domingo, 11 de marzo de 2018

El "detrás de la escena" del Nocturno de Karting.

El automovilismo zonal es la cuna de pilotos que posteriormente Entre Ríos
"exporta" a  las categorías nacionales, esa es una realidad conocida. Pero la
otra cara de la moneda es la dirigencia, los pequeños clubes que con su
silencioso esfuerzo, nutren a las provinciales de pilotos que tienen una base
sólida, como si fuese una "marca indeleble" que los hará en cierto modo,
embajadores de ese auto club o asociación de padres y concurrentes. El
"detrás de la escena" que hoy les presentamos es el zonal de karting más
antiguo del norte entrerriano, el Karting de Chajarí.

Falta poco. El Comisario Deportivo habla en la reunión previa y los pilotos escuchan. Los de Escuela, bien cerquita.



Bien se podría decir que esta nota nació en la madrugada de un domingo de
febrero. Lorena Brunini, la encargada de Prensa de la categoría, nos sorprendió
con la respuesta a nuestras felicitaciones por el estado de la pista y del predio.

- "No es para menos. Nosotros estamos desde las 16 trabajando aquí."

Bastan una pocas palabras para provocar el escozor de un periodista. Desde ese
día nos empezó a dar vueltas la idea de ir bien temprano para observar el "paso
a paso" de una fecha que en la imaginación de quienes se presentan al kartódromo
a las 21, pareciera una reunión de amigos, un juego de niños grandes. Craso error.


El pasado sábado 3 un amigo nos pasó a buscar, puntualmente. Partimos a la
"Ciudad de Amigos" a la hora más calurosa de la tarde, para arribar unos pocos
minutos después de las 18. Resulta extraño observar en plena huida del sol a los
reflectores encendidos. Al entrar al predio vimos como se los estaba chequeando
uno por uno (contamos 29 luminarias) a pesar de la alta temperatura reinante.

Primero hay que reponerse de otra sorpresa, ser los primeros de la prensa en llegar,
incluso antes que los del cronometraje, que tienen un largo periplo por recorrer
desde la localidad santafesina de El Trébol, localidad más cercana a la frontera con
Córdoba que al río Paraná.

La cantina, ese faro que concentra la administrativa, la provisión de bebidas y el
"tradicional" expendio de panchos y choripanes, estaba en plena embullición, con
el arribo de los "packs" y la "pira" -decir fogata es quedarse corto- del fuego para
la parrilla lanzando los característicos sonidos del chisporroteo, esos que de niños
mirábamos extasiados buscando una explicación.

El embrujo del fuego. Génesis  del tentador aroma que invadirá todos los rincones horas más tarde, y en ese
momento, útil repelente ante la invasión de un remanente de las siete plagas de Egipto. O algo por el estilo.




Don Sergio, más conocido como "Checho" está ahí, con su sombrero de paja que
es ya marca registrada, y nos recibe con un  abrazo. Un rito que se repetirá con
todos los que vayan arribando, porque es propio de los chajarienses.

En el firme terreno del "patio de Boxes" las carpas ya estaban armadas, y las luces
listas para la caída del sol. Bueno, en rigor algunas a medio armar. Una rápida recorri-
da y nos percatamos que la gente de Federación y de La Paz no habían arribado aún.
No lo harían en esta ocasión, pero iban llegando correntinos y federalenses. Tampoco
hubo concordienses entre los kartistas. La previsión de los chicos de las motos, que
solíamos ver trabajar a la luz de una linterna o aplicación similar en un celular, fue
otro de los hallazgos del atardecer.

Los trapos y repasadores dejaron de estar colgados de una reposera, pasando a
desempeñar un papel preponderante. La invasión de jejenes y otros tantos "bichos
de campo" tan o más molestos, hacía difícil hasta las charlas informales. Detenerse
era darle la posibilidad a una "nube" de insectos. La idea era estar cerca del fuego,
tal que el humo oficie de "repelente de Abuela" pero para a estos insectos no hubo
aerosol o crema que valga. Juntar las manos y rezar para que esas oscuras y
amenazantes nubes del horizonte generen un viento que "barra" con ellos era la
única opción. Dios escuchó las plegarias.

Mas a la gente del Club de Volantes Chajarí parecía que el entusiasmo les proporciona-
ra una coraza, ellos seguían con los aprontes. La camioneta con Carlos Percara al
volante ya tiraba del acoplado "pisando" el circuito, que dicho sea de paso, al entrar
al predio distaba mucho de lo que teníamos acostumbrado a ver. La lluvia del día
anterior le había abierto grietas y surcos, además de "aplanar" la parte arada de las
camas. A veces la Naturaleza ayuda y otras veces, perjudica. La diferencia, claro
está, es el ánimo de esta gente.

Como vemos en la foto del collage, la grúa seguía con su tarea de levantar la tapa
a cada reflector, comprobando el radio de cobertura de cada luminaria, en lo alto de
cada poste. Una labor que requiere paciencia oriental y coraje de Bruce Lee, aunque
el operario tiene guantes puestos y ropa de seguridad ¿Cuántos kilos perderá por
carrera? Este cronista sudando mares, en remera y bermudas.


Con los primeros indicios de lo que sería un ventarrón considerable, anotamos una
por una la llegada de los proveedores.

A las 18: 55 Rodolfo Rolon llegó con las bolsas del pan, que es su profesión. Detrás
de la "trafic" blanca se trajo al kart para mover un poco las manos. Bien por él.

