lunes, 10 de diciembre de 2012

Final decepcionante en la Fórmula Entrerriana

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El árbol no nos tapa el bosque. La alegría enorme de que Chajarí vuelva
a tener un campeón en "la máxima" no nos debe hacer contradecirnos.

Pocas veces en la vida estamos en el borde del precipicio (ético) con la
espada de Damocles pendiente sobre nuestras cabezas. Y el domingo fue
uno de esos "raros" días.

¿Sí o no? ¿Vale o no vale? ¿Está bien? ¿Está mal? ¿Es deporte? ¿Es arro-
gancia? ¿Es defraudar al público? ¿Es carrera de automovilismo?

Dilemas aparte, la historia dirá con letras grandes que Martín Coullery, de
Chajarí, con 20 años, se coronó campeón de la Fórmula Entrerriana, al
vencer en el "Gran" Premio Coronación (habría que revisar eso de Gran)
llevando por tercera vez al chasis Dallara -el primero fue Fornasari- a la
consagración, y por primera vez al impulsor Renault Megane.

En letras más chicas, debajo -ésas que nadie lee- podría decir que el
multicampeón Gabriel Massei, por enésima vez en el año, levantó el pie
del acelerador para que gane su compañero de equipo, resignando de
manera voluntaria su chance.

No es para ofender a nadie. Bien merecido que se lo tiene el juvenil de
Chajarí, porque hizo todo en el marco de sus posibilidades. Nunca nos
sentamos frente a la compu para defenestrar a ninguna persona en parti-
cular, sino para defender la limpieza de proceder, la defensa del espíritu
de las reglas del deporte amateur, que tanto pregona el Dr. Stettler.

Es éste el efecto indeseado de tantas restricciones, penalidades, achica-
miento de bridas, lastre de 28 kilos, multas en efectivo y todo ese cúmu-
lo de "piedras por el camino" que se le puso al piloto cordobés...
¿Para qué ?

Si el objetivo era la paridad, no se logró. Massei sólo encontró oposición
este año en Martín Ponte, que ayer cortó una biela en la 2º tanda de P.C.
y se despidió rápido de la carrera.

Si el objetivo era consagrar un campeón que no sea Massei, perfecto. Se
lo logró. Pero ¿a qué precio? Reglamentariamente hablando, Gabriel no
transgredió ninguna norma. Tampoco le vamos a negar a correr como se
le venga en gana. Es su derecho.

Pero hay un tercer sector, convidado de piedra, que nadie parece tener en
cuenta hoy en día. Es el público. El público neutral. No los chajarienses, no
los periodistas, que queremos entrañablemente a Martín y lo sabemos
un gran piloto y mejor persona.

Nos referimos a Juan Pérez, de Colonia XX que vá al Autódromo y paga
la entrada porque le dijeron que iba a ver  una carrera.  ¿Qué entendemos
por carrera? Cuando una máquina, bien conducida, arriba antes por mejor
rendimiento mecánico o por la destreza de su conductor en caso de extrema
paridad ¿Estamos de acuerdo? Hay que ponerse la mano en el pecho y
diferenciar "automovilismo deportivo" de "circo"...

¡Vaya uno a saber las cosas que pasan por la cabeza de un piloto que tiene
"ya demasiados títulos" (sic) en plena carrera, con las pulsaciones a mil y
los infernales 50 y pico de grados que habría en cada cockpit!

No vamos a criticar ahora la actitud de Massei porque sería más de lo mismo.
El lector debe estar cansado de leerlo. Lo único que pretendemos con estas
líneas es un poco de coherencia.

Aquellos que opinaron que Massei los sobró cuando "esperó" a Pelu López y
a Villanova en Gualeguaychú, que ahora, cuando" la taba se dió vuelta" a favor,
no digan lo contrario. El gesto de Massei de "regalar"  la corona, debe leerse
en nuestra humilde opinión de dos formas.

1) O es un tipo de gran corazón, un gran campeón que tenía decidido de ante-
     mano quien sería el dueño del cetro, o..

