien que hubiésemos podido agregar la de
su padre Luly de no ser por un toque que lo sacó de pista, sin que pueda volver
a poner en marcha el motor, fueron todos ingredientes que sazonaron una final
de ninguna manera sensacional pero sí entretenida.
Se suele decir que a veces "cantidad" no es sinónimo de "calidad" (de espectácu-
lo) pero TC Pista es una excepción a la regla. Cuantos más autos, mejor imagen
da a los espectadores, que dicho sea de paso en esta fecha fueron muy pocos.
Diego no tuvo un buen arranque, pero se recuperó a tiempo, como para quedar
como solitario eslabón entre los punteros y el lote que se lució alternando bue-
nas y malas en la conducción.
Reynoso ganó cómodo
escoltado por Valentín Fuentes (Chevy- Gualeguaychú) Juan Ronconi (Ford-
Larroque) cuarto Diego Ponte (Chevy- Concordia) quinto
sexto séptimo
octavo
Abandonaron Mariano Moine y Luis Ponte.
Por su parte, el cordobés Gabriel Massei tuvo el día soñado en el TPE 1600. Era el
candidato, después de lo demostrado en la serie del día anterior. Quedaba la duda
de cuanta oposición le ofrecerían Nahuel Zanandrea o Marco Veronesi, los dos
únicos que estuvieron cerca. Gabriel no dejó dudas, se llevó todo, fiel a su estilo.
Buscó la victoria desde que arribó a la categoría, y estuvo cerca varias veces. Por
esas cosas de las carreras (recargos, suma de tiempos) se le estaba negando la
victoria. En esta ocasión la misma no solo que llegó sino que le permite (a pesar del
asunto brida, que en un tema aparte) seguir en la cima del torneo, que es su gran
ambición.
Gabriel y su equipo están haciendo el automovilismo que más le gusta, moviendo
poca logística, pasando por sobre todo, un buen fin de semana con amigos. Un
triunfo del marcosjuarense es algo que alegra a todos.
Marco Veronesi tenía que estar en el podio, por la rica historia del auto que condu-
ce. Zanandrea debió ceder el segundo lugar ante el avance del gualeguaychuense.
Para el de Federación, el podio le permite seguir de cerca a Massei en la tabla. El
cuarto lugar de Brian Dodera fue brillante. Partió en el décimo lugar y fue escalan-
do. Nos quedó, obvio, la duda de lo que habría sido si Brian hubiese tenido una
mejor serie, largando más adelante. Es otro que está para ganar, en cualquier
momento.
El quinto lugar de Juan Palacio fue bueno, si bien todavía el paranaense deja algu-
nas dudas acerca del ritmo y la concentración, con algunos radios de curva muy
abiertos, y la escasa resistencia que opone a sus perseguidores, en este caso Dodera.
Sin complicarse, suma y sigue. ¿Está para más Juan Palacio?
Batalla lo que se dice batalla recién hubo por el sexto lugar y subsiguientes. El lar-
go trencito tuvo desertores. El prinero en claudicar fue Masrtín Bigatton. Dos vuel-
tas más tarde hizo lo propio Tavi Pereyra, que en la serie sabatina había tenido un
esperanzador rendimiento.
Axel Boujon que venía cuarto, cayó bien atrás y comenzó una furibunda remonta-
da que lo llevó a recibir la bandera a cuadros en el séptimo lugar, detrás del
"vencedor" de la "otra" carrera (a más de diez segundos de la punta) Sebastián Elola.
Inmejorable, de antología lo que hizo el uruguayense que reside en Mataderos
(C.A.B.A.) habiendo partido en el antepenúltimo cajón de la grilla. Es otro caso,
como el ya citado Dodera, de máquina y piloto que están para ganar, careciendo
por ahora de la dosis de fortuna necesaria. Su ex máquina (motorizada por Gueri-
ni) ganó y él con la actual, descolló.
Muy regular, siempre prendido en el pelotón de marras estuvo Valentín Romani
con el Suzuki Fun, que dicho sea de paso, sigue mejorando carrera tras carrera,
justificando así el arriesgado salto del gualeguaychuense y su padre Juan. A ese
pelotón intentó seguir el paso David Lound con el Celta, debiendo desistir para
ajustarse a su propio ritmo.