De las cuentas parecía que se ocupaba Claudia Confalonieri. Como buena tesorera
no deja detalle sin aclarar. En la foto del medio la vemos charlando con Rodolfo.
José Comparin se interesó por el tema, porque se dio vuelta cuando pasaba.

En la primera y en la tercera foto lo vemos a Sergio Villanova cortando los panes.
A ojo de buen cubero había más de 54 kilos, a razón de nueve por bolsa. Esto los
mantuvo ocupados por un buen tiempo, ya que entre una foto y otra transcurrieron
28 minutos...

Casi al  mismo tiempo (19: 23 decían los relojes) que llegaban las bolsas con los
kilos y kilos de chorizos -el experto en el tema, colaborador ad honorem "Lalo"
se encargó de ponerlos en el depósito multiuso de los Rausch- el Comisario
Deportivo Néstor Baccón aprontaba las banderas y carteles.

Ya con el viento soplando y las nubes en el cercano horizonte brindando su
show extra de "fuegos artificiales" (léase relámpagos) A las 19: 40 terminó la
reunión de pilotos que vemos en la foto de portada, y comenzó la actividad.

Hay algo que queremos destacar. Villanova no se limitó a cortar pan o ayudar a
sacarles el piolín a los choripanes para que "Lalo" y "Checho" los enhebren en
las horquillas. Cuando llegó la hora de la actividad, tanto el "Puma" como el
padre de Iván Percara se pusieron los chalecos flúo y tomaron las banderas y
el intercomunicador. Hicieron de banderilleros. ¿Increíble, no? Un ex bicampeón
de Fórmula Entrerriana haciendo de banderillero...


Los de Cronometraje El Trébol entregando los sensores. El que espera es Luciano Teze, piloto de motos 110.



El propio Iván colaboró con Baccon haciendo de auxiliar de grilla de largada, y
el que había cumplido ese papel en la anterior (Bruno Sotelo, el amigo de Sofía
Percara) se reservó el papel de héroe para más tarde.

En efecto, el viento tenía rachas muy potentes, que dejaban sin luz a la zona
de la largada, porque la solapa protectora se movía recobrando su lugar, por lo que
tapaba por completo el reflector. Primero fue Cristian Arosio el que intentó con
una larga lanza devolver a la "posición de trabajo" a la tapa negra en cuestión,
pero fracasó.

Entonces el joven colaborador del equipo de los Percara trepó al techo de chapas
del palco, con agilidad de Hombre Araña y toda la intrepidez de su juventud, para
hacerlo desde un lugar más propicio. Y lo tuvo que hacer dos veces, porque al
viento se le dio por jugar con dicho elemento, que curiosamente ocupaba el ángulo
exacto con respecto a la dirección de las ráfagas, que rotaron en el transcurso de la
velada. Tal vez por eso no molestó más ¿Quién se anima a mirar hacia arriba en
esas circunstancias?

La jornada arrancó con la entrada de los karts de la 110 Promocional, como vemos
en la última foto. La cantina trabajaba a pleno. No sabemos si logran equilibrar los
gastos con las ganancias. Ojalá que les den los números, porque tanto fervor merece
que el éxito deportivo se hermane con un balance que no sepa de números en rojo.

En el intervalo que media entre series y finales, los más chiquitos insistieron tanto
en salir "a correr" que le hicieron caso. Un simulacro de carrera, cortita y feliz, como
para que cada uno de los cinco presentes se vaya con su mini trofeo y una sonrisa.

Ellos fueron Martina Borghesan, Rocco Brunini, Lorenzo Martene, Francisco
Zarza y Alejo Martene. El orden no es exactamente el que ocuparon en este primer
intento. Al igual que en el certamen provincial, la idea de dejarlos girar para que
tomen experiencia es excelente.

Cuando el Coronación tocó a su fin, nos comunicamos con Claudia, pidiéndole
que arriesgue un número más o menos certero de la cantidad de choripanes que
se vendieron por cada fecha. "Calculo unos 500."

¿Y la cantidad de tickets que se cortaron en la entrada?

- "La otra vez llegamos a vender 630 entradas. Hoy cortamos unas 400."

Y se deshizo en elogios para los colaboradores, algunos de ellos como "Lalo"
que aportan "desde la parrilla  hasta el sacacorchos" sin cobrar un solo peso.

Aunque nadie los nombre, también está ese otro tipo de logística "invisible"
como el sonidista, el personal de la ambulancia, la camioneta de la Policía
que suele patrullar el camino y el predio, etc.

Apenas unos minutos antes de las 3 de la mañana dejamos Chajarí, contentos
por el éxito deportivo (el viernes por la noche se entregaron los trofeos en la
sede del Club, en calle Estrada) y con esa inefable satisfacción que se siente
cuando revelados todos los secretos, se comprende en toda su dimensión lo
que es capaz de hacer el automovilismo zonal.


      El banderillero Sergio Villanova le muestra la verde a Juan Pablo Leonardelli. La actividad iba a comenzar.



O extrapolando, toda actividad deportiva amateur -suponemos- cuando se encuen-
tra un grupo unido, decidido y con suficiente humildad como para ir tras un
objetivo. Puede que se de en cada ciudad "fierrera" de Entre Ríos. Nos tocó de
cerca la posibilidad de meter la nariz hasta el máximo posible entre la siempre
amable gente de Chajarí.

No era cuestión de desaprovecharla. Hasta aquí lo que podemos compartir con los
lectores, una parte de todo lo que implica organizar una carrera. Seguramente
quedan otros tantos detalles dignos de ser contados.

No obstante, como decían los abuelos "Para muestra basta un botón". Como
intento, vale ¿o no?


@AleSpizzirri (texto y fotos)



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