el Turismo Pista 1400 (12) porque hay máquinas sin terminar y presupuestos
sin completar. Se estrenó una, el Chevrolet de David Lound, y sin que muchos
lo sepan, se estrenó reglamento deportivo, con escala en "grados" de sanciones.
Ajeno a toda novedad, livianito por única vez (arrancan todos sin lastre) José
Orellana estrenó el "1" de la mejor manera, ganando de manera inobjetable.
Las pruebas de clasificación matutinas no arrojaron novedades. Siguió siendo
el Fiat Uno del Pierini Competición el más veloz, con 1' 28" 343 a una media
de 123, 065 Km/h. Javier Huerta quedó a 679, Daniel Peliquero a 878, Nacho
Rodríguez a 1" 108, Walter Giovenale a 1" 244 y el sanducero Renzo D'Acosta a
1" 370. Faltó la referencia del Celta de Lound, claro.
Lo verdaderamente penoso fue el daño que sufrió el Fiat Uno de Luciano Martí-
nez, al comando de Héctor Prelat en esta fecha. Es curioso, pero no es la primera
vez que "el veterinario volador" se sube a esa gloriosa máquina y la estrella.
El paredón que separa la calle de boxes con la entrada a la recta principal (la
complicada salida de la última curva) fue el lugar del impacto, y las consecuen-
cias las mostramos en la foto 3. Afortunadamente, Prelat no tuvo ningún malestar
físico de consideración. La que sufrió fue la categoría, que desde ese instante
pasó a tener 11 participantes en la primera fecha... de las cuales solo 10 salieron a
clasificar, por un problema de último momento en el Celta de David Lound.
Quedó entonces la corta espera -esto es lo beneficioso de compartir la jornada con
otra categoría- para que se apronten para largar las series. Diezmada la primera por
la ausencia de Agustín Roncaglione, que solucionados los problemas de alimenta-
ción con la ayuda de Facundo Pierini, se encontró de repente con inconvenientes
en la caja de cambios.
El sol estaba implacable, el cronograma llevaba más de 20 minutos de retraso cuan-
do el comisario de calle de boxes agitó la bandera verde autorizando a los autos a
ingresar a pista. A propósito, debería revisarse el reglamento de las series porque con
una grilla de apenas seis y que antes de largar se transformó como dijimos en cinco
autos girando en un circuito de más de tres mil metros, es algo muy aburrido.
No estamos desmereciendo en estas líneas a nadie. En karting se hace serie única si
no se da un mínimo de participantes. En el TP 1400 debería ser igual, con menos de
15 máquinas no se deberían hacer dos series.
La primera fue un trámite para el campeón. Se distanció de Daniel Peliquero desde
la misma largada, y al completar la primera vuelta Walter Giovenale ya estaba tercero,
peso a haber partido en el cajón 6 (último) de la escuálida grilla de 5 autos.
Toda la serie fue cuarto el uruguayo Renzo D'Acosta y quinto Ricardo Garnier. Lo
del debutante fue muy curioso. Perdió mucho terreno respecto de Giovenale, a tal
punto que antes de ingresar a la tercera vuelta Garnier lo apareó en la bajada que
termina en la última curva.
Pero el debutante reaccionó, defendió la posición en la horquilla baja y en las restantes
tres vueltas. El de Villa Elisa lo buscó pero no tenía ese "plus" necesario para en
sobrepaso. ¿Y adelante? El "Puma" controlaba la situación. Giovenale acortaba algo de
la distancia que Peliquero le había sacado en los primeros metros.
"Con autos parejos es muy difícil recortar distancias" suelen repetir los pilotos. Al
menos en esta soporífera serie, esa frase fue una realidad.
En la primera ronda de la segunda serie se vio una situación similar a la de la primera.
Huerta líder, sin que le sobre nada sobre Rodríguez, pasando tercero Lound con el
níveo Celta, que también había largado en el cajón 6.
El campeón tras la primera victoria del año. Derecha: los hermanos Pierini y un
colaborador cambiando el motor de Giovenale antes de la serie.
En la segunda vuelta Lound superó en "la bota" (horquilla alta de las dos que tiene el
trazado) a Rodríguez, cuarto se mantenía Roncaglione, quinto Roude y sexto Gómez.