Al final, arribó noveno por el insólito error de Matías Dezzutto, que entró a boxes
cuando le faltaban menos de cien metros para la bandera a cuadros. El federaense
se habíadespegado el segundo pelotón (en definitiva, liderado por Aílcar Sigot
a tres segundos de Lound) y pasó por los sensores por la calle de boxes en undéci-
mo lugar, delante de Augusto Farinoli, Dante Jumilla. Sergio Dezzutto y Facundo
Johnston, decimoquinto y último en recibir puntaje... Matías había superado a
David encontrándose en la séptima ubicación ¿se habrá confundido en el conteo
de los giros?
Para terminar este resumen, Citröen Competición fue la frutilla del postre. Para
nuestro leal saber y entender, la mejor de las cinco finales que se les ofreció al
público el domingo. Lisandro González Barral, el gran dominador de esta
temporada, el campeón 2017... no pudo largar la serie. El Citröen tenía una
falla que su padre Daniel creyó haber subsanado en la vuelta previa, pero como
no fue así, Lisandro guardó su auto en la carpa mientras su compañero de
equipo Iván Campostrini se llevaba la batería.
En la final, se repitió lo que hiciera en Paraná. Largó anteúltimo y la ganó con
amplitud, superando uno por uno a sus trece rivales. Más de cinco segundos de
ventaja a Matías Buschiazzo, que como siempre se lució en Concordia, circuito
que le resulta favorable. Iván Campostrini completó el podio, Nicolás Broggi (4º)
fue el único sobreviviente del pelotón que animara la primeras vueltas.
Terminaron dispersos. Arribar todos juntos como en otros circuitos fue la única
materia pendiente de C.C. para poder calificar lo suyo como "excelente".
Brian Sittner fue quinto, un resultado increíble para el joven que en el atardecer
del sábado tenía un futuro tan negro como los nubarrones del cielo, por una falla
con el flotador del carburador que fue subsanada por Mario Delcausse, el "chico
bueno de la película" que está en todas.
En primer plano Marcelo Barello espera para salir a correr la serie. A la izquierda, se prepara Francisco Bruzzoni.
A la derecha continúan trabajando en el auto de Jorge Bruzzoni. Lejos estaban de imaginar el octavo lugar en
la final, tras partir último.
Sexto arribó Mauricio Vaiarini, una revancha para el bonaerense, aunque es justo
también decir que fue a expensas de la notable caída de rendimiento de Nicolás
Grauberger, esforzado séptimo en un fin de semana definitivamente para el
olvido del piloto de Urdinarrain. Martín Arnaudin, tercer integrante del equipo
González Barral, fue noveno detrás de Jorge Bruzzoni, otra historia digna de
ser contada, porque un insólito incidente le rompió parte del motor el sábado
"volándose" parte de los escapes (le rompió la trompa) lo que obligó a trabajar
muy duro al equipo, que inclusive para la serie, no pudo terminar el Citröen azul
número 3. La foto es todo un documento.
Progresión de Lisandro: décimo en el primer paso. Séptimo en el segundo, giro
en el que queda sexto por el abandono de Exequiel Dodera. Quinto en la tercera
vuelta. Tercero en la cuarta. En la quinta pasó acosando al líder Martín Arnaudin.
Desde la sexta hasta la decimoquinta, en la punta. Sin palabras.
Conclusión final. Cinco buenas finales, un gran tercer evento de las provinciales.
Lo mejor de todo -más allá del doblete de Luciano Sendros- fue el estricto
cumplimiento de los horarios pactados. Solamente se usó 15 minutos de toleran-
cia favoreciendo a Citröen Competición.
@AleSpizzirri (texto y fotos)
fecha "nornal" del domingo- esto es, con series- se llevó todos los pun-
tos en disputa, y con menor dificultad que en la final del sábado. Es
más, nadie pudo seguir el tren del Fiat 600 que se prepara en el barrio
de Villa Adela, más precisamente en el taller de Iván Nutz, el otro
vértice en el que se apoyó esta aplastante superioridad, en una catego-
ría harto competitiva como es el TC 850.
Merecido premio a un equipo que nunca bajó los brazos, ni aún cuando
estaban a un segundo de los mejores (lo que en TC850 se traduce como
catastrófico) este doblete le vino en el momento justo a Luciano y su
equipo, para ponerlo en busca de horizontes más ambiciosos. Ya tiene
la victoria, ahora hay que apuntar al siempre arisco campeonato.
En la final, Santiago Colomá intentó seguirle el tren. Incluso se le tiró
un par de veces en las primeras vueltas. Después evaluó que el segundo
lugar era muy buen negocio y lo persiguió tanto como pudo. En Fiat ne-
gro del concordiense se le fue alejando cada vez más.
