viernes, 23 de abril de 2021

TP 1400: Arranque con futuro incierto

 La contracara del vigoroso arranque del karting AKAC fue el del

Turismo Pista 1400, con un raquítico parque y el triunfo de Agustín

Roncaglione solamente para los archivos, pues no logró reunir ni

siete autos como para entregar puntos. Tampoco la recientemente

creada Clase 1 logró la mínima cantidad, por lo que quedó flotando

en el ambiente una sensación de haber sido un arranque en falso.

Sin rivales. Dominio total de Agustín Roncaglione en la primera fecha de la alicaída TP 1400 C2.



Es un tanto complicado explicar la causa. Un malentendido entre los

integrantes del equipo campeón (el Pierini Competición) y la comisión

directiva de la categoría, derivó en que no se puedan terminar a tiempo

los restantes autos, según la versión oficial.


Ahondando un poquitito más en el tema -disconformes por naturaleza

como somos- encontramos otras aristas, un poco más agudas y con el

fantasma de la desunión agazapado detrás de cada declaración. ¿Qué había 

pasado? ¿En qué punto se habían desencontrado?


Aparentemente, un error de redacción provocó la reacción de la otra parte,

cuando en el reglamento aprobado por la FAE figuró una escala de puntos

que no era la que tenían acordada en charlas anteriores.


No es tema para tocar en esta nota porque los que nos leen semana a semana

conocen la postura de este editor. A medida que se asciende en los puestos

de una competencia, el premio (puntos) debería ser lo suficientemente "gran-

de" como para que el piloto decida arriesgar. Pero éste no era el caso porque

según las palabras del presidente de la categoría Gustavo Francois fue solo

un error del encargado de redactar la copia del reglamento que se envía a 

la FAE para su aprobación a principios de año.


"No tenía sentido correr si los que van atrás van a sumar casi la misma

cantidad de puntos y si corriendo adelante vas a ganar tan poco. No

pude convencer a los muchachos para que se presenten. No querían

saber de nada. Arreglaron el reglamento, pero ya era muy tarde.

Imposible terminar los autos, menos todavía cuando ellos no están

convencidos de presentarse" - escuchamos una de las dos campanas.


También escuchamos a Francois, como obligan las buenas normas:

"Del reglamento técnico solo tocamos lo relativo a los pesos mínimos,

nada más. El reglamento deportivo ya lo teníamos informado a todos

desde el año pasado. Pasó que por un error salió mal impresa la

escala de puntos. Si ellos no terminaron los autos, no fue por una

cuestión reglamentaria. Corregimos el error, como pidieron" - nos

dijo Gustavo, sin ocultar un dejo de amargura porque un piloto del

equipo de Pierini se había dirigido a ellos de mala manera, como si

el error haya sido adrede.


Para resumir: Sin la presencia de los autos del equipo campeón, el más

numeroso de la categoría, perdemos todos. Se pierden recursos, se pierde

prestigio y se pierde el tiempo. En honor a esos once sacrificados pilotos, 

es que vamos a intentar narrar lo visto en pista y en boxes.


La estrella de la jornada fue el Fiat Uno de Agustín Roncaglione, que

ahora cuenta con la "dirección técnica" de un veterano "hacedor de

campeones" como lo es don "Pocho" Peliquero. No son exactamente

compañeros de equipo con Daniel Peliquero, pero tampoco exactamente

enemigos porque en esta categoría todavía se conserva ese espíritu

"familiar" que tanto añoramos en el mal denominado "profesionalismo".


Roncaglione dominó de principio a fin, en un domingo en el que se

produjo el retorno de Walter Barbieri al volante y con Francois sobre

el Fiat Uno que corriera el uruguayo Renzo D'Acosta hasta el 2019. Las

normas de la pandemia impiden al sanducero "cruzar el charco" dos

veces consecutivas un mismo fin de semana. por lo que será baja 

seguramente por toda esta temporada. Gustavo se volvió a subir

entonces al Fiat anaranjado y le costó bastante hacerlo andar como en 

los no tan lejanos buenos tiempos (de la máquina, no del piloto).



2

La serie fue un trámite para el Fiat Uno del subcampeón 2019. Había

anunciado que estaba para ganar en las pruebas de clasificación (1'

06" 111) cuando en un rapto de inspiración pareció que Fernando

Roude tendría alguna posibilidad de inquietarlo (quedó a 127) y

Francois a 260 pareció haberle encontrado la vuelta al Fiat Uno,

aunque sabíamos que solamente se debía a su capacidad para llevar al

límite al auto (espectacular cuando estira los frenajes) y no tanto

porque su medio haya mejorado milagrosamente de la segunda tanda

de pruebas a la clásífica.


Muy poco entonces para contar de la serie, que para colmo de males

se encontró con el Duna amarillo de Peliquero entrando a boxes en la 

vuelta previa. Los trabajos a contrarreloj de su reducido equipo tras

la rotura en la clasificación habían presentado un nuevo problema,

que le consumió tres vueltas reparar.