2) Que se haya burlado de la dirigencia, digitando a su antojo al monarca, co-
    mo para no dejar dudas que el mejor es él y las reglas no le permiten ser el
    campeón por los siglos de los siglos amén.

Como los abuelos nos enseñaron a ser bien pensados, optamos por la "1"

¡Entiéndase bien! Cada cual es libre de opinar según su punto de vista.  El
tema pasa por una cuestión ética. Que la Fórmula Entrerriana sea un depor-
te amateur, no quiere decir que un piloto deba resignar sus chances "en fa-
vor del buen espectáculo". Ni en éste ni en ningún deporte.

Ejemplo: vamos a ver al SIC y le pedimos que vaya para atrás con el CASI
porque el primer tiempo terminó 24- 0 y hay "robo" ¿Los rugbiers aceptarían?
¿La gente aplaudiría a rabiar el 25-24 a favor del CASI? ¿O silbarían??

Ya que el automovilismo (dicen algunos que nunca se ensuciaron las manos
con grasa) es un deporte individual , podemos hacer una libre traslación del
ejemplo de más arriba, al tenis amateur, o al deporte que Ud. prefiera.

EL CORONACIÓN

Con las disculpas del caso, ahora vamos a lo acontecido ayer en el Autódro-
mo de Concordia.

Convocadas que fueron a pista las máquinas, casi de inmediato tras la final
de T.P.E. 1600, sin esa "pausa" que acostubrábamos disfrutar, se presenta-
ron 20 máquinas. Además de Ponte, José Luis Talermann consideró muy
riesgoso partir último, y dio por finalizada la "comparación" que se había
comprometido a realizar con la dirigencia de la F.E.

Tampoco pudo ser de la partida Franco Baccón, el tercer candidato.

De entrada, la carrera ya no sería lo que prevíamos. Ya estábamos
pensando en un titular "Massei  revalidó su título" o algo por el estilo,
para variar.

La largada se demoró. A una máquina (aparentemente el Dallara -Clío de
Squarzon) se le detuvo el motor, y se ordenó otra vuelta previa. Lo curio-
so es que ocupó el mismo cajón de la grilla, y no el último, como corres-
pocía.

La confusa largada nos recordó a la de setiembre, cuando Emiliano Bor-
ghesán se había quedado detenido, y los demás lo esquivaron, estando a
centímetros de una catástrofe. No fue exactamente lo mismo, sino que
arrancó lento, como si no le entrara la segunda, o el embrague no le res-
pondiera.

Superado el mal trance, Massei pasó en punta con buena ventaja, como
es su característica. Lo seguían Coullery, Daglio, Mouchet, López, Vero-
nesi, Miceo,Villanova , Pérez, Matías Baccon, Silveyra, Iván Percara y
el resto, en un orden ilógico, producto de esa largada atípica que ya co-
mentamos.

Para los concordienses, era emocionante ver como Milera se le tiraba
a Squarzon en la vuelta 3. Silveyra había superado a Matías Baccon, y
Borghesan se iba recuperando de a poco de su infortunio, pasando
13ero. detrás de Percara. Tras él seguían Eichhorn, Paea, Milera,
Squarzon, González, Pupo y Leonardelli.

Para la cuarta vuelta Massei se había escapado algo así como 4 segun-
dos de su compañero de equipo. Milera iniciaba un duelo que no tuvo
final : perseguía a Julio Paea. Otra vez el Reynard se prendería fuego
en la zona de la planta motriz ¡Cosa ´'e mandinga!

Para la quinta vuelta, Borghesan estaba detrás de Pérez. Daniel Pupo
entró en trompo, retomando la marcha pero con daños en el " piso" de
madera que todas las máquinas deben poseer por Reglamento.

Cristian Leonardelli entró a boxes en la siguiente vuelta, Percara no
podía con el Berta de Baccon. La ausencia de Milera dejó como úni-
co representate local a Pupo.

En la sétima ronda, Los  cuatro que seguían al líder Massei se despega-
ron nítidamente del resto,por lo que la carrera comenzaba a ser cada vez
menos atractiva.