La batalla fue entonces por el tercer lugar, al principio con seis aspiran-
tes. Mariano Mendiburo debió desistir (a propósito, más aguerrido que
nunca se lo vio al paranaense en la serie, discutiendo con el finalmente
ganador Colomá) batalla que terminó siendo favorable a Ramiro Albisu, con
total justicia porque también insinuó tener un poco más que sus contrincan-
tes aunque en este caso tardó un poquito más en sobresalir.
No se la hicieron fácil Eliseo Contardi, Rodrigo Miraglio, Pablo Morales,
Román Fontana y Rubén Degeneve. Por una u otra razón se fueron retrasando
hasta quedar solo un trío.
Contardi llegó a liderar en los primeros metros, pero Sendros no permitió que
su ilusión durase ni una vuelta. Posteriormente entró a boxes en el segundo gi-
ro, envuelto en humo blanco. Al detenerse el Fiat negro se produjo un princi-
pio de incendio que fue prontamente sofocado. Demasiado pronto se codeó
con los punteros el auto nuevo (bueno de nacimiento) y siempre queda algún
detalle. De todos modos en un auto ganador a corto plazo.
Pablo Morales se fue retrasando, produciéndose una fractura en el "trencito"
que determinó que sean dos tríos, detrás de los cortadísimos Sendros- Colomá.
A principio pareció que el paranaense podría contener a Degeneve. Mariano,
como se dijo, hacía lo imposible por copiarles el ritmo. Mucho más atrás, la
tercera atracción de la final fue el trío Gottig- Fusaro- Martín Miraglio, los
que serían protagonistas de uno de los duelos más atractivos de la doble jorna-
da, tal vez el de mayor cantidad de sobrepasos de la temporada. Fue algo
infernal, un "pasame que te paso" interminable.
Todas las batallas tienen ganadores y perdedores. En esta ocasión, le tocó per-
der a Rodrigo Miraglio, cuando tenía casi abrochado el tercer puesto. Terminó
quinto, detrás de Fontana. Y en el trío de los "nuevos" protagonistas el que rió
último fue...¡Degeneve! que dejó séptimo a Morales y octavo a Mendiburo.
El talense Jorge Humoffe (dercha) observa el estado del Chevrolet 400 de Ale Blanc, tras el despiste en la
"Final clasificatoria" del mediodía, que le impidió largar la final.
Martín Miraglio, de sobresaliente labor, liquidó el pleito con Julián Gottig y
se le alejó unos metros. Si tenemos en cuenta que era el último en la hilera en
la segunda vuelta, cuando ingresó el A.S. por un incidente en el que amagó ir
contra el paredón de boxes pero terminó enderezando la marcha con lo justo,
para retomar carrera con un importante retraso, concluimos que el rendimiento
de los dos Fiat blancos es muy bueno. La diferencia está, naturalmente, en el
manejo. Martín está aprendiendo a pasos agigantados.
En el otro margen, en el de los lamentos, el abandono de Fernando Fusaro fue
el más sentido, que se sumó a la lista que encabezó Alejandro Cisneros, el ya
citado Contardi, y los que no pudieron largar por roturas: Julio Pereyra, Pichu
Weeser y Esteban Benítez, que volvió a romper en la serie.
En síntesis, doblete de Sendros, que pasó al frente del campeonato pero como
siempre, pide mesura porque el campeonato recién empieza. Un logro mereci-
do por todo el equipo que comandan Marcelino y Kevin Sendros, por todo lo
que lo buscaron sin bajar los brazos. Lo podemos decir porque estuvimos con
Luciano y su gente en las malas, no solamente en las buenas.
En la Fórmula Entrerriana Juan Manuel Percara dio un gran golpe de efecto, al
imponerse con la contundencia que lo caracteriza, cuando había otros candida-
tos como Máximo Pérez y Stefano Veronesi con las mismas posibilidades. Un
poco disminuido en su potencial Iván Percara, largó en el cajón 4 pese a ha-
ber sido el más veloz el sábado (por la penalización que prevé el reglamento)
con el Dallara - Mégane "hecho a nuevo" tras el golpe del día anterior en la
"Final de sábado" tarea que llevó a cabo su padre y principal mentor de su
campaña, con la colaboración de Jorge Typek como es habitual. Sí, porque
más allá de ser el proveedor de fierros, Jorge está presente en todas las
ocasiones que algún equipo necesita una pieza o un repuesto. Es (aunque lo
niegue) uno de los "imprescindibles" de la categoría.