Roude no fue rival, eso se vio desde el principio. Es más, el tercero

Francois se le vino encima al final de la misma, sucediéndole lo mis-

mo al cuarto Barbieri, que de acosar a Francois pasó a ser acosado

por Scervino cuando las diferencias se alargaron, Con Roncaglione

totalmente escapado terminó una serie para el olvido.


En esas mismas posiciones pasaron luego de largada la final, con la

única variante que Roude imitaba el ritmo de Roncaglione, por lo que

estos dos se iban cortando del resto (Foto 2). El terceto siguiente era

perseguido por Peliquero, que no podía recortarles más


Se alteraron las posiciones en el trío que entretuvo a todos los presentes

en las primeras vueltas. Francisco Scervino le ganó bien a Barbieri el

cuarto lugar y puso la mira en Francois, el líder del pelotón. Esto sucedió

en la cuarta ronda.


No hubo cambio de posiciones en las tres siguientes. Roncaglione se le

fue a Roude y los integrantes del trío seguían cuidando la cuerda en los

frenajes, con el Fiat Uno de Francois haciendo fogonazos por el escape

cada vez que desaceleraba. Dentro de esta pobreza franciscana, para los

espectadores este fuego era como ver los artificiales de Hong Kong en

Navidad. Algo es algo.


Para graficar, la distancia desde el líder Roncaglione al trío se había

estirado hacia la vuelta 7 (mitad de carrera) hasta ser toda la recta

opuesta de ventaja, con Roude forzando el paso del Celta -motor Fiat-

para no perder contacto con el puntero.


Lo mejor que podía hacer Fernando era seguir su propio ritmo, Agustín

era inalcanzable. Pareció que nos "hiciera caso" porque en la vuelta

8 el líder se escapó sin remedio. La carrera ya tenía dueño.

Deformado en la lente porque se nos escapa rumbo a la vuelta previa. Walter Barbieri encontró
rápido consuelo a la derrota del Independiente de sus amores en el clásico de Avellaneda con
un sorprendente podio al día siguiente.


Lo que había que mirar era el terceto, porque el espectáculo que 

brindaron fue todo lo bueno que se pudo apreciar de la final. Francois

defendiendo el puesto y frenando con lo justo, ayudándose con el

cóctel explosivo de los gases que entraban en combustión en la

desaceleración, sin amilanarse en ningún momento. ¡Una lección de

manejo de parte del excampeón! Cualquier cristiano se desmoralizaría

conduciendo una olla de pochoclos con ruedas como era el Fiat Uno 

al llegar a la última curva del circuito.


Y eso no era todo, porque Barbieri y Scervino seguían con su "pasame

que te paso". En la octava vuelta, fallando una vez más su intento de

superar al aguerrido Francois, Scervino se abrió un poquito doblando

la última curva y por el hueco se le metió otra vez Barbieri. 


Para no aburrirnos en la décima vuelta cerramos los ojos e imaginamos

que estábamos presenciando una de TC o del DTM donde los fogonazos

son habituales pero más extendidos en el tiempo, con éstos había que

rezar para que no se le resienta a Francois el motor. Así y todo el

nacido en San Luis se las ingeniaba para controlar a Barbieri, muy ocupa-

do en esta vuelta para no dejarle resquicio por la cuerda a Scervino.


Estabilizó la diferencia Roncaglione a partir de la undécima vuelta. En 

vano se abrigó la esperanza de algún aditamiento adicional que  levante

de la monotonía a esta final. Vinieron sí, pero no en la punta.


En el lejano trío, las consecuencias de tanto encendido en falso en el

motor de Francois se iban a empezar a sentir. Ese ruido metálico,

mezcla de martillo de fragua con petardo que se oía en cada uno de los

"metralleos" del Fiat Uno, iban a cobrarse un precio muy alto y todos

lo sabíamos (en un motor estándar debería significar falla segura).


Fue notable la defensa de Francois ante el ataque de Barbieri, que con

un mejor radio de giro en la antepenúltima vuelta pasó a encabezar el trío. 

El excampeón estaba indefenso. A falta de dos vueltas, el perseverante

Peliquero había logrado tomar contacto con ellos y formar un nuevo

trío. Trío, no cuarteto porque Barbieri había establecido una pequeña

luz para ponerse a salvo del resto.


Así llegamos a la ultima vuelta, la vuelta feliz para Roncaglione

que tendría su premio de bandera a cuadros agitada al finalizar y

vuelta de la calamidad para Francois, que perdió dos puestos. Y

para Scervino, que perdió el cuarto lugar en la planilla con Daniel

Peliquero porque le aplicaron cinco segundos de recargo por falsa

largada.


Esto es todo lo sucedido con la ahora denominada Clase 2, que es

el mismo 1400 de siempre,  porque la clase 1 admite motores de

1100, aunque en esta oportunidad dos se presentaron con Fiat 600

con motor 850. Haremos un pequeño repaso de lo visto en este

"retorno a la belle époque" que dejó sensaciones encontradas.

Se preparó durante mucho tiempo. No fue el debut soñado para Hernán Conrado pero
al menos pudo concretar el anhelo de arrancar de una buena vez. Habrá que seguir
perseverando.