Tres vueltas apenas le llevó a Huerta separarse del resto. El Fiat Uno rojo del Pierini
Competición tenía potencial, aunque por ese entonces no sabíamos si estaba para
hacerle frente a Orellana.
No hubo variantes en la cuarta pasada, salvo la impecable maniobra de Javi Gómez
ante Fernando Roude, que poco pudo hacer para evitarlo. Sin embargo, tras el paso
por la recta principal se observó mucho más cerca a Rodríguez de Lound, parecía
inminente el ataque.
En efecto, casi en el mismo lugar, se desquitó el del Fiat rojo nro. 5 dejando atrás al
Chevrolet Celta. Buena última ronda de Gómez, descontando la distancia que le
había sacado Roncaglione, pero no le alcanzó para más que el quinto lugar, detrás
del Fiat azul, que soportó como pudo a pesar de los problemas de caja.
Aparentemente calcularon mal los tiempos, ya que en equipo del joven piloto (uno
de los Fiat Uno que pasaron por el taller de los Pierini durante el receso) decidieron
cambiar la caja, y siendo tan pocos entre pilotos y colaboradores (3 en total) con
la duración de la final del T.P.E. 1600 no les alcanzó (*)
El cronograma llevaba retraso como ya hemos citado, de todos modos no hubiera
costado nada esperar 15 minutos antes de dar la señal de ingreso a pista. Ese es
otro tema para charlar en la reuniones de la Comisión directiva, en la sede de
calle Güemes.
Así las cosas, se formó la grilla para la primera final del año, con 10 autos. El Uno
azul de Orellana adelante, como vemos en la foto de portada. Orellana hizo una
largada impecable, y un muy buena primera vuelta. Se distanció -no mucho- como
para liderar dando sensación de tener todo bajo control, como es su costumbre.
Huerta, Lound, Peliquero y Giovenale compusieron un compacto grupo de escoltas.
Un poco más atrás de ese lote, Rodríguez y Renzo D'Acosta tratando de no perder-
les pisada.
Dos vueltas le tomó a Orellana liquidar la carrera, pues la distancia al escolta y al
tercero se había ampliado. Detrás de Huerta estaba Lound, pero el Duna amarillo
de Daniel Peliquero había sido superado por Giovenale. Rodríguez seguía a la
expectativa, con pequeña luz sobre D'Acosta.
En la tercera. Lound se le tiró a Huerta por adentro en la recta principal. La ventaja
del segundo al tercero se había reducido y era hora de poner toda la carne en el
asador. Le salió bien. En esa maniobra conquistó el segundo peldaño del podio.
Mucho más atrás del pelotón, Garnier, Gómez y Roude giraban cada cual en su
ritmo, distanciados entre sí. En la cuarta vuelta, Huerta recuperó el segundo
puesto, pasando a encabezar otra vez el trencito. Desde boxes, partía al fin Agustín
Roncaglione, con cuatro vueltas perdidas.
Rodríguez también daba cuenta de Peliquero, en la cuarta vuelta, pasando quinto
en las posiciones y cuarto en la hilera, contando desde Huerta. Decimos hilera y
no "trencito" porque las distancias entre sí se habían ampliado.
Cuando cumplieron la sexta vuelta anotamos esta novedad, y además, Gómez
había sobrepasado a "Calo" Garnier. La gran noticia sería el retraso de Huerta,
que insólitamente estuvo cruzado en la hilera, apuntando para el lado de adentro,
saltando por sobre el piano en la zona de la bota o "cola del avión" como le
decían a esa veloz curva, la última del trazado viejo.
Luciano Martínez y su padre evalúan los daño en el Fiat Uno. Dijeron los
presuntos expertos en chasis (ajenos) "Nunca será el mismo de antes" ¿Será?
Vimos varias veces el video, como para poder aseverar que nadie lo tocó. al
regresar se encontró detrás del Fiat Uno anaranjado de D'Acosta. En determina-
do momento, las cuatro ruedas del Fiat del ganador de la carrera apertura y del
Coronación 2016 estuvieron en el aire.
Poco a poco fue alejándose Orellana del lote que peleaba por las restantes
posiciones de podio. "Trío de persecución" en este caso no se lo podría denomi-
nar, pues el campeón ya era inalcanzable. Tres cuartos de recta opuesta de venta-
ja. Detrás de ellos, Rodríguez separado ya de Peliquero, con Lound-Giovenale en
la mira. Y sin poder meterse en la conversación por ahora, mantenía su ritmo el
sanducero D'Acosta.