A la Fórmula la vamos a comentar en nota aparte. TC Pista Entrerriano tuvo un
dominador durante todo el fin de semana, que fue Sebastián Reynoso. Esa peque-
ña luz que el Ford de los hermanos Bonnin tuvo sobre la Chevy de Valentín
Fuentes, se tradujo en pista con una ventaja, que si bien no fue amplia (tampoco
lo ayudó mucho el A.S.) fue suficiente como para que su coterráneo desistiera
de perseguirlo, tras varios intentos de recortar la distancia apelando hasta al
bloqueo en la última curva. Ni así.
En desventaja mecánica desde que fundiera el motor titular en las prácticas saba-
tinas, Juan Augusto Ronconi se limitó a girar detrás de los dos citados. Sumó
gordo otro podio que le sirve en su ambición de ser campeón, esta temporada
con el Ford ex Urcola, que no es otro que el que hicieran los hermanos Morier
para que Gabriel Scordia lo llevara dos veces a la cima, antes de retirarse del
TC Pista E. para intentar en el TN.
Nobleza obliga, tenemos que decir que la de Concordia fue la mejor de las cua-
tro finales que lleva este año la categoría. El regreso de Sebastián Almada, de
Ariel Delgado, el accidente de Jorge Humoffe (ver foto) y el salto de calidad de
la Chevy de Diego Ponte, a la que bien que hubiésemos podido agregar la de
su padre Luly de no ser por un toque que lo sacó de pista, sin que pueda volver
a poner en marcha el motor, fueron todos ingredientes que sazonaron una final
de ninguna manera sensacional pero sí entretenida.
Se suele decir que a veces "cantidad" no es sinónimo de "calidad" (de espectácu-
lo) pero TC Pista es una excepción a la regla. Cuantos más autos, mejor imagen
da a los espectadores, que dicho sea de paso en esta fecha fueron muy pocos.
Diego no tuvo un buen arranque, pero se recuperó a tiempo, como para quedar
como solitario eslabón entre los punteros y el lote que se lució alternando bue-
nas y malas en la conducción.
Reynoso ganó cómodo
escoltado por Valentín Fuentes (Chevy- Gualeguaychú) Juan Ronconi (Ford-
Larroque) cuarto Diego Ponte (Chevy- Concordia) quinto
sexto séptimo
octavo
Abandonaron Mariano Moine y Luis Ponte.
Por su parte, el cordobés Gabriel Massei tuvo el día soñado en el TPE 1600. Era el
candidato, después de lo demostrado en la serie del día anterior. Quedaba la duda
de cuanta oposición le ofrecerían Nahuel Zanandrea o Marco Veronesi, los dos
únicos que estuvieron cerca. Gabriel no dejó dudas, se llevó todo, fiel a su estilo.
Buscó la victoria desde que arribó a la categoría, y estuvo cerca varias veces. Por
esas cosas de las carreras (recargos, suma de tiempos) se le estaba negando la
victoria. En esta ocasión la misma no solo que llegó sino que le permite (a pesar del
asunto brida, que en un tema aparte) seguir en la cima del torneo, que es su gran
ambición.
Gabriel y su equipo están haciendo el automovilismo que más le gusta, moviendo
poca logística, pasando por sobre todo, un buen fin de semana con amigos. Un
triunfo del marcosjuarense es algo que alegra a todos.
Marco Veronesi tenía que estar en el podio, por la rica historia del auto que condu-
ce. Zanandrea debió ceder el segundo lugar ante el avance del gualeguaychuense.
Para el de Federación, el podio le permite seguir de cerca a Massei en la tabla. El
cuarto lugar de Brian Dodera fue brillante. Partió en el décimo lugar y fue escalan-
do. Nos quedó, obvio, la duda de lo que habría sido si Brian hubiese tenido una
mejor serie, largando más adelante. Es otro que está para ganar, en cualquier
momento.
El quinto lugar de Juan Palacio fue bueno, si bien todavía el paranaense deja algu-
nas dudas acerca del ritmo y la concentración, con algunos radios de curva muy
abiertos, y la escasa resistencia que opone a sus perseguidores, en este caso Dodera.
Sin complicarse, suma y sigue. ¿Está para más Juan Palacio?
Batalla lo que se dice batalla recién hubo por el sexto lugar y subsiguientes. El lar-
go trencito tuvo desertores. El prinero en claudicar fue Masrtín Bigatton. Dos vuel-
tas más tarde hizo lo propio Tavi Pereyra, que en la serie sabatina había tenido un
esperanzador rendimiento.
Axel Boujon que venía cuarto, cayó bien atrás y comenzó una furibunda remonta-
da que lo llevó a recibir la bandera a cuadros en el séptimo lugar, detrás del
"vencedor" de la "otra" carrera (a más de diez segundos de la punta) Sebastián Elola.