Primero porque debieron haber corrido juntas, de esta manera las

dos hubiesen encontrado sustento legal (a medias) para otorgar

puntaje. Es cierto, corrían a 12 vueltas pero eso no debería ser 

problema cuando se posee cronometraje por sensor. En la vuelta 13

de los punteros los Fiat 128 se mandaban a boxes y a otra cosa.

Segundo, porque antes de lanzar una divisional deberían haberse

tomado los recaudos como para poner en la grilla unas ocho o

nueve unidades como mínimo. Sacar a toda costa los venerables

"fititos" y 128 de una época que nunca volverá, solamente

podría servir para que los detractores de la categoría -que en esta

ciudad siempre los hubo y los habrá- se sientan complacidos de

ver el fracaso de un enésimo intento.


Es para valorar, para agradecer y sacarse el sombrero que traigan 

desde Sauce de Luna un Fiat 600 que todavía conserva la pintura

de su última participación en el TZ 850 (Velázquez) o que pongan en

marcha esforzadamente el Fiat 600 que alguna vez. -allá lejos y

hace tiempo- José Rolón supo hacer campeón en la misma categoría

del norte entrerriano y sur de Corrientes (Hernán Corrado) aunque

sinceramente están más para un desfile evocativo con los colores

originales como saben hacer los ingleses que como para correr.


Esa idea, la nostalgia que nos subyuga el verlos, más todavía cuando

salía a la pista el Fiat 128 celeste con Silvio Kloss al volante, se 

refuerza mucho más. En una de esas tenerlo a Julito Predolini en un

desfile de autos históricos de la "Copa Turismo Standard" era tan

letal para el corazón como ver y oír girar a estos cinco esforzados

aprendices de pilotos (Velázquez no). 


El Fiat 600 era el único que sonaba como un verdadero auto de 

carreras y no como un auto de calle maltratado. Javier Cuenca y

Silvio Kloss tenían buen rendimiento pero por supuesto escaso

ritmo. En la serie se impuso Kloss usufructuando su mayor

experiencia, como piloto titular y como invitado, ante el ecléctico

ritmo de Cuenca, que en la final ya no tuvo problemas ni distracciones.


En las dos, el lentísimo andar de Callorda nos hizo temer que se le

pusiera bandera negra, que hubiese correspondido de no ser que apenas

eran 5 autos y no ponía en riesgo a nadie con su parsimonioso andar

(más lento que un kart) alejándose demasiado de lo que se entiende

por un auto de carreras. Todos lo felicitaron una vez terminada la

final, por el valor para presentarse a correr y por la vergüenza deportiva

que puso de manifiesto al seguir con semejante artefacto en pista.

Pero ¿aprende a correr un piloto en estas circunstancias? Es para

pensarlo ¿no?


Causa bronca e impotencia, por ahora los agoreros van ganando, la

clase 1 empezó con un heterogéneo parque que hace impredecible

su futuro. Si hubiesen hecho una monomarca a la que la misma

categoría le proporcione (alquile) el motor 1100 capaz se prendían 

más chicos que quieren probarse, sacarse las dudas de si tienen

condiciones para este rudo y costosísimo deporte. ¡Quién sabe!

Hablar es fácil, hacer resurgir una categoría... harto difícil.

Nos alegra tener de nuevo en la "familia"a Silvio Kloss porque nunca dudamos de sus
condiciones como deportista integral que es. El instructor de tiro con arco no pudo
dar en el centro de la diana en esta fecha, pero volverá a intentarlo.


 TP 1400 - Clase 1 - Fecha 1 -    domingo 11 abril 2021

   Serie                                   Final       a 12 giros= 24,96 km  

1º  Kloss                                      Javier Cuenca        Fiat 128

2º  Cuenca                                   Silvio Kloss           Fiat 128

3º Conrado                                  José Velázquez      Fiat 600

4º  Velázquez                              Alberto Callorda    Fiat 128

5º Callorda                                  Hernán Conrado   Fiat 600 (ab.)


Pole position: Kloss. 1' 19" 097

Récord de vuelta de la serie: Kloss, 1' 17" 603

Récord de vuelta de la final: Kloss 1' 16" 586    a  97, 722 km/h 


   TP 1400 - Primera fecha- Concordia - 11/4/21       

   Serie a 6 vueltas                    FINAL  a 15 vueltas= 31,20 km

1º  Roncaglione                        Agustín Roncaglione        Fiat Uno

2º  Roude                                  Fernando Roude              Suzuki Fun

3º Francois                                Walter Barbieri                 Fiat Palio

4º Barbieri                                Daniel Peliquero               Fiat Duna

5º Scervino                               Francisco Scervino            Fiat Uno

6º  Peliquero (ab.)                    Gustavo Francois              Fiat Uno


Notificaciones: Auto nro. 6 (Scervino) penalizado con 5 segundos por falsa largada.

Pole position: Roncaglione, 1' 06" 111

Récord de vuelta de la serie: Francois, 1' 05" 622

Récord de vuelta de la final, Roude  1' 05" 372   a 114, 544 km/h (el mejor

                                                                                                  registro de toda la jornada)


@AleSpizzirri (producción integral)



No hay comentarios:

Publicar un comentario