Coullery, Daglio, Mouchet y López, se alejaban de Veronesi, Miceo y
Villanova. Detrás de este trío, otro "campo" hasta  el mejor de los tren-
citos para la vista: Pérez, Borghesán y Silveyra.  Un tanto más atrás,
Baccón y Percara seguían su porfía.

La tendencia se confirmó en la octava vuelta. Daglio y Mouchet se le
acercaron a Coullery. Lamnetablemente, Sergio Villanova no podía
seguir ese ritmo infernal y perdía todo contacto con el pelotón. Muy
lejos de ellos, Pupo superaba a González en la aceleración.

También Veronesi perdía ritmo. Maxi Pérez lo alcanzó,y detrás seguían
Borghesan y Silveyra. Nótese como de a poquito Emiliano iba progre-
sando.

En la décima vuelta, Pérez y Borghesan dieron cuenta de Veronesi. Así
el de San José se colocó 7mo. pero muy asediado por el Ralt del chaja-
riense.

Sin variantes en la punta, sin ningún indicio de lo que vendría después,
en la undécima vuelta, Veronesi se defendía de Silveyra, en duelo de
primos.

Mouchet comenzó a perder terreno respecto del 3º Daglio en el duodéci-
mo giro. En esta vuelta, Paea alcanzó a Eichhorn y Agustín Squarzon se
retiró de la competencia, con el motor perdiendo aceite.

No era ya foco de atención el dúo Borghesan -Pérez, sino detrás...se
formó un cuarteto : Silveyra, Miceo, Percara y Baccón....Veronesi se
dirigía a boxes, cuando un acontecimiento causó estupor entre todos
los espectadores .

Massei, que tenía una ventaja considerable, se dejó superar por Martín
Coullery. Tardamos varios segundos en entender que fue algo voluntario,
porque de inmediato, el ritmo de Massei fue el normal. La hinchada de
Chajarí -tal vez la más numerosa de todas- gritó al unísono, con bene-
plácito.

El orden faltando dos giros era Coullery, López, Massei -imposible no
remitirse a aquella tarde de Gualeguaychú cuando regresaron las gomas
de fabricación nacional- luego Daglio, Mouchet que lo superaría en la
próxima curva, Villanova, Borghesan , Pérez, Silveyra, Miceo, Percara,
Baccón, Paea, Eichhorn, Pupo y González.

Los dos últimos giros fueron de terror para Colullery, porque Germán
López lo acosó por donde pudo, aunque las posiciones no variaron.

Final feliz. Coullery no sale de su asombro. Permanece largos segundos
dentro del habitáculo, hasta que se decide. Sale. se para arriba del Dalla-
ra azul y levanta los brazos al cielo, todavía con el casco puesto.

¿Y quién le puede quitar el honor a este pibe que apostó fuerte a estar
en el equipo tri-campeón? Ajeno o no a las elucubraciones de queines
vimos ganar carreras hasta con una goma desinflándose en la F 2 Nac.
desató la desbordante alegría de propios y extraños, entre los cuales
nos contamos. Entre los extraños, sí.

También desató una batalla semántica, cual novel Torre de Babel, en
especial entre los medios de Chajarí, que para variar son mayoría.

Se dijeron muchas cosas, algunas sin fundamento. Por ejemplo "Es el
campeón más joven  de la historia de la Fórmula Entrerriana". Craso
error.

Coullery es el 2º de la tabla, si la memoria no nos falla. el líder de
"los  campeones más jóvenes" sigue siendo Milton Tonutti, que
el 31 de octubre de 2004, en Parana´, cuando se consagrara campeón
tenía 19 años y 8 meses.

Tercero quedó entonces el "Pope" Bonelli, que tenía 22 años en 1997,
y posiblemente el cuarto sea Andrés Crosa, que tenía 25 el 1991, cuan-
do dio un batacazo similar al de ayer....pero sin regalos, nada  que ver.

Queda mucho para analizar, en su respectivo momento. Dedicamos esta
nota a la memoria de un colega que debe estar muy contento en algún lu-
gar que sólo Dios conoce: Mario "Tato" Turinetti.








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