Inmejorable, de antología lo que hizo el uruguayense que reside en Mataderos
(C.A.B.A.) habiendo partido en el antepenúltimo cajón de la grilla. Es otro caso,
como el ya citado Dodera, de máquina y piloto que están para ganar, careciendo
por ahora de la dosis de fortuna necesaria. Su ex máquina (motorizada por Gueri-
ni) ganó y él con la actual, descolló.
Muy regular, siempre prendido en el pelotón de marras estuvo Valentín Romani
con el Suzuki Fun, que dicho sea de paso, sigue mejorando carrera tras carrera,
justificando así el arriesgado salto del gualeguaychuense y su padre Juan. A ese
pelotón intentó seguir el paso David Lound con el Celta, debiendo desistir para
ajustarse a su propio ritmo.
Al final, arribó noveno por el insólito error de Matías Dezzutto, que entró a boxes
cuando le faltaban menos de cien metros para la bandera a cuadros. El federaense
se habíadespegado el segundo pelotón (en definitiva, liderado por Aílcar Sigot
a tres segundos de Lound) y pasó por los sensores por la calle de boxes en undéci-
mo lugar, delante de Augusto Farinoli, Dante Jumilla. Sergio Dezzutto y Facundo
Johnston, decimoquinto y último en recibir puntaje... Matías había superado a
David encontrándose en la séptima ubicación ¿se habrá confundido en el conteo
de los giros?
Para terminar este resumen, Citröen Competición fue la frutilla del postre. Para
nuestro leal saber y entender, la mejor de las cinco finales que se les ofreció al
público el domingo. Lisandro González Barral, el gran dominador de esta
temporada, el campeón 2017... no pudo largar la serie. El Citröen tenía una
falla que su padre Daniel creyó haber subsanado en la vuelta previa, pero como
no fue así, Lisandro guardó su auto en la carpa mientras su compañero de
equipo Iván Campostrini se llevaba la batería.
En la final, se repitió lo que hiciera en Paraná. Largó anteúltimo y la ganó con
amplitud, superando uno por uno a sus trece rivales. Más de cinco segundos de
ventaja a Matías Buschiazzo, que como siempre se lució en Concordia, circuito
que le resulta favorable. Iván Campostrini completó el podio, Nicolás Broggi (4º)
fue el único sobreviviente del pelotón que animara la primeras vueltas.
Terminaron dispersos. Arribar todos juntos como en otros circuitos fue la única
materia pendiente de C.C. para poder calificar lo suyo como "excelente".
Brian Sittner fue quinto, un resultado increíble para el joven que en el atardecer
del sábado tenía un futuro tan negro como los nubarrones del cielo, por una falla
con el flotador del carburador que fue subsanada por Mario Delcausse, el "chico
bueno de la película" que está en todas.
En primer plano Marcelo Barello espera para salir a correr la serie. A la izquierda, se prepara Francisco Bruzzoni.
A la derecha continúan trabajando en el auto de Jorge Bruzzoni. Lejos estaban de imaginar el octavo lugar en
la final, tras partir último.
Sexto arribó Mauricio Vaiarini, una revancha para el bonaerense, aunque es justo
también decir que fue a expensas de la notable caída de rendimiento de Nicolás
Grauberger, esforzado séptimo en un fin de semana definitivamente para el
olvido del piloto de Urdinarrain. Martín Arnaudin, tercer integrante del equipo
González Barral, fue noveno detrás de Jorge Bruzzoni, otra historia digna de
ser contada, porque un insólito incidente le rompió parte del motor el sábado
"volándose" parte de los escapes (le rompió la trompa) lo que obligó a trabajar
muy duro al equipo, que inclusive para la serie, no pudo terminar el Citröen azul
número 3. La foto es todo un documento.
Progresión de Lisandro: décimo en el primer paso. Séptimo en el segundo, giro
en el que queda sexto por el abandono de Exequiel Dodera. Quinto en la tercera
vuelta. Tercero en la cuarta. En la quinta pasó acosando al líder Martín Arnaudin.
Desde la sexta hasta la decimoquinta, en la punta. Sin palabras.
Conclusión final. Cinco buenas finales, un gran tercer evento de las provinciales.
Lo mejor de todo -más allá del doblete de Luciano Sendros- fue el estricto
cumplimiento de los horarios pactados. Solamente se usó 15 minutos de toleran-
cia favoreciendo a Citröen Competición.
@AleSpizzirri (texto y fotos)
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