A éste se le venía encima Huerta, recuperando terreno con facilidad. A ese paso
todos imaginaban que el del Fiat Uno naranja no lo iba a poder contener. Iban
siete giros, casi media final.
Se estabilizó la diferencia en la octava ronda. Rodríguez venía descontando. El
tándem Lound -Giovenale seguía sin definición. Más atrás, D'Acosta contenía a
Huerta, cerraban Gómez, con una pequeña ventaja sobre Garnier, en tanto que los
colistas Roude y Roncaglione se proponían arribar sin perder el giro, o ni uno más
en el caso de Agustín, que salió con cuatro perdidos. Lo lograrían.
En la novena vuelta, Huerta pudo con D'Acosta, dejándolo en la séptima colocación.
Toda esa ventaja que había logrado, Javier Gómez la perdió, pues Garnier pasó a
su lado, ansioso de tirarse, lo que amagó hacer en la recta principal, pero se
guardó en la frenada de la curva 1 colocándose detrás. No era el lugar propicio.
En la décima ronda, Lound se despegó de Walter Giovenale. El Duna había perdido
terreno, y el rojito de Ignacio Rodríguez se agrandaba en los espejos. Esta pasó a
ser la única emoción de las restantes cinco vueltas.
Tras una undécima vuelta sin nada digno de ser comentado, en la duodécima volvie-
ron las novedades, Giovenale había perdido con Rodríguez el tercer lugar. También
Peliquero descontaba, acercándose a estos dos. ¿El puntero? Bien, gracias.
Ajeno a todo inconveniente, regulando su paso, sin dejar de mantener ese ritmo
"infernal" para sus rivales, Orellana lideraba sin oposición. Lound también, seguía
en lo suyo. Un debut con un segundo lujar no está nada mal para el Ch. Celta ¿no?
En la decimotercera vuelta se produjo una de las maniobras más arriesgadas de la
tarde. Giovenale era claramente más veloz que Rodríguez en algunos sectores. El
piloto del Uno rojo quebró su línea al entrar en la recta principal, buscando la
cuerda. Giovenale se vio forzado a hacer la maniobra contraria. Es decir, como fue
tapado, movió la dirección de adentro hacia afuera. No pasó nada, es algo común y
Porque más de uno no sabía que Walter estaba corriendo con un "waiver" al serle
aplicada una pena de "1 fecha de suspensión en suspenso" por una mala maniobra
que hizo en el Coronación en perjuicio de... Rodríguez. Si se tocaban, ese "en
suspenso" iba a agravarse, seguramente.
Entraron en la vuelta 14 casi sin darse cuenta, con esa lucha "a cara de perro", que
se definió en la zona de la recta del fondo/ entrada a la bota, quedando fuera del
alcance visual de este cronista.
Recuperó con lo justo el tercer puesto Giovenale, Peliquero seguía dueño del quin-
to lugar, sexto Huerta, séptimo D'Acosta, octavo Gómez acosado por Garnier, que
en impecable maniobra en la última curva, lo iría a dejar noveno. Fernando Roude
décimo y undécimo Agustín Roncaglione.
Cada cual conservó su colocación en la última vuelta, cayendo la bandera a cuadros
primero sobre el Fiat Uno del campeón. Inalcanzable sin lastre José Orellana. En
la próxima cargará 20 kg plus y se presume, será otra cosa.
Muy bien. Pasó la primera. Pasó el calor. Se puede perdonar la baja cantidad de
máquinas presentes. Ni Brugada, ni Pellegrini, ni Chiraulo, ni Scervino (estos
tres últimos presentes en el Autódromo) ni tampoco el gualeguaychuense
Ferroni. La gente de Ubajay estuvo presente -es difícil esconder al "Pequeño John"-
pero Gustavo Bonnín no corrió.
El crédito está abierto. A ver si para la segunda se mejora un poquito. Ya no será
verano y las garotas de Ipanema o Florianópolis no serán excusa.
@AleSpizzirri
Nota: Recordemos que es facultad exclusiva del Comisario Deportivo permitir
que un piloto largue de boxes, tras no haber ingresado a pista en el momen-
to previsto por la reglamentación de la categoría, o el reglamento especial
de una prueba.
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