martes, 29 de octubre de 2013

En Autoclásica 2013 despertaron los monstruos sagrados

El corazón se nos estrujó. Y eso que eran videos nada más. Si volvíamos
a escuchar esos sonidos, tal vez la taquicardia hubiese sido fatal. En la pa-
sada edición de "Autoclásica" desfilaron una cierta cantidad de "sobrevivien-
tes" del Sport Prototipo (S.P.) aquella categoría nacida como fruto de una
inmortal diatriba con el TC.

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Para los más jóvenes, volvemos a explicar. A fines de la década del '60 el
ciclo de las gloriosas "cupecitas" parecía haber tocado a su fin. La apari-
ción de máquinas de calle modificadas, como el "Chevitú" (Chevrolet
400 levemente modificado) al que los puristas apedreaban para que no
gane, derivó en una escalada tecnológica sin precedentes.

Tras intentos de una "Formula A" (TC preparados y de carrocerías aero-
dinámicas)  los resquemores tuvieron un tope con la creación del SP, que
al mejor estilo Top Race V6 vs. TC de hoy, creó una rivalidad con dife-
rencias inzanjables y posturas irreconciliables.

¿Que era un SP? Lo mismo que hoy es un TRV6 o un TC, un Fórmula
carrozado. Chasis de estructura tubular, suspensiones que imitaban a las
mejores del mundo, motores potentes (la brida fue el principio del fin) y
libertad de diseño ¡nada de chasis monomarca con carrocerías hechas
en papel carbónico!

El resultado fue autos muy agradables a la vista (o no tanto) variedad de
constructores (chasistas no se llamaban todavía, cada cual hacia el suyo)
lo que traducido a la pista, no necesariamente quería decir buenas carreras.

En estos tiempos de autos que comparten suspensiones, carrocerías, de
"sorteo" de motores y otras tantas inquisiciones más, se hace difícil contar
a los más jóvenes que "hubo un tiempo que fue hermoso" y en grilla había
hasta 14 marcas diferentes de chasis y cuatro de impulsores, la mayoría
de ellos derivación directa de los Mecánica Argentina Fórmula 1 (MAF1)


Aquí tenemos la "Corsa" a mano, III Vuelta de Entre Ríos en la afueras
de Paraná, el Chevrolet "Barracuda" de Carlos A. Pairettti dominó hasta
que una junta de la bomba de aceite lo dejó a pie. Ganó esa especie de
Niki Lauda o Denny Hulme del TC argentino, llamado Héctor "Pirín"
Gradassi con una Liebre Mk3 (Torino modificado por Berta).

¿Esto era un TC en 1969? Sí Señor,, ésto era un TC. Había Torino 380
W sin trompa de plástico reforzado, cupecitas, el Numa de C. Ruesch
que todos decían "¡No es legal! ¡es un SP!" y una "fauna" de máquinas
que... recordar...mejor que la cuenten los del C.V.E. (organizadores).

La variedad de constructores era enorme, y no faltaban artesanos, como
el inolvidable Ramón Requejo, un viejito que venía de ser campeón en
Fuerza Libre y después siguió hasta 1976 en la MAF1, siempre con sus
propios chasis.
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                             El Formisano- Mc Laren de "Il Matto" Pairetti

Vicente Formisano (con el apoyo de los consecionarios Ford y de una
petrolera que existió hasta hace poco, pasando a formar parte de esa
marca rara Eg3, que tampoco existe más) por ejemplo, hizo una imita-
ción del Mc Laren de CanAm tan perfecta, que ni los yanquis lo podían
creer. Piloto, Carlos Pairetti. El color del auto era naranja.

Berta, que terminaría de "ensayar" sobre el tablero para crear el bellísi-
mo LR (las siglas se debían a un diario, que pagó el desarrollo del motor)
que tenía como talón de Aquiles al V8 hecho totalmente en Alta Gracia.

Oreste nunca logró hacerlo andar bien una carrera entera, empero la
experiencia le sirvió para motorizar categorías enteras en toda Sudaméri-
ca.
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                                    El Chelco III tenía puerta "alas de gaviota"

El Ing. Ricardo Joseph (padre de Ricky) dirigía "la contra" el oficial de
Chevrolet, campeona con este Chelco- Chevrolet, en manos de otro de
Arrecifes, Néstor Jesús "el Nene" García Veiga. Horacio Steven ya nos
había asombrado con sus "Trueno", chasis también íntimamente ligado a
la marca del moño.

En 1970 la fibra de vidrio en las carrocerías era la gran novedad, el alu-
minio en los blocks un lujo asiático, forjar una biela, tornear un pistón,
traer de Miami frenos, resortes y cables de encendido....gomas importa-
das, de la misma calidad que se usaban en Europa....ésa era la onda
¡Creer o reventar!

Costos astronómicos que aumentaron la brecha entre los particulares y
los equipos con respaldo oficial. Por más que insistieron, el doblete de
Rubén Luis Di Palma y su Berta- Tornado (inalcanzable) terminó por
desmoralizarlos.

El último intento de carrera fue en Bs. As.en 1973. No lograron reunir
7 máquinas en la grilla, y la canción del adiós - anunciada- sonó cada vez
más fuerte, hasta declarar la defunción de ese sueño tecnológico, que se
llamó "esepé" (SP) enfrentada a muerte con el otro bando, defensor del
"tecé". La crisis petrolera y financiera de 1972-73 le dió el tiro de gra-
cia.
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     El Berta LR que quiso competir en los 1000 Km. de Nurburgring

No hay caso. Ya fue. Existió, no fue un sueño. El tío Beto se murió,
los SP ya lo habían hecho una década antes. Pero sus ideas, sus con-
ceptos, su tecnología, siguen vigentes, porque como dice el colega
Martín Moreno de los actuales TC "¡Son SP! ¡Son SP!" como dicien-
do "ganamos la porfía".

Créditos de las imágenes:

1- Gentileza Prensa Autoclásica 2013
2- Foto de colección propia de revistas del editor
3- de  historiatc.com.ar
4- de  sportprototipo.blogspot.com.ar
5- de  f1-web.com.ar

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