Ahora vamos a ver imágenes de uno de los fenómenos deportivos masivos de
la provincia. Chajarí en uno de los tres polos de atracción del Karting zonal, y
el primero en formar parte de la órbita de la F.A.E. Hay otros que convocan
más kartistas en el oeste y en el sur de la provincia, pero aún no están federados.
La organización es impecable, y no causa asombro en los que ya habíamos es-
tado en el circuito "La Sirena" hace unos años atrás, porque es harto conocida
la capacidad de la gente del Club de Volantes Chajarí.
Sin embargo, queremos destacar el predio del kartódromo, no solamente por
el buen estado del piso (lo que es mucho decir) sino por las comodidades del
recinto (ver panorámica abajo) baños de material, palco de prensa permanen-
te, no improvisado para la ocasión, calle de boxes delimitada, y la labor del
colega Néstor Typek en cronometraje, de larga experiencia en la Copa Turis-
mo Std. y actualmente en las provinciales de pista. Un "combo" condenado
al éxito.
Seguimos atentamente a cada categoría, más allá que a veces por causa de
fuerza mayor no podamos subir los resultados. en el caso del Karting Chaja-
rí seguimos pensando que lo mejor que tiene es el reglamento, en especial
en las dos categorías promocionales (Escuela y Menores)
Legislan de una manera sencilla y sin vueltas, cortando por lo sano todo
malentendido. Reglamentos aprobados por F.A.E. y lo que es más impor-
tante, un método de aplicar ese reglamento que no trae aparejado incon-
venientes "a posteriori". Algo que su hermano mayor, el Karting Entrerria-
no, debería tomar nota y aprender.
Se ha formado con la gente de Federal y el norte de la provincia un lindo
grupo, que creemos que tiene un largo camino por recorrer hasta llegar al
horizonte. Muchos nuevos valores (como el chiquito Luca Rausch, por
citar uno) muchas caras conocidas, y algunos ya consagrados, que encon-
traron en el Karting una vertiente para canalizar su pasión sin incurrir en
gastos mayores.
Es el caso de Mario Folmer, por ejemplo. Al "Pato" -campeón de la Copa
Turismo Std. 110 cc - lo estuvo atendiendo como en toda su campaña de-
portiva Félix Rebechi (foto 4) en esos casos tan frecuentes de amistades
inseparables que se dan en la comunidad de los fierreros.
También hay lugar para las damas, por supuesto. El 40% del público asis-
tente eran representantes del "bello sexo". La comisión encargada de la
Cantina, por supuesto, tenía mayoría femenina.
Y en las pistas, ademád de Sofía Percara, una piloto ya consagrada, que
demostró estar a la altura de los más grandes (pero no mejores) de la
125 cc Light en el Entrerriano, en el Chajariense se suma Flavia Espinoza,
un claro ejemplo de mujer que a pesar de tener su vida repartida entre su
familia y su trabajo, se hace un tiempo para competir. Y damos fe ¡ no lo
hace nada mal!
Flavia (foto 3) pudo haber estado entre los diez mejores de no ser por un
toque y carambola que retrasó a varios en la serie. En la final se quedó a
pie, pero nada parece quitarle la sonrisa de la cara, a pesar de lo que diga
la foto, tomada en el tenso momento de subirse al kart para clasificar.
Muchos eligen el vocablo "familiar" para definir este fenómeno. Se refiere
a que junto con la participación de un piloto, toda una familia está detrás,
algunos con función asignada, y otros para "hacer el aguante" nada más.
En Chajarí, decir "familiar" es quedarse corto. Porque se da el caso que
hay dos generaciones corriendo, y son parientes entre sí, Por ejemplo,
los Villanova y los Coullerí. Jorge Mouchet es abuelo de los Squarzon,
o sea el dinámico Gabriel es tío de Matías ( lenguaraz en las carpas es
su función, al parecer) y los Percara, ese extraño caso de unión familair.
Todo un clan (foto 5) reunido de casualidad frente a la recta principal.
El presidente del C.V.C. (más serio y concentrado que nunca) junto al
padre de Iván -de lentes oscuros- y semioculta Sofía. Completa la foto
de espaldas Mouchet , casaca nro. 10 y brazos en jarra.
Una conocida autoridad deportiva, de nivel C.D.A. -F.A.E. estuvo cola-
borando como ¡banderillero! en la polémica curva 1, la de los toques.
Y para último dejamos lo que tal vez sea lo más importante. El nivel téc-
nico de la categoría. Sinceramente, nos dejó gratamente sorprendidos.
Debe ser el único zonal donde la marca mayoritaria de los chasis es el
Ternego, Le saca bastante ventaja el chasis rafaelino a los KDM,
CKM, Suky , Vara y hasta un Mirra. No hay chasis "made in casa"
imitación de alguno conocido, ni truchos de esos que se compraron
en 1966 y luego se reforman y pintan para que parezcan nuevos, como
se ve en otras categorías.
Como hay una excelente provisión de energía eléctrica, se pueden usar
herramientas, como por ejemplo la infladora de neumáticos de primera
marca ¡nada de aire comprimido en garrafa!
Por último, destaquemos un tema muy de moda por estos tiempos. El
fino arado de las vías de escape y las camas (arenosas) que fueron pues-
tas a prueba dos veces en sendos despistes. A pesar del morbo y de la
nube de polvo, los karts despistados no llegaron a chocar contra ningún
vehículo particular. Es decir nada quedó librado al azar, el circuito se
regó (el domingo) tres veces, el sector de la "ese" que estba apenas al-
go flojo se pisó antes de las carreras, y todo terminó de la mejor mane-
ra.
Único detalle a corregir, el número de los karts. Algunos son ilegibles des-
de lejos. Otros no tienen el debido contraste fondo- número (ejemplo,
hay uno fondo amarillo, número naranja) y otros, fiel a esa inexplicable
costumbre de los pilotos de "exhibir" las consecuencias de un "ruedazo"
o un toque, tiene el número por la mitad, la otra mitad es un manchón,
que sólo los asiduos concurrentes conocen de memoria.
Un buen número le sirve al público, al sistema de cronometraje, y a los
periodistas, porque la memoria no da para retener en una mañana a los
50 participantes.
Desde estas líneas, queremos agradecer a la Sub-Comisión del Club
de Volantes Chajarí, por las atenciones recibidas durante nuestra
estadía en la "Ciudad de Amigos", que una vez más le hizo honor a
su nombre.
Foto 2. En primer plano la carpa del JC, los karts de Carlos Caccia,
Sofía Percara y el amarillo de Juan Andrés Percara, hermano de Iván.
Más atrás, el recinto de la técnica, delimiktado por plastillera blanca